La longevidad viene marcada por varios factores a tener en cuenta, aunque es evidente que los hábitos diarios y la alimentación juegan un papel fundamental.

Cada vez existen mas estudios y hay más expertos formados en la materia, y uno de ellos es Manuel De La Peña, presidente del Instituto Europeo de Salud y director de la Cátedra del Corazón y Longevidad.

El doctor, que es popular por compartir contenido a través de sus redes sociales, quiso saber el secreto de Jesús Redondo, el hombre más longevo del Estado, para llegar con salud a los 110 años.

"Haber hecho buena vida. Ni mucho vino, ni mucho tabaco. Tabaco nada. No he ido nunca borracho a casa", explicó con claridad.

"Una lección simple pero llena de sabiduría", señaló el experto en longevidad, que quiso poner en valor "su calma, su forma de vivir y su manera de entender la vida".

La dieta, el primer pilar

Más allá de la importancia de no beber alcohol ni fumar, los estudios en nutrición muestran que las poblaciones más longevas del mundo comparten un patrón alimentario común: consumo elevado de frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, pescado y grasas saludables, con un uso moderado de proteínas animales y casi sin productos ultraprocesados.

Este modelo, similar a la dieta mediterránea, contribuye a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer.

No se trata de dietas estrictas ni restrictivas, sino de recuperar una forma de comer basada en productos frescos y locales. Este tipo de alimentación favorece un envejecimiento más lento y protege órganos clave como el corazón y el cerebro.

Ejercicio diario, clave para retrasar el envejecimiento

El segundo elemento es el movimiento diario. La Organización Mundial de la Salud recomienda al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana, aunque también se debe apostar por integrar el ejercicio como un hábito cotidiano y natural.

Caminar, nadar, montar en bicicleta o practicar ejercicios de fuerza contribuye a mantener un peso saludable, mejorar la circulación y preservar la masa muscular, un factor decisivo a medida que avanza la edad.

La actividad física regular también se asocia a una reducción del riesgo de demencia y a una mejor salud emocional, aspectos cada vez más valorados en el envejecimiento saludable.

Mujeres practicando deporte Freepik

Superalimentos esenciales para reforzar la salud

Existen alimentos que han ganado protagonismo en la alimentación por su alta densidad nutricional y su capacidad para complementar una dieta equilibrada.

Entre los más destacados se encuentra la chia, rica en fibra y ácidos grasos omega-3, que favorece la salud cardiovascular. El arándano es otro imprescindible: su elevada concentración de antioxidantes ayuda a combatir el estrés oxidativo. También sobresale la espirulina, un alga con proteínas de alta calidad y micronutrientes esenciales.

El aguacate, por su aporte de grasas saludables, contribuye al buen funcionamiento del sistema nervioso y a la absorción de vitaminas. Por su parte, la cúrcuma destaca por su compuesto activo, la curcumina, que se asocia con propiedades antiinflamatorias.

Estos alimentos, sumados a otros como el brócoli, las espinacas, las alcachofas, las uvas, las nueces o el kiwi, integrados en recetas cotidianas y consumidos con moderación, pueden ser aliados para mejorar la energía, reforzar el sistema inmunitario y promover un estilo de vida más saludable.