Donostia. La conocidísima melodía de la banda sonora del filme 2001: Una odisea en el espacio sonaba ayer por la mañana en los altavoces colocados en el boulevard donostiarra. La 23ª edición de la Lilatón, la carrera popular para mujeres organizada en la capital guipuzcoana, estaba a punto de despegar. Hasta que, a las 11.00 horas en punto, los jueces dieron el pistoletazo de salida. Una muchedumbre de más de 2.400 corredoras arrancó entre aplausos, brazos en alto y sonrisas.

Un año más, el buen ambiente reinó en esta prueba deportivo-reivindicativa en la que las atletas deben recorrer una distancia de cinco kilómetros por las calles de Donostia. El color fucsia de las camisetas repartidas por la organización se adueñó del centro de la ciudad.

La incesante lluvia amenazaba con diluir la jornada, pero el ánimo de las atletas no lo permitió. Muy al contrario, la participación volvió a batir los récords de ediciones anteriores. Las jóvenes de 14 y 15 años pudieron competir por primera vez, mientras que la participante más veterana tuvo 72 años. Predominaron los rostros juveniles sobre el asfalto, pero la participación de las atletas más curtidas también fue amplia.

llegan las 'roller' Las patinadoras fueron las primeras en completar el recorrido, ya que habían salido cinco minutos antes que el resto de la comitiva. En un reñido final, la donostiarra Miriam Elorza se impuso en esta disciplina, seguida de Nagore Montes y Begoña Huerta. "La carretera estaba bastante peligrosa, muy resbaladiza", afirmó la segunda clasificada al término de la carrera. Esta joven, que nunca ha realizado la prueba pedestre, planeaba sumarse al tercer tiempo que se genera después de la competición en la Parte Vieja.

Minutos después entraba en línea de meta Eneritz Sein, ganadora de la prueba, que abrió paso a la retahíla de corredoras. Los abrazos y las sonrisas se entremezclaban con el sudor y la respiración agitada en el boulevard. Mientras trataban de recuperar el aliento con la ayuda de bebidas isotónicas, conversaban sobre el tiempo realizado o las sensaciones vividas durante el recorrido.

"Resulta duro, porque aquí vas más rápido que en los entrenamientos, pero eso hace que mejores tus tiempos", mantenía la tolosarra Ana Intxausti, después de completar por primera vez los cinco kilómetros de la Lilatón. En su opinión, "el ambiente que se vive" hace que esta carrera sea "algo diferente". "Yo mismo empecé a correr en verano. No me gusta salir con tanta gente, pero me he animado porque es algo especial, es para mujeres y me lo he pasado bien. ¡Es una pasada!", concluyó.

mucho nivel "De un año a otro observamos una competitividad mayor", constataban desde los micrófonos de la organización, liderada por Lilatón Taldea. Todo esto se tradujo en el pódium final, instalado en las terrazas del Ayuntamiento, donde se confirmó que la primera clasificada había batido el récord de la prueba. Ana Llorens y Eva Peláez se subieron al segundo y tercer cajón, respectivamente, mientras que en categoría junior la ganadora fue Uxoa Irigoien.

La pertiguista de elite Naroa Agirre fue la encargada de repartir los premios. Su madre ha participado en esta carrera desde sus inicios y la atleta donostiarra se mostró ilusionada al comprobar "el buen ambiente" que reinó una vez más en toda la competición. Los galardones destinados a premiar a los equipos más destacados fueron para Pasaiako lilak, Anoetako Herri Ikastola y el grupo Triku de Triatlón.