palma de mallorca. La propietaria del bar Juan, situado frente al edificio derrumbado, afirmó que la fachada presentaba "grietas en las que cabía un pie o la cabeza" a la altura de la planta baja, de cuyo inmueble "caían constantemente trozos". Así lo confirmaron también otros vecinos que se encontraban en la plaza Serralta de la capital balear, donde seguían las evoluciones de las tareas de desescombro y, sobre todo, acusaban de "pasividad a las instituciones ante la degradación del barrio". De hecho, la dueña del bar recordó que el viernes un cliente dijo que ese edificio "se iba a caer" lo que ocurrió finalmente dos días después.