El error que cometes en la playa y puede costarte una infección
Tomar medidas puede marcar la diferencia entre unas vacaciones tranquilas o tener una infección
El verano es sinónimo de playa, piscina y muchas horas disfrutando del agua. Sin embargo, hay que saber que también es una época en la que aumentan de manera significativa algunos problemas de salud.
Uno de ellos es la cistitis, una inflamación de la vejiga urinaria que suele estar causada por una infección bacteriana y que afecta principalmente a mujeres.
Aunque suele considerarse un problema poco grave, la cistitis puede resultar muy dolorosa y alterar de manera notable la calidad de vida. Uno de los factores que incrementa su aparición es permanecer demasiado tiempo con el bañador mojado después de darnos un baño.
Estar húmedos durante horas puede alterar el equilibrio natural de la flora vaginal, que actúa como una barrera protectora frente a microorganismos patógenos. La humedad constante favorece la irritación de la zona íntima y crea un entorno propicio para el crecimiento de bacterias y hongos.
El ambiente húmedo y cálido bajo el bañador facilita que proliferen microorganismos como Escherichia coli, responsable de muchas infecciones de orina, o Candida albicans, hongo causante de candidiasis. Esto explica por qué en verano aumentan los casos no solo de cistitis, sino también de candidiasis vaginal y vaginosis bacteriana.
¿Cuánto tiempo estar con el bañador mojado?
Los especialistas recomiendan no estar con el bañador húmedo más de una hora, especialmente en días muy calurosos o tras periodos prolongados en el agua.
Superar las dos horas con la prenda mojada incrementa notablemente el riesgo de sufrir irritaciones locales e infecciones urogenitales. Por ello, lo más recomendable es cambiarse de ropa lo antes posible y optar por prendas secas y transpirables.
Este consejo es especialmente importante en mujeres con antecedentes de infecciones urinarias recurrentes, ya que su sistema urogenital es más sensible a desequilibrios de la flora.
Otras medidas preventivas
Además de cambiarse de bañador, existen otros hábitos que pueden ayudar a reducir el riesgo de cistitis y de infecciones en verano:
- Mantener una correcta higiene íntima, evitando el uso de jabones agresivos que alteren el pH vaginal.
- Beber abundante agua, ya que favorece la eliminación de bacterias a través de la orina.
- Orinar después de los baños, ayudando a arrastrar posibles microorganismos que hayan entrado en contacto con la uretra.
- Elegir ropa interior de algodón y prendas transpirables, evitando aquellas demasiado ajustadas.
- Evitar el uso innecesario de antibióticos, ya que estos alteran la flora protectora y pueden favorecer infecciones recurrentes.
Evita la cistitis con esta fruta: dificulta la proliferación y formación de infecciones
Qué hacer ante los síntomas
Los síntomas más habituales de la cistitis son dolor o escozor al orinar, aumento de la frecuencia urinaria y sensación de urgencia.
También puede presentarse dolor en la parte baja del abdomen o la presencia de orina turbia. Ante estos signos, se recomienda acudir al médico para confirmar el diagnóstico y recibir el tratamiento adecuado, que en la mayoría de los casos incluye antibióticos específicos.
En el caso de infecciones por hongos, los síntomas más frecuentes son picor, enrojecimiento y flujo blanquecino espeso. Estos cuadros requieren un tratamiento antifúngico.
En conclusión, disfrutar del verano no debería implicar problemas de salud. Algo tan sencillo como cambiarse de bañador tras el baño y mantener la zona íntima seca puede marcar la diferencia entre unas vacaciones tranquilas y el malestar de una cistitis u otra infección íntima.
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