ESTO es un transportista rumano, uno británico y otro vasco conduciendo por tierras andaluzas cuando una pareja de la Guardia Civil les da el alto para revisar los discos del tacógrafo, donde se recogen los tiempos al volante y los de descanso. Los dos primeros entregan estos soportes, escrito cada uno en su idioma, y pasan el control de los agentes; el último hace lo propio pero no tiene la misma suerte. ¿Por qué? Nadie lo sabe aún. Ni el conductor alavés, ni su compañía de seguros y mucho menos los responsables del sindicato Hiru que no ocultan su sorpresa por la multa de 4.601 euros impuesta a este profesional del transporte por haber consignado en euskera la información de su tacógrafo.

"No tiene ni pies ni cabeza", manifiestan desde la central sindical ya que, según argumentan, los datos estaban debidamente cumplimentados. Sin embargo, y a pesar de que la legalidad ampara al transportista vasco, la Junta de Andalucía ha rechazado el recurso formal presentado por el conductor alavés que aquel fatídico 15 de septiembre circulaba por Linares con una carga de material escolar y maquinaría para entregar en algunos colegios andaluces cuando fue parado por la Benemérita. Era su segundo viaje al sur de España ya que, habitualmente "anda en corto y como puedes ver le salió bastante caro...", comentan desde Hiru.

El transportista, que prefiere mantener su identidad en el anonimato, relata que el número de la Guardia Civil le preguntó "por qué tenía la fecha escrita mal" y él respondió que lo había hecho, como siempre, en euskera: primero el año, luego el mes y por último el día; tal y como hacen sus colegas de profesión en otros países como por ejemplo, Rumanía. "El agente me miró raro y contestó que eso le podía llevar a confundirse y que me iba a denunciar". Para su sorpresa, estas palabras no fueron una simple fanfarronada y la multa fue tramitada a pesar de que los datos reflejados en los discos eran los correctos. "Estoy alucinado", telegrafía el transportista alavés.

Y es que se trata de algo inaudito, tal y como confirman desde el servicio jurídico del sindicato Hiru. "La denuncia no tiene base y se presentarán las alegaciones oportunas para paralizar la multa", anuncian. El desconcierto y el contrasentido de la forma y el fondo de la sanción interpuesta por "falsificar las hojas de registro", según consta en la denuncia, no finaliza ahí, ya que a pesar de tratarse de una falta grave (como demuestra la cuantía de la multa) ni le han retirado puntos de su permiso de conducción ni su vehículo fue inmovilizado.

Gobierno vasco y Junta andaluza

De igual a igual

Ante lo que consideran un atropello al derecho de este ciudadano vasco de emplear el euskera en su tacógrafo, los responsables del sindicato Hiru prevén ponerse en contacto con el Departamento de Transportes del Gobierno Vasco para que hable de igual a igual con sus homólogos andaluces, analicen esta desafortunada intervención y la sanción sea anulada. A la espera de recibir esa petición, desde Lakua mostraban ayer su esperanza de poder resolver favorablemente este hecho. "Se mirará cómo está la ley y se tratará de ayudar en todo lo que sea posible", detallaban fuentes del equipo de dirige Iñaki Arriola.

Y es que, como inciden desde la central sindical, "siguiendo la política de la Junta de Andalucía, suponemos que a partir de ahora los er-tzainas obligarán a los transportistas andaluces que pasan por Araba a consignar las fechas del disco-tacógrafo en euskera y castellano, y que los policías ingleses obligarán a los transportistas españoles a llevar el disco-tacógrafo en el formato de fecha inglés...".