El piloto de helicópteros guipuzcoano Aitzol Apalantza está exultante. Y no es para menos. Este mes de agosto aprovechó sus vacaciones para ofrecer vuelos turísticos en Azkoitia, Zizurkil, Errezil y Leitza, y la iniciativa ha sido un éxito. En solo cuatro días, 300 personas se han animado a sobrevolar sus municipios y el joven piloto ya sueña con la posibilidad de instalarse definitivamente en Euskadi para seguir organizando vuelos de estas características. "Ha sido un éxito total. Hemos tenido tanta gente que había momentos en los que no dábamos abasto", comenta emocionado desde Granollers, la localidad barcelonesa en la que trabaja para una empresa de helicópteros turísticos.

Tal y como relata, la idea de ofrecer vuelos turísticos surgió hace unos meses, tras comprobar el éxito que tenían estos servicios en Catalunya. "Allí muchos pueblos pequeños ofrecen la posibilidad de montar en helicóptero y, si la respuesta del público es buena en Catalunya, ¿por qué no iba a serlo en Euskadi?", se preguntó.

Convencido de la buena acogida que podría tener, Aitzol planteó la idea a su hermano y este comenzó a presentar la propuesta a varios ayuntamientos. Se planteó la posibilidad de ofrecer vuelos de 10 minutos por 60 euros cada pasajero, con la posibilidad de prolongar la duración hasta media hora, por un precio de 180 euros por persona.

Para sorpresa de los Apalantza, la idea contó con el apoyo de todos los consistorios y, BG helicopters, la empresa para la que trabaja, tampoco puso reparos en que se utilizara uno de sus vehículos en la aventura. Así, que aprovecharon la temporada estival para llevar a cabo la experiencia.

Inicialmente, pensaron limitarse a Leitza, lugar de residencia del hermano, pero, al final, extendieron la propuesta a Errezil, Zizurkil y Azkoitia. Como explica, la propuesta fue igual de bien acogida en los cuatro municipios, ya que el cómputo de pasajeros ascendió a más de 300 personas en las cuatro localidades (90 en Azkoitia, 80 en Errezil y Leitza, y 70 en Zizurkil).

Momentos de emoción

Muchas personas mayores

La cantidad de viajeros, según explica el piloto, no ha sido la única grata sorpresa que se llevó en los días 13, 14, 15 y 16 de agosto en los que tuvo lugar la aventura. "El perfil de los clientes ha sido la otra gran novedad porque, en contra de lo que creíamos, hemos tenido a muchas personas mayores", matiza.

Uno de los casos más especiales fue el de Joaquina Azpiroz, una leitzarra de 86 años que se subió al helicóptero para ver su caserío natal desde el aire. Al parecer, esta mujer llevaba años sin poder visitar la vivienda, después de que el camino de acceso quedara intransitable en unas inundaciones. Anhelaba tanto observar su casa, que no dudó en cumplir su sueño a bordo de un helicóptero turístico. Como indicó la mujer tras aterrizar, la iniciativa de los Apalantza la llenó de gloria pues pudo ver la casa y recordar los años que vivió en ella. Además, sus hijas pudieron tomar fotografías del lugar desde el aire.

Apalantza presenció otros muchos momentos de emoción en los cuatro días en los que sobrevoló los cielos de Gipuzkoa y Navarra. Por ejemplo, fue testigo de las lágrimas que le caían a un anciano de Beruete cuando avistó su caserío natal desde el aire, o cómo se sorprendía la gente al ver las montañas, los parajes y los edificios singulares de los cuatro pueblos desde las alturas.

Personalmente, la jornada de Errezil fue la más satisfactoria para el joven piloto. No solo porque se tratara de su pueblo, sino porque 80 de los 600 habitantes del municipio se animaron a participar en la aventura. Amigos, familiares, vecinos, conocidos... todos quisieron aprovechar la ocasión de volar en una cabina pilotada por un lugareño. Y más de lo mismo en Azkotia, donde para las 17.00 horas tuvieron que colgar el cartel de completo. La demanda fue tal, que muchos vecinos se quedaron sin la posibilidad de montarse en el helicóptero.

¿Y ahora qué?

Posible atractivo turístico

Visto el éxito de esta primera prueba, Apalantza está convencido de que volverá a ofrecer vuelos turísticos en Euskadi. Todavía no ha concretado ni cuándo ni dónde lo hará, pero confía en poder ponerlo en marcha en los próximos "puentes y vacaciones".

Probablemente, optará por localidades en las que volar pueda convertirse en un atractivo turístico más. "Podría ser en la costa, en la capital o en cualquier otro lugar que muestre interés", señala sin perder la esperanza de instalarse definitivamente en Euskadi para emplearse en lo suyo: pilotar helicópteros turísticos.