tres décadas. Ese es el tiempo que la Asociación Guipuzcoana de Investigación y Prevención del Abuso de Drogas (AGIPAD) lleva brindando segundas oportunidades a hombres y mujeres que se han visto atrapados por el consumo de drogas. 30 años en los que se ha trabajado conjuntamente con afectados y familias, para lograr encauzar tanto sus relaciones como sus vidas.

Con esta motivación nació en 1982 Haize-Gain, una comunidad terapéutica situada en Artikutza (Oiar-tzun), donde se ofrece tratamiento en régimen residencial y centro de día a personas afectadas por un consumo problemático de drogas.

"En aquellos años estaba el problema de la heroína, la inseguridad ciudadana que esta provocaba, la falta de información que había...", recuerda la directora del centro, Amalia Urquiola, quien reconoce que los años les han obligado a adaptarse a los nuevos tiempos. "Ahora trabajamos con personas, mayoritariamente hombres, que son adictos al cannabis, la cocaína o el alcohol", explica la directora, quien advierte de que "todos merecemos una segunda oportunidad".

haize gain

2.000 usuarios en 30 años

A lo largo de tres décadas, Haize-Gain ha tratado a más de 2.000 personas, 245 de ellas el pasado año, convirtiéndose así en un centro pionero y de referencia a nivel estatal.

Según Urquiola, una de las principales características del centro es que no se centra el interés del tratamiento en la droga, sino en el sujeto. "No incidimos en el consumo, porque pensamos que este es un síntoma de que algo no ha marchado bien. El problema no es la sustancia en sí, sino un largo recorrido de conflictos", explica.

Por ello, las relaciones interpersonales cobran una importancia crucial en Haize-Gain. "Damos mucha importancia a las relaciones, a hablar las cosas. Reproducimos situaciones que han ido sucediendo a lo largo de la vida para que los usuarios dispongan de otras herramientas", expone. En este sentido, también cobra una relevancia especial el sentido de la autonomía. "Es muy importante que haya autonomía, que se hagan cargo de sus problemas", insiste Urquiola, quien describe que para desarrollar esta faceta el centro propone una rutina de horarios estrictos y responsabilidades.

Además, los usuarios se hacen cargo de servicios como la cocina, la limpieza o las huertas y participan en diversos talleres educativos. Asimismo, toman parte en actividades que se organizan fuera del centro, como pueden ser la Behobia-San Sebastián y diferentes carreras populares, así como visitas a polideportivos cercanos.

Sin embargo, Haize-Gain es solo uno de los múltiples servicios asistenciales que ofrece Agipad, que cuenta con otros dos centros terapéuticos de distintas características, uno en Zorroaga y el otro en Amara (Donostia).

Asimismo, Agipad ha desarrollado un área de tratamiento ambulatorio para trabajar la inserción psicosocial de los usuarios, en la cual, entre otras cuestiones, se ayuda a los usuarios a encontrar trabajo o a integrarse dentro de la sociedad.

La asociación también ofrece a las familias un servicio de atención transversal, ya que, como explica el director de Agipad, Félix Sarasua, "es tan importante tratar a las personas como a las familias y encuadrarlas en todo este proceso".

Por otro lado Agipad trabaja el terreno de la prevención, tanto en colegios, como en familias o grupos comunitarios.

Por todo ello, la asociación ruega a las instituciones que sigan apostando por estos programas. "El trabajo sigue siendo el mismo, la demanda sigue siendo la misma, pero no hay dinero", lamenta Sarasua, quien insiste en que "las reestructuraciones y los ajustes económicos afectan a los usuarios".