Un equipo de investigadores ha logrado desarrollar una prueba capaz de detectar tumores sólidos en estadios iniciales a partir de una simple muestra de sangre y que permitirá además obtener información relevante para elegir el tratamiento más adecuado.

Lo ha conseguido un equipo dirigido por el investigador Gonçalo Bernardes, jefe del Grupo de Biología Química Traslacional del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y los resultados del trabajo se han publicado en la revista Nature Communications.

Los métodos actuales para diagnosticar el cáncer se basan en identificar marcadores -moléculas que indican un estado o proceso determinado del organismo- que provienen del tumor o de proteínas asociadas a él, y esos marcadores son más abundantes cuando el tumor ya se ha desarrollado de forma significativa, pero cuanto más avanzado el tumor, más complejo es encontrar opciones de tratamiento eficaces, ha subrayado el CNIO en una nota.

Para lograr esa detección temprana, el equipo dirigido por el investigador portugués orientó la prueba no a los marcadores que emite el tumor, sino a la reacción defensiva del organismo ante el cáncer.

Cambios en las proteínas de la sangre

Desde el siglo XIX se conoce que la aparición de células cancerosas provoca cambios en el sistema inmunitario, y también se sabía que esos cambios son más intensos en las etapas más tempranas del cáncer, pero nunca se habían utilizado para el diagnóstico.

El nuevo estudio se centra en ellos, concretamente en los cambios en las proteínas de la sangre que se producen cuando el cáncer altera el sistema inmunitario, ha precisado el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas.

"Nuestro enfoque -ha explicado Gonçalo Bernardes- se ha mostrado particularmente eficaz para detectar tumores en etapa temprana, lo que es fundamental porque, si los detectamos a tiempo, podemos tratar muchos tipos de cáncer".

Al plantear ese enfoque, el equipo encontró un problema: la sangre humana contiene más de 5.000 proteínas, lo que dificulta enormemente su análisis, y utilizaron por ello un análisis bioinformático y acotaron el objeto de estudio a solo cinco aminoácidos.

Después sometieron la muestra a reacciones que emiten fluorescencia cuando se les aplica luz y que revelaron la concentración exacta de cada uno de esos aminoácidos en el plasma, y gracias a una herramienta de inteligencia artificial basada en el aprendizaje automático identificaron en esas concentraciones patrones que podían traducirse en señales de diagnóstico.

Según han explicado los investigadores en el artículo, aplicaron esta técnica en muestras de 170 pacientes y fueron capaces de identificar el 78 por ciento de los cánceres con una tasa de cero falsos positivos.

Bernardes ha destacado también que la prueba es fácil de utilizar, ya que solo requiere una pequeña muestra de sangre y el uso de sencillos reactivos que se encuentran en cualquier hospital.

Para realizar el diagnóstico, el equipo de Bernardes, también catedrático de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), está desarrollando una plataforma que analizará los datos.

Señales diferentes en caso de otras enfermedades

Las muestras estudiadas hasta ahora no pertenecían exclusivamente a personas con cáncer. "Es importante destacar que, al analizar las muestras de pacientes con otras enfermedades, hemos descubierto que las señales son diferentes; por ejemplo, las señales inmunológicas de una persona con SARS-Covid son diferentes de las señales de una persona con cáncer, como también lo son las señales de los distintos tipos de cáncer e, incluso, del cáncer en sus diferentes etapas", ha señalado el investigador.

Y esas señales exclusivas de cada tipo de cáncer proporcionan además otra información de enorme interés para la práctica clínica, ya que revelan si el paciente responderá o no a ciertos tratamientos, por lo que la prueba podría utilizarse también para realizar medicina de precisión a la hora de elegir los tratamientos.

El investigador reconoce que es necesario contar con muchos más datos para completar el desarrollo comercial de la prueba, y para ello hay ya dos estudios clínicos en marcha en Reino Unido âfinanciados por el sistema nacional de salud de este paísâ y otros ensayos en marcha en varios países, como Estados Unidos y China.

Una vez desarrollada, la plataforma se comercializará previsiblemente a través de una empresa emergente radicada en Cambridge, de la que Bernardes es cofundador junto a otros autores, ha informado el CNIO.