donostia. Los mensajes de pesar por la muerte de Neil Armstrong, el primer hombre en pisar la Luna, se multiplicaron ayer en todo el mundo y coincidieron en definirle como un "héroe americano" que permanecerá para siempre en los libros de historia.

Según el comunicado de su familia, el hombre que hizo famosa la frase "un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad" era, en efecto, un héroe para millones de personas, pero lo era "a regañadientes, porque siempre creyó que solo estaba haciendo su trabajo". "Neil estaba entre los mayores héroes estadounidenses, no solo de este tiempo, sino de todos los tiempos", aseguró el presidente estadounidense, Barack Obama en un comunicado. Obama afirmó que el "espíritu de descubrimiento" de Armstrong "sigue vivo en todos los hombres y mujeres que han dedicado sus vidas a explorar lo desconocido, incluidos aquellos que están asegurándose de que llegamos más alto y vamos más lejos en el espacio".

el legado Ingenieros y científicos coincidieron ayer en destacar que la figura de Neil Armstrong y el momento en el que este pisó por primera vez la Luna fueron determinantes para que se decantaran por una carrera vinculada al espacio y subrayaron que la ciencia debe mucho a este astronauta. "Yo jugaba a ser Neil Armstrong", señaló Javier Ventura, portavoz de la Agencia Espacial Europea (ESA) en España, quien en 1969, tenía tres años. Pese a ello, recuerda una infancia rodeada de libros, juguetes e imágenes sobre la conquista lunar.

Esta hazaña también marcó la vida de Felipe Gómez, investigador del Centro de Astrobiología (CAB), quien en la actualidad se encuentra en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena (California), participando en la misión del "Curiosity" en Marte.

Si bien también era un bebé en 1969, Gómez aseveró que le "marcó muchísimo" la misión del Apolo 11: "un hecho que determinó su adicción por los temas espaciales. "Para mí, desde pequeño, fue un héroe de leyenda", relató.

Xavier Barcons, presidente del Consejo de la Organización Europea para la investigación Astronómica en el Hemisferio Austral (ESO), recordaba ayer la retransmisión de la llegada a la Luna y cómo llenó en 1969 un cuaderno de dibujos de cápsulas lunares.