Donostia. El catedrático emérito de Derecho Penal y fundador del Instituto Vasco de Criminología en 1976, el jesuita Antonio Beristain Ipiña falleció la madrugada de ayer en Donostia, a los 85 años de edad. Beristain (Medina de Rioseco, Valladolid, 1924) ejercía en la actualidad el cargo de director honorífico del Instituto, además de ser presidente del Consejo de Dirección del Centro Internacional de Investigación sobre la Delincuencia, la Marginalidad y las Relaciones Sociales; y miembro del Consejo de Dirección de la Sociedad Internacional de Criminología y del Consejo Editorial de diversas revistas científicas.
Según explicaron fuentes del Instituto Vasco de Criminología, en las últimas fechas se encontraba "debilitado", aunque no obstante "seguía trabajando". "Seguía viniendo todos los días, escribiendo cosas, publicando, aunque ya hacía un año que no impartía clases y ofrecía muy pocas conferencias", apuntaron.
El funeral por Beristain se celebrará hoy a las 19.30 horas en la Iglesia de los Jesuitas, en la calle Andia de la capital guipuzcoana. Las mismas fuentes anunciaron además que el Instituto prevé organizar un acto de homenaje y reconocimiento póstumo a su fundador, en el que se dará a conocer una publicación "realizada en su honor".
Tras realizar sus estudios en formación humanística, filosófica, jurídica y teológica, Beristain continuó su labor investigadora y docente en la Universidad de Deusto (1958-1967); y en las Universidades de Valladolid (1967-1968), Madrid (1968-1970) y Oviedo (1970-1973). En 1973 se incorporó a la UPV para dirigir el Departamento de Derecho Penal en la Facultad de Donostia.
Víctimas En 1973 recibió la Medalla del Hebrew University of Jerusalen y en 1977 fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad de Pau y de los Países del Adour (Francia). Además, en 1993 le fue otorgado el Premio Hermann Mannheim por la Sociedad Internacional de Criminología. Además de otros muchos reconocimientos, su labor académica y humanista en lo referente a las víctimas del terrorismo fue reconocida con el X Premio de Convivencia de la Fundación Manuel Broseta (Valencia, 2002) y el II Premio Internacional del Colectivo de Víctimas del Terrorismo en el País Vasco (2003).
El director del Instituto Vasco de Criminología, José Luis de la Cuesta, afirmó ayer que Beristain fue un "maestro ejemplar y trabajador infatigable", con "una personalidad entrañable y gran capacidad de acogida y generosidad". Si algo recordaba ayer De la Cuesta de manera especial fue la última década de la vida de Antonio Beristain, que vivió bajo la amenaza de ETA, lo que le obligaba a llevar escolta.
La presidenta de las Juntas Generales de Gipuzkoa, Rafaela Romero, destacó la condición de "ilustre pensador y de referente ético y moral" del jesuita. En palabras de Romero, las víctimas del terrorismo, "a las que tanto honró y a las que acompañó en su sufrimiento y exigencia de justicia", sentirán "hondamente" la pérdida del catedrático.