HABITÁCULOS de "depravación", lugares en los que no se fomenta más que el vicio… No han cosechado precisamente amables epítetos las cabinas de proyección de películas pornográficas. Pero basta una visita para concluir que no es más que un servicio más con demanda. Accedemos a las 17 cabinas que ofrece el Sex shop Pittilin Gorri, en el barrio donostiarra de Amara.

De entrada, llama la atención las reducidas dimensiones de los habitáculos, con unas medidas de 1,80x1,20. Una pequeña papelera y unas toallitas completan el mobiliario. Las cabinas, de madera, están distribuidas en dos plantas. Las de la parte superior presentan un agujero del tamaño de una naranja llamado a facilitar el contacto entre los clientes que así lo deseen mientras ven las imágenes.

Lejos ha quedado la época del VHS en la que el cliente introducía la cinta. Hoy en día el sistema se ha digitalizado de tal forma que, con un clic, el usuario tiene acceso a todo el servidor, donde se ofrecen hasta 8.000 películas cuyo visionado se puede simultanear.

rocco siffredi

"Sigue siendo el capo"

El pago puede realizarse en metálico, o mediante tarjetas que expende el propio sex shop y que se pueden cargar introduciendo monedas. Iñaki Olaizola, el propietario del negocio, se sienta en una de las cabinas para hacer una demostración. Introduce el dinero y comienza el visionado. El cuadro de mando está en la parte izquierda, con el que se puede seleccionar la categoría de películas a ver: "Anal", "Bisexuales"... Las imágenes se atragantan un poco a esta primera hora de la mañana.

Son las 9.00 horas, y Olaizola selecciona la última de Rocco Siffredi -"Rocco sigue siendo el capo", dice convencidísimo-, que automáticamente aparece en escena. El cuadro de mando permite visionar las escenas a cámara lenta, e incluir las películas seleccionadas en una carpeta de favoritos. Olaizola se gira para explicar lo que le sugiere el uso de este servicio.

"El porno es un mundo de matices, el problema es cuando nos creemos lo que vemos", sostiene el experto. "Pedimos al porno que nos eduque, pero no se puede vivir la vida sexual como una peli. Es como si un niño se creyera Superman. Aquí vienes, te haces la paja, y se acabó".

Entretanto, la selección de categorías sigue su curso: "tetas grandes", "eyaculaciones", "gordas"… hasta 8.000 películas con las que la intimidad del usuario "siempre queda garantizada".