Donostia. Los profesionales de la carretera comienzan a dar pasos ante los desmanes del crudo. El precio del litro de la gasolina sobrepasa los 1,2 euros, nivel que no alcanzaba desde 2008, y llenar el depósito se ha encarecido nada menos que tres euros en apenas dos semanas. Pagar la gasolina a precio de oro ha comenzado a acelerar en Gipuzkoa la adquisición de vehículos impulsados por sistemas alternativos al combustible tradicional. "Sin ir más lejos, ante esta situación, hay gente que ya ha dado el salto al coche híbrido. Cada vez hay más compañeros que se van decantando por este sistema", asegura Ángel Arribillaga, presidente de Radio Taxi en Donostia.

Media docena de vehículos de los 160 que integran la flota ya responden a estas características, impulsados por un motor de gasolina que a partir de un número determinado de revoluciones activa un sistema eléctrico, logrando unos consumos bajísimos. "Es una realidad muy reciente, hablamos de un paso dado este mismo año y todo parece indicar que irá a más", apunta Arribillaga.

Lo cierto es que llueve sobre mojado. La referencia más cercana al elevado precio que ha alcanzado el carburante se produjo a mediados de 2008, cuando llenar el depósito de 60 litros de gasolina se convirtió en un oneroso ejercicio. Tanto, que muchos profesionales guipuzcoanos no se lo pensaron dos veces y dieron el salto a los vehículos GLP (Gas Licuado de Petróleo), un combustible alternativo menos contaminante que la gasolina o el gasoil -el litro se vendía ayer a 0,65 céntimos frente a 1"15 euros del gasóleo- y que lleva años usándose en países como Francia. Es el Gobierno el que subvenciona el combustible puesto que no es contaminante, de ahí que el precio sea reducido.

Taxistas y autoescuelas cuentan en el territorio con una flota creciente de vehículos basados en este sistema. El único surtidor que existe en Gipuzkoa de este combustible está situado en la estación de Petronor de Miramon, en Donostia. El encargado de esta gasolinera, Armando González, confirmaba ayer que a pesar de la reciente implantación del sistema, venden a diario unos 700 litros de este combustible basado en la mezcla de propano y butano. "Estamos hablando del momento en el que la gasolina ha alcanzado su mayor precio, por eso muchos usuarios indagan nuevos sistemas. En el caso del GLP, la gente parece todavía un poco reticente a adquirir un coche con gas porque en la retina de la gente persiste aquella imagen de antes, de ir en el coche con bombonas, pero ya no es así. De hecho, ahora la gasolina normal es mucho más inflamable", asegura González.

"Petróleo cero" Es en este contexto en el que el Gobierno Vasco ha hecho su propia apuesta por el coche eléctrico, "una realidad a corto plazo", según el viceconsejero de Industria y Energía del Gobierno Vasco, Xabier Garmendia, que aboga por definir un "horizonte de petróleo cero" que dé paso a otros sistemas. Las previsiones son comenzar la implantación en 2011 y alcanzar ese año más de 200 puntos en las tres capitales vascas para ir progresivamente aumentando el número de puntos. La semana pasada se daba a conocer que el primer poste de recarga eléctrica en Euskadi para este tipo de vehículos se ha puesto en servicio en el hotel Palacio de Aiete donostiarra.

Pero las lecturas que se hacen de la progresiva implantación del vehículo eléctrico no son tan positivas en todos los sectores. El gerente de Vallina, Iñaki Pérez de Eulate, explica que ya hace tiempo realizaron un estudio de viabilidad para saber de primera mano cuándo podría estar en marcha un coche eléctrico con las suficientes garantías en el uso diario. "Comprobamos que antes de 2030 era muy difícil. El mayor problema es de autonomía. Conseguir que uno de estos coches se desplace sin necesidad de recarga más de 150 kilómetros va a costar muchísimos años. Que hagamos un viaje a Loiu y estemos pensando en parar por el camino no es una alternativa viable", subraya.

Los taxistas hicieron un plan de viabilidad porque en buena parte de los países europeos, la opción que comienza a contar con más adeptos es la del gas natural. "No requiere de grandes inversiones y procura una reducción del 40% de CO2. Supone, además, un ahorro del 50% respecto al gasoil ordinario. Es una apuesta que alguien tendrá que hacer para crear las infraestructuras adecuadas", propone Pérez de Eulate.

Desde el sector defienden la implantación de una red de gas natural, y piden para ello la implicación de la sociedad en su conjunto. "Los primeros que se iniciaron en el gasoil fueron los profesionales, por una cuestión económica, y hoy el 70% del parque de vehículos es de gasoil. Si se dieran los pasos ahora hacia otro tipo de combustible, en este caso el gas, habría muchísimos particulares partidarios de este tipo de vehículos y contaríamos con una alternativa para los próximos 20 años", sostiene el gerente de Vallina.