Con las protestas propalestinas que han puesto en riesgo la integridad física de los ciclistas de la Vuelta a España en plena actualidad, son muchos los que han querido desviar el foco de lo que sigue ocurriendo, por desgracia, en la Franja de Gaza.

Este tipo de protestas en concreto son denunciables, claro está, y deben evitarse... Pero los que tienen la sartén por el mango para hacerlo son los gobernantes, que son los que deben dar un paso al frente, de una vez por todas, para tratar de frenar el genocidio que está protagonizando Israel. Sí, genocidio.

Porque, además, así lo ha catalogado la mayor asociación académica mundial de expertos en esta cuestión, la Asociación Internacional de Expertos en Genocidio. Tras un pormenorizado estudio, la IAGS ha aprobado una resolución histórica con el respaldo del 86% de los miembros que participaron en la votación: “Las políticas y acciones de Israel en Gaza cumplen la definición legal de genocidio de la ONU”. Dicha resolución contabiliza 59.000 muertos, 50.000 niños y niñas muertos o heridos, además de ratificar la destrucción del 90% de las viviendas y el bloqueo de alimentos y medicinas. ¿Qué más hace falta para que los dirigentes tomen cartas en el asunto y paralicen esta barbarie? Pues eso, manos a la obra.