donostia. La regularización laboral de las trabajadoras de hogar ha tenido aún menos éxito en Euskadi que en el conjunto del Estado español, a tenor de los datos de afiliación a la Seguridad Social en julio, una vez finalizado el proceso de integración de las empleadas domésticas en el Régimen General. Así, el mes pasado estaban dadas de alta en la Seguridad Social del País Vasco un total de 23.327 trabajadoras de hogar, lo que supone el 29,1% de las aproximadamente 80.000 personas que se estima que se dedican a las tareas domésticas en la CAV. En el conjunto del Estado la cifra de afiliadas asciende a 366.056, y supone el 47,5% de las 770.000 trabajadoras en activo calculadas a principios de este año.

De esta forma, mientras que en el Estado prácticamente la mitad de las empleadas domésticas ya ha regularizado su situación y está cotizando a la Seguridad Social, en el País Vasco solo una tercera parte de ellas están dadas de alta, o lo que es lo mismo, dos de cada tres siguen en la economía sumergida, a pesar de que en la fase final del proceso de regularización aumentaron notablemente las afiliaciones. En junio, que era el último mes para que las trabajadoras que figuraban en el ya extinguido Régimen Especial de Empleados de Hogar pasaran al nuevo sistema dentro del Régimen General, las oficinas de la Seguridad Social en el País Vasco registraron más de 7.000 altas, y en julio se sumaron 9.756 personas más. No obstante, el proceso de regularización y los cambios normativos que entraron en vigor el 1 de enero de este año no han logrado hacer aflorar todo el empleo sumergido que existe en el ámbito doméstico y se calcula que actualmente en la CAV hay todavía unas 57.000 personas trabajando en estas tareas sin asegurar y más de 400.000 en todo el Estado.

nueva regulación Hasta el pasado 1 de enero solo era obligatorio dar de alta en la Seguridad Social a las trabajadoras de hogar cuando trabajaban 80 horas al mes en una misma casa -en ese caso el alta la daba el empleador- o 72 horas al mes en varias casas -el alta la tenía que solicitar el empleado-. Por debajo de esas horas de trabajo, el alta no era obligatoria, lo que provocaba que muchas mujeres no cotizaran a pesar de trabajar en uno o varios domicilios. Desde enero existe la obligación de cotizar por cada hora trabajada, ya sea para un solo empleador a jornada completa o para varios empleadores y la obligada a dar de alta en la Seguridad Social es la parte empleadora, que también debe retener la parte de cotización que corresponde a la trabajadora y a ingresarla junto con su cuota en la Tesorería General de la Seguridad Social.

El registro en la Seguridad Social de las trabajadoras que acceden a un empleo en el sector doméstico es obligatorio desde enero, pero las que ya estaban cotizando en el Régimen Especial tenían un plazo de seis meses para pasar al general.

Desde que se cerró ese plazo de adaptación en algunos medios se habla abiertamente del fracaso de la ley y aunque esas fuentes destacan que buena parte de este empleo sigue siendo opaco, lo cierto es que en el caso del País Vasco sí se ha conseguido hacer aflorar a una pequeña parte de las trabajadoras domésticas. Si a finales de 2011 la CAV registraba un total de 15.726 trabajadoras de hogar -de las que 6.100 eran discontinuas- afiliadas a la Seguridad Social, siete meses más tarde hay 7.600 más. Dada la situación de crisis económica, es difícil que se trate de nuevos empleos y lo más lógico es suponer que son trabajadoras que antes de la reforma legal no cotizaban y ahora sí lo hacen.

Las 23.327 trabajadoras domésticas afiliadas en la CAV suponen el 6,3% del total del Estado, mientras que el porcentaje de hogares vascos que cuenta con trabajadoras se estima en algo más del 10% estatal. Más de la mitad de las trabajadoras afiliadas en la CAV -el 56,5%- son de Bizkaia, mientras que Gipuzkoa aporta el 31,2% del total y Araba el 12,2%. A finales de julio, en Nafarroa había 6.900 empleadas de hogar dadas de alta, lo que supone unas 1.300 más que el mes anterior.

También hay que apuntar que en julio aún quedaban en el País Vasco 176 personas inscritas en el antiguo Régimen Especial de Empleados de Hogar, ya que las casi cinco mil bajas registradas en este sistema no lograron dejarlo a cero. En el conjunto del Estado español aún quedan más de 4.700 personas en un régimen ya extinguido y que durante un tiempo estarán en una especie de limbo laboral. En teoría, las trabajadoras que al finalizar junio no se habían cambiado al Régimen General pasarán automáticamente al nuevo sistema cotizando en el tramo más alto, o, si trata de fijas discontinuas, serán dadas de baja.

En vista de las cifras se puede afirmar que ni la amenaza de la imposición de sanciones para quienes tengan empleadas sin dar de alta, ni las bonificaciones establecidas para las cotizaciones han sido un aliciente suficientemente fuerte para que los empleadores acudieran a las oficinas de la Seguridad Social a regularizar a sus trabajadoras. Desde el propio sector de las trabajadoras de hogar del País Vasco ya se advirtió de que el proceso de regularización estaba siendo lento y escaso debido a la falta de información y a la complejidad de los trámites.

Empleadores y empleadas han tenido seis meses para adaptarse a la nueva situación del trabajo doméstico y aunque el proceso no ha ido todo lo bien que se esperaba, aún existe la posibilidad de que la situación del sector mejore a medida de que más trabajadoras logren que sus empleadores les den de alta en la Seguridad Social y cumplan con el resto de los requisitos establecidos por el Real Decreto 1620/2011 y la Ley 27/2011.

razones En cuanto a las razones del fracaso del proceso de regularización, fuentes de los sectores implicados argumentan que las características del trabajo doméstico hacen muy difícil la homologación de las condiciones laborales, ya que cada empleador negocia y pacta horas, salarios y descansos en función de sus necesidades y por lo general los contratos son verbales.

Los responsables laborales del Estado español y de Euskadi aún confían en que las bonificaciones establecidas para ayudar a las familias al pago de las cotizaciones sociales de las empleadas domésticas sigan empujando su regularización. En el caso del País Vasco, Lanbide puso en marcha el pasado día 20 -con cierto retraso sobre la fecha anunciada- el proceso para la solicitud de bonificaciones del 30% en las cuotas a la Seguridad Social que deben abonar las personas que tengan empleadas domésticas. Esta ayuda se suma a otra similar del 20% establecida por el Gobierno español.