Donostia. La historia de la destitución de Juanjo Olaizola como director del Museo Vasco de Ferrocarril de Azpeitia va camino de convertirse en una mala caricatura de la escena del tren en la película Los Hermanos Marx en el Oeste. Tras el cese en sus funciones al frente de la instalación cultural el 29 de diciembre, ahora EuskoTren se ha desdicho de la decisión tomada el mes pasado y ha restituido en su puesto a Olaizola, quien estaba al frente de ese centro desde su apertura en 1994.
Concurso Una comunicación interna de la empresa ferroviaria, dependiente del Departamento de Transportes del Gobierno Vasco, revoca el relevo de Olaizola y le confirma como director del museo azpeitiarra. De esta manera, se vuelve a la situación anterior a su destitución y, en principio, el Ejecutivo Vasco pospone el planteamiento inicial de sacar a concurso el puesto, aunque no se descarta realizar una convocatoria.
En todo caso, según el comunicado de EuskoTren, Olaizola no irá destinado al área de Formación de la compañía, en un puesto administrativo en las oficinas centrales de Atxuri (Bilbao), como alternativa al abandono de su responsabilidad en el museo azpeitiarra.
Olaizola mantenía su responsabilidad de manera transitoria, tras la determinación de la nueva fundación que gestiona el museo de que tanto él como su equipo continuasen llevando las riendas del centro hasta finalizar el proceso de selección del nuevo director.
El episodio Olaizola ha provocado el rechazo de numerosas agrupaciones ferroviarias y particulares, que públicamente se han manifestado en contra de la decisión tomada por el Gobierno Vasco.
En este sentido, la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obras Pública (AVPIOP) se dirigió al consejero de Vivienda, Obras Públicas y Transportes, Iñaki Arriola, para pedirle que reflexionase sobre esta decisión y reconsiderase su destitución al frente del centro de Azpeitia.
Compromiso En este sentido, su presidente, Javier Puertas, destacó que Olaizola ha sido una figura destacada que, desde la creación del museo, a comienzos de los años 90, ha demostrado un importante "compromiso" con la defensa del patrimonio ferroviario vasco.
En esta misma línea, la fundación que agrupa a la mayoría de los museos ferroviarios del viejo continente envió una carta a los altos cargos de la operadora ferroviaria y del Gobierno Vasco instándoles a rectificar y restituir a Juanjo Olaizola en su antiguo puesto.
A este coro de defensores de Olaizola se sumó el alcalde de Azpeitia, Julián Eizmendi, quien censuró que se hubiese "hurtado" al patronato de la Fundación museística la decisión de mantenerlo al frente de la dirección.
Eizmendi aseguró que en la primera reunión de este órgano, presidida por el viceconsejero de Transportes, Ernesto Gasco, quedó patente que la destitución de Olaizola "había sido adoptada con anterioridad" al encuentro.
Olaizola fue contratado por el Departamento de Transportes y Obras Públicas del Gobierno Vasco en 1989 para redactar el inventario de patrimonio ferroviario de Euskadi y, a partir de 1990, para impulsar el proyecto del museo.
En 1994 pasó a depender de EuskoTren cuando el Gobierno transfirió la gestión del Museo al operador ferroviario vasco.