Aescasos 15 días de que se celebre una de las noches más festivas del año, y con la tragedia del Madrid Arena, en donde murieron cinco jóvenes, en la retina, los bares, discotecas y salas de fiesta se preparan para Nochevieja.
Los hosteleros perciben la preocupación tanto ciudadana como de las instituciones respecto a la seguridad de los recintos. Sin embargo, llaman a la calma. "Somos los primeros interesados en que no pase nada", coinciden los responsables de discotecas y salas de fiesta consultados por este periódico.
La Ertzaintza se ha puesto manos a la obra y ha advertido que controlará las condiciones de los locales que acojan cotillones. Concretamente, agentes de la Unidad de Administración Electoral, Juegos y Espectáculos visitarán los locales donde se celebren fiestas, a fin de comprobar los protocolos de seguridad. Además, advierten de que vigilarán que no se superen los aforos permitidos.
La principal preocupación en cuanto a seguridad se centra en las macrofiestas, es decir, aquellas que tengan un aforo superior a 700 personas, que en el caso de Gipuzkoa se reduce a las salas de fiesta Txitxarro, en Itziar (Deba); Itzela, en Oiartzun; y Bataplán, en Donostia.
salas con grandes aforos
Controles "exhaustivos"
"A raíz de lo que pasó en el Madrid Arena se nota que ha aumentado la preocupación. Ha habido una situación trágica y desde Interior están intentando demostrar que en Euskadi se está trabajando y se hacen las cosas bien para que este tipo de situaciones no ocurran", confiesa Alfredo Goikoetxea, dueño de Itzela. Sin embargo, tampoco titubea al admitir que él se encuentra "tranquilo". "Tenemos controles regulares a lo largo de todo el año. En salas como esta, los controles se hacen una vez al mes o algo más, dependiendo de las fiestas que tengamos programadas", explica Goikoetxea.
Además, asevera que los controles son "exhaustivos". "Se vigilan las puertas de seguridad, los dispositivos de extinción de incendios, las salidas de emergencia...", detalla.
Pese a cumplir con el protocolo de seguridad que exige el Gobierno Vasco para estas salas, la jornada de Nochevieja exige un refuerzo de las medidas de seguridad. "No solo en Nochevieja, reforzamos la seguridad de cara a cualquier evento en el que se va a concentrar un público importante", indica. "A veces, no es solo que el número sea importante sino que sea un público conflictivo. En Nochevieja, normalmente, se dan ambas cosas. Es un público importante en cuanto a número, y es que es una de las noches más festivas del año, y además, la gente viene bien comida, bien bebida y más alegre de lo habitual", reconoce. "Todo esto influye en que puedan pasar cosas y hay que tener mucho más cuidado. Nosotros contamos con nuestra propia gente de seguridad, pero, además, tenemos un dispositivo adicional para estas noches, para intentar mantener todo bajo control y que la noche transcurra en los cauces de la tranquilidad y del respeto de los unos con los otros", explica.
Txitxarro también prepara una fiesta multitudinaria para la noche del 31 de diciembre y, al igual que sus socios de Itzela, la creciente preocupación de la sociedad por la seguridad de las salas de fiesta no ha alterado sus previsiones organizativas. "Tenemos una historia de 36 años, con continuas aperturas semanales y diferentes fiestas a lo largo de todo el año. Hablamos de la seguridad de las personas y una desgracia como la sucedida en el Madrid Arena no puede hacernos incrementar la seguridad y los controles. Esto es como el coche. No te pones el cinturón de seguridad porque hayas tenido un accidente, te lo pones antes de que lo hayas tenido", pone de ejemplo Oier Korta, responsable de la sala situada en Itziar.
Y es que en el tema de la seguridad, más vale prevenir que curar. "Así nos lo han enseñado, así lo hemos visto de siempre y es que, además, así lo marca la ley", insiste Korta.
Al igual que la sala de Oiartzun, la política de seguridad de Txitxarro está continuamente vigilada debido a las grandes dimensiones de la sala. "Los controles son continuos, superiores a los que marca la ley. Tenemos una relación directa con el Departamento de Juegos y Espectáculos del Gobierno Vasco. Las pertinentes y continuas inspecciones certifican el correcto aforo y el perfecto estado de todas las medidas de seguridad, de los extintores, de las bocas de riego, las puertas de emergencia...", relata. Además, Korta insiste en que el diseño de la propia sala "desde su origen, está concebida como sala de fiestas de gran aforo, a diferencia de los recintos deportivos, que están pensados para otras actividades y el cambio de uso para fiestas hace que requieran de un seguimiento más concreto y específico en cuanto a seguridad se refiere".
bares y locales pequeños
Controles "irregulares"
Pese a que el control en las grandes salas es tan exhaustivo, dueños de pequeños locales aseguran que los registros no son tan habituales en los bares. "Llevo 20 años en la discoteca y nunca hemos tenido ningún control de seguridad", asegura Fermín, responsable de la discoteca Truck de Hondarribia. "Esto es como la primera ley antitabaco. Nosotros fuimos los tontos que gastamos 15.000 euros para habilitar una sala para fumadores. ¿Crees que alguien se pasó a controlar si la gente fumaba fuera o no? Cada uno fumaba donde le daba la gana", recuerda.
En mente de este hostelero se encuentra la idea de hacer un simulacro, para comprobar que el protocolo de seguridad funciona. Sin embargo, la falta de presión por parte de la Administración le ha llevado a dilatarlo en el tiempo. "Llevamos dos años intentando montar un simulacro, pero, al final, lo hemos ido aparcando y aparcando y no hemos hecho nada. Si la Administración hubiese metido un poco de mano hubiésemos hecho simulacros todos los años", confiesa.
Preguntado por si se respeta el límite de los aforos o no, indica que "cada uno hace lo que puede". Sin embargo, también apunta que, en los últimos años, ha bajado la clientela. "Por desgracia, pocas veces llegas al aforo. Habrá chiringuitos que lo peten, sobre todo en verano, pero en estos tiempos es difícil", asevera.
Pese a todo, se muestra tranquilo. "Pensar que la Nochevieja es más conflictiva que otras es un error; en nuestro caso, es bastante más tranquila que cualquier otra noche de verano", asegura.
Desde la discoteca Komplot de Donostia, también coinciden en señalar que los controles son irregulares. "El problema es que no nos miden a todos por el mismo rasero. Todos conocemos discotecas de Donostia que cada fin de semana venden alcohol a menores y se saltan los aforos y nadie dice nada. A otros, en cambio, nos controlan mucho más", denuncia Marga, su responsable.
Aunque reconoce que a raíz de la tragedia madrileña los controles han aumentado, la responsable de Komplot cree que se trata de algo pasajero. "En cuatro meses se les han olvidado las niñas muertas en Madrid", sostiene.
Asimismo, denuncia la facilidad con la que algunas personas consiguen licencias para organizar fiestas. "Lo que no puede ser es que se le dé permiso a un chavalito de 18 años para que organice una fiesta, cuando la única experiencia que tiene en la noche es salir a pasárselo bien. Se creen que con conseguir un DJ está todo hecho y no", advierte.
Por ello, aconseja a quienes vayan a salir esta Nochevieja que acudan a locales de confianza. "Es muy importante saber quién organiza la fiesta, si es gente que conoce el mundo de la noche o no", insiste.