Donostia. Los instaladores denuncian que, tras prohibir desde enero la colocación de calderas atmosféricas en los hogares vascos (las más habituales hasta ahora en Gipuzkoa), el Departamento vasco de Industria no ha previsto alternativas o soluciones para resolver los problemas de incompatibilidades a los que se enfrentan al sustituirlas por calderas estancas, principalmente cuando la chimenea es comunitaria. La normativa no exige el cambio a los titulares de un aparato atmosférico, pero si éste se estropea (su vida suele rondar los quince años), el que lo sustituya deberá ser ya estanco.

Una caldera atmosférica toma el aire de la sala en la que se ubica y desemboca en una chimenea común del edificio. La estanca es más segura porque recibe el aire del exterior y expulsa los humos mediante un sistema de tubos (además, si es de condensación ahorra más energía, ya que recupera el vapor del agua, que en las calderas convencionales se desperdicia por la chimenea). Así, para recibir ese aire, la estanca necesita una conexión directa con el exterior.

Este tipo de aparatos, más seguros y también más eficientes energéticamente, exigen, por ello, que los conductos que le suministran el aire a la propia caldera estén limpios y no mezclados con las expulsiones de los extractores de las cocinas. Según explica Txema Ruiz, de la Asociación de Instaladores y Mantenedores de Gipuzkoa (Instagi), eso supone un problema porque, de este modo, la salida de esas nuevas calderas no puede hacerse por la mayoría de chimeneas de las comunidades de vecinos que utilizan las calderas atmosféricas, ya que éstas sirven también para las campanas (utilizan un conmutador para no acoplarse).

Posibilidades Por eso, cuando los instaladores colocan una de estas calderas estancas nuevas en una comunidad, deben buscar, también, una nueva salida para ella, al margen de la chimenea general del edificio. Esa salida puede hacerse a través de la fachada, aunque en muchas ocasiones en cascos históricos o en todo el centro de Donostia, por ejemplo, esas fachadas están protegidas y no es posible actuar en ellas.

En esos casos, sólo les queda a los instaladores intentar llegar hasta el patio, aunque esta solución tampoco es viable siempre, ya que depende de las dimensiones de éste (se exige un espacio mínimo para que el aire se renueve) o de si está cubierto, entre otros aspectos. Esta solución es más recomendable para los pisos altos, más cerca de la apertura del patio.

Además, Ruiz insiste en que tanto la primera como la segunda opción requieren del visto bueno de la comunidad de vecinos, algo que, en algunos casos, puede ser complicado de lograr. Y es que la mejor solución, a todas luces, sería la construcción de una nueva chimenea para el conjunto del inmueble que pueda dar salida a todas las calderas estancas de los hogares. Sin embargo, pocas comunidades querrán hacer frente a esta inversión (la de la chimenea común nueva y la de su propia caldera), teniendo en cuenta que sus aparatos aún funcionan (puede que aún estén operativos casi quince años más si los han instalado recientemente) y no necesitan renovarlos.

Otra opción podría ser una nueva chimenea para toda la comunidad que, sin embargo, podría adaptar a ella las calderas atmosféricas aún en funcionamiento a través de un ventilador, sin obligar a todos los vecinos a sustituir su caldera, aunque en este caso sigue siendo necesaria la inversión común para la chimenea.

De momento, en estos primeros meses de aplicación de la normativa, los instaladores están teniendo que apelar al "ingenio" para buscar soluciones a los casos concretos. "Hasta ahora, no hemos encontrado ningún caso irresoluble", explica Ruiz.

Alternativas Sin embargo, demandan al Departamento de Industria del Gobierno Vasco propuestas y alternativas viables. Ya se las reclamaron el año pasado: meses antes de que entrara en vigor la prohibición de instalar más calderas atmosféricas, les advirtieron de las dificultades y les demandaron alternativas antes de que se materializara esa prohibición. "Pero el problema sigue sin resolverse", incide Ruiz, que insiste en que a pesar de lo razonable de sustituir las calderas atmosféricas, no había prisa para hacerlo antes de contar con alternativas. Recuerda, en ese sentido, que en muchos lugares del Estado siguen vendiéndose este tipo de aparatos.

De momento, Industria sí les ha respondido que tiene un estudio en marcha en colaboración con la UPV para plantear alternativas viables y ver si las chimeneas anteriores se pueden compatibilizar, de alguna manera, con las calderas estancas, aunque todavía no hay propuestas concretas ni datos sobre su viabilidad.