DONOSTIA. Según ha informado Atea en un comunicado, tras "décadas" en las que se ha "martirizado" a las aves, este año se han eliminado los momentos más "groseros" de la costumbre como son el transporte de los pollos boca abajo de un palo o el seccionarles la cabeza.

Este año la tradición se limitó a recoger los pollos por los caseríos, trasladarlos en un vehículo al cascourbano y allí exhibirlos, para que los ciudadanos puedan elegir "el más bonito", antes de que los animales sean sacrificados para la cena.

Atea reconoce el paso dado, pero ha pedido al municipio que en la fiesta se "prescinda por completo" de los animales, porque además del sufrimiento que causa a las aves fomenta la idea de que los animales están solo para "nuestro uso y disfrute".