Plagas primaverales
Al dejar atrás el invierno, las temperaturas comienzan a elevarse y los seres vivos emergen de su letargo para reactivar sus ciclos vitales. Hasta el punto de que esta eclosión puede causar problemas por la entrada de hormigas, cucarachas o mosquitos en los hogares.
¿QUién no ha vivido una situación similar? Descubrir que la cocina ha sido invadida por hormigas al llegar a casa o encontrarse con la inesperada visita de varias cucarachas en el hogar suelen ser experiencias bastante desagradables ante las que uno se siente indefenso. Con la llegada de la primavera, aumenta la posibilidad de sentirse importunado por la presencia en casa de estos insectos, que se dejan ver con mayor frecuencia en adosados, apartamentos, establecimientos hosteleros y hoteles.
El fenómeno de las plagas se está viendo acrecentado en los últimos años, como consecuencia de la globalización y de la actividad humana, por la llegada de especies invasoras como la cucaracha Pariplaneta americana o la hormiga argentina, así como por el rebrote de la chinche de cama. El País Vasco no es una isla en ese sentido. Su casa puede ser el siguiente objetivo de estos bichos.
En busca de cobijo Al decir adiós al frío invernal, comienzan a subir las temperaturas. La escasez de alimentos también toca su fin para los seres vivos. "Esto hace que sus ciclos biológicos se agilicen. Se da una explosión de vida gracias a la abundancia de luz, de calor y de agua, de modo que se destapan las plagas", explica Oriol Munné, director del departamento Biotek-Maderas del centro tecnológico Cidemco-Tecnalia de Azpeitia y experto en materia de plagas.
Algunos tipos de insectos, en ese contexto, se adentran en casas, comercios y establecimientos. Según argumenta Munné, buscan "cobijo y alimentos" y se encuentran con unas buenas condiciones "para anidar y procrear". Ahí es cuando pueden causar molestias. Cuando el número de ejemplares sobrepasa el límite de lo que puede considerarse normal y aceptable, la situación puede ser preocupante. Incluso puede dar lugar a problemas sanitarios.
La Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas (ANECPLA) viene advirtiendo en los últimos años de la proliferación de cucarachas en las ciudades. Según advierten, además de las "pérdidas económicas" que puede ocasionar este insecto milenario, la suciedad que llevan consigo y que inoculan a los alimentos puede provocar "graves enfermedades como la disentería y la salmonelosis".
En el País Vasco, las especies más comunes son la Blattella germánica -conocida como cucaracha rubia, alemana o del café-, la Blatta orientalis y, desde hace algún tiempo, la Periplaneta americana. "Pueden anidar fácilmente en sitios estratégicos de nuestra casa como debajo de la nevera, cuyo motor desprende calorcito, o debajo de los fogones de la cocina, por ejemplo, donde siempre hay restos de comida", relata Oriol Munné, para explicar su presencia en hogares, bares y restaurantes.
También existen cientos de especies de hormigas en la naturaleza, aunque la mayoría de ellas no interfieren en la actividad humana, de modo que no se consideran plagas. Al contrario, resultan beneficiosas para el equilibrio del medio ambiente. Sin embargo, algunas de ellas se sienten atraídas por las viviendas, como ocurre en el caso de la hormiga Lasius niger o la invasora Linephitema humile, más conocida como hormiga argentina.
Prevención Ante amenazas de este tipo, el experto de Cidemco-Tecnalia recomienda "la higiene" como primera medida preventiva. "De nada sirve tratar la plaga si no tenemos un nivel sanitario importante. Me refiero a la presencia de restos orgánicos y agua en el hogar o en el establecimiento", según advierte, reclamos para estas invasiones. Suele ser bastante típico, por ejemplo, que algún bar o restaurante contrate un tratamiento contra las cucarachas, cuando en realidad es necesaria una política más decidida de limpieza.
Es decir, según aconsejan los expertos, los alimentos deben almacenarse en recipientes herméticos y los cubos de basura tienen que estar cerrados. Además, es conveniente aislar la casa o el local de la entrada de plagas, sin que haya rendijas, grietas o agujeros en las paredes.
Algo muy diferente es la respuesta contra las termitas, otro insecto que intensifica su actividad en primavera. Las señales de que la estructura de madera de una casa puede estar siendo colonizada por esta especie es la observación de cúmulos terrosos en el hogar, en puntos como grietas, o falsos techos. A finales de la primavera, se generan enjambres de termitas aladas y de color oscuro que, según señala Munné, advierten de la presencia de una colonia en las inmediaciones. "Son difíciles de detectar si no lo hace un experto. Pero conviene estar atento a estos indicios y, en caso de observarlos, llamar a un técnico", recuerda.
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