donostia. Las malas noticias para los alpinistas acostumbran a venir de la montaña, una máxima que en esta ocasión no se ha cumplido, por lo que aumenta la sensación de desconcierto. Los cuerpos sin vida de Andoni Areizaga, Iñaki Cuellar y Josean Hernández llegarán hoy a Donostia, todos ellos víctimas de un trágico accidente ocurrido el sábado a las puertas de casa, en Las Landas, cuando la furgoneta en la que viajaban chocó contra la parte trasera de un camión en la autopista francesa A-63. Regresaban desde Chile, a más de 10.000 kilómetros, y encontraron la muerte a un paso de sus hogares.
Las fotografías recogen la cara y cruz de los últimos días: el amasijo de hierros en el que se convirtió su furgoneta contrastando con las amplias sonrisas que exhibían estos tres deportistas en las cimas chilenas. "Eran entrañables, no va a haber sitio para brindarles la despedida que merecen", confesaban ayer conocidos de las víctimas. Está previsto que los funerales por Josean y Andoni se celebren mañana a las 19.00 horas en la parroquia San Sebastián Martir del barrio donostiarra de El Antiguo.
Areizaga, sargento de Bomberos de Donostia, colgaba estos días en Facebook el resumen de las actividades que realizaban en el país andino. "Soy Andoni Areizaga, y sufro una extraña enfermedad: cuando veo nieve a mi alrededor, no puedo parar de subir y bajar montañas", había escrito recientemente con palabras que daban muestra de su pasión.
La expedición era de tres semanas y en apenas catorce días ya llevaban trece cimas a sus espaldas. Los tres estaban radiantes. "Habían disfrutado como enanos", aseguraba ayer su entorno más cercano. La expedición la completaban Bernard Doumerq, cuarta víctima mortal en el accidente, y otros dos compañeros de la prestigiosa carrera francesa, la Pierra Menta, de quienes se despidieron en París.
Dos días después, la tragedia sigue sobrevolando. "Cuesta quitártelo de la cabeza", decía ayer a este periódico el sargento de bomberos Jose Ignacio Korta, compañero de Areizaga. "Lo más habitual es que fallezca un socio, pero tres es un bombazo", corroboraban desde del Club Vasco de Camping, al que pertenecían los tres donostiarras. "Se nos han ido los tres, tres personas muy activas que, además de ser grandes deportistas y técnicamente muy buenos, son miembros históricos del club, donde llevaban media vida", confesaba apesadumbrado Txema Garay, presidente del Club Vasco de Camping. Los miembros de la asociación se reunieron ayer por la tarde para digerir la tragedia. Por el momento aguardan a que las familias de los deportistas puedan despedirse de sus seres queridos. Probablemente tarden varios días en brindar el homenaje. "Lo más apropiado sería ofrecer una rueda de prensa en la que demos a conocer la iniciativa", explicaba Garay sin tener por el momento nada cerrado al respecto.
trámites El personal consular de Baiona y de Burdeos ha agilizado los trámites durante los últimos días para que los cuerpos puedan ser entregados a sus familiares cuanto antes. Los cuerpos de dos de ellos se encontraban ayer en los depósitos de los hospitales de Baiona y Burdeos, a donde fueron evacuados con lesiones de extrema gravedad, pero aún con vida, según informaron a Efe fuentes del consulado. El tercero se encontraba en una funeraria de Hossegor. Los familiares han mantenido comunicación directa con las autoridades francesas desde el domingo, y hoy está previsto que trasladen los cuerpos.
Todos ellos eran montañeros de larga experiencia y veteranía, muy conocidos en el mundo del alpinismo vasco. Areizaga llevaba en el club tres años organizando la AltiToy, la prueba de esquí de montaña más alpina y popular del Pirineo. "Era su gran sueño, y le dábamos todo nuestro apoyo desde el club. Iñaki colaboraba como trazador en la prueba y Joxi tomaba parte en ella", aseguraba Garay, con enorme sensación de pérdida. Sobre la fachada del gimnasio de la sede de los bomberos de Donostia, en Garbera, seguía colgando ayer un enorme crespón negro, así como una ikurriña a media asta. El dolor por lo ocurrido se palpa en las instalaciones, en las que trabaja una plantilla integrada por 114 personas, con 96 bomberos organizados en brigadas de 16. Andoni era sargento, jefe de uno de los seis turnos.
minuto de silencio Los compañeros de Areizaga guardaron un minuto de silencio junto al pedestal colocado en el parque, donde hay un casco en el suelo a modo de monumento por los compañeros que actualmente operan en el servicio, y por aquellos que han pasado por él, como Areizaga. "Era un fenómeno, de los que te decían las cosas a la cara", rememoraba el sargento Korta.
Andoni era un veterano en el cuerpo. Se reincorporó al Servicio de Bomberos de Donostia en 1996 y desde el año 2011 ocupaba el puesto de sargento. Según la información facilitada por el Ayuntamiento de Donostia, estaba formado en rescate de altura, espeleosocorro, incendios y mercancías peligrosas. "Es una pérdida que Donostia va a notar", indicaba Imanol Andonegi, oficial del servicio, el responsable del área operativa, con quien mantenía una estrecha relación de amistad. "Le considero mi amigo, y creo que él también lo era mío. Los sargentos son nuestro personal de confianza, y la verdad es que con Andoni coincidía en muchas cosas. Era una persona muy especial, con un carácter muy vivo, muy vital y alegre. La verdad es que el vacío personal ahora mismo es muy fuerte, y estamos todos destrozados". La conversación con Andonegi tiene lugar en el interior de la sede de Garbera, donde este periódico charla con el jefe del área operativa de los Bomberos, que toma un café de máquina mientras, cabizbajo, glosa la figura de su amigo.
profesional cualificado Además del impacto emocional, sus colegas de profesión saben que se pierde un profesional muy cualificado. "Deja un gran vacío. Para la zona que cubrimos de Donostialdea supone una pérdida profesional muy fuerte. Seguiremos dando un buen servicio, pero era una esas personas con muchos conocimientos y muchas ganas de mejorar". "Para bien o para mal, la vida sigue, y hay que continuar planificando el servicio", confesaba el responsable del área operativa, inmerso en el nuevo papeleo que es preciso llevar a cabo para organizar los turnos.
Como Andoni, también era muy conocido en el barrio donostiarra de El Antiguo Josi Hernández, que trabajaba desde hace años como profesor de fabricación mecánica y de diseño en Armeria Eskola de Eibar. Desde este centro de formación trasladaron ayer su "solidaridad y cariño en estos momentos tan duros para la familia". Mediante un comunicado, el centro se sumó a los actos de condolencia del Club Vasco de Camping, del que formaba parte también Iñaki Cuellar. El malogrado deportista era un enamorado de la montaña y trabajaba en seguros DVK.
La diputada de Cultura, Juventud y Deporte, Ikerne Badiola, expresó su consternación por el trágico balance que ha dejado el fin de semana para el deporte guipuzcoano. Nada menos que cuatro muertes en la carretera, ya que a la de los montañeros donostiarras se suma la de Aritz Vadillo del Ser, de 18 años, jugador del equipo sénior de Segunda División del equipo de baloncesto Askatuak, que sufrió un accidente mortal de tráfico el pasado viernes.
El joven, natural de Donostia y estudiante de Matemáticas en la Universidad del País Vasco, falleció en el Hospital Donostia después de permanecer horas en coma, tras el accidente sufrido el viernes en la autopista a la altura de Usurbil.
El siniestro tuvo lugar cuando el vehículo volcó y chocó contra un muro de hormigón.