La gripe se encuentra en pleno auge en Gipuzkoa y en el conjunto de Euskadi, donde se espera que el pico de casos se alcance "esta semana o la siguiente".
Mientras tanto, oreas comunidades como Aragón han emitido una recomendación para el uso de mascarillas debido al aumento de la incidencia de la gripe, que ha superado el umbral epidémico con una tasa de 75,5 casos por cada 100.000 habitantes.
Este contexto ha reabierto el debate público sobre la necesidad de implementar el uso de mascarillas en determinados lugares y circunstancias.
El uso de mascarillas, una práctica ampliamente adoptada durante la pandemia de COVID-19, ha demostrado ser una herramienta eficaz para reducir la transmisión de enfermedades respiratorias como la gripe.
Las mascarillas son más efectivas cuando todas las personas en un entorno las usan. Esto se debe a que, si una persona infectada lleva mascarilla, gran parte de las partículas infecciosas que exhala quedan atrapadas, reduciendo significativamente el riesgo de contagiar a los demás.
Por otro lado, las mascarillas también ofrecen protección individual, incluso cuando otras personas no las están utilizando. En este caso, el nivel de protección depende de la calidad de la mascarilla y de qué tan bien ajustada esté al rostro.
Estudios recientes han demostrado que las mascarillas FFP2, en particular, ofrecen una excelente protección contra los virus A y B de la gripe, que son los principales responsables de los contagios actuales. Estas mascarillas tienen una alta capacidad de filtrado y se ajustan firmemente al rostro, reduciendo el riesgo de inhalar partículas infecciosas.
Según la comunidad científica, usar una mascarilla FFP2 en situaciones de alto riesgo, como en interiores mal ventilados o en lugares concurridos, tiene una relación coste-beneficio extremadamente favorable.
Mascarillas en interiores: una solución ideal
La gripe, al igual que otros virus respiratorios, se transmite principalmente a través de gotitas respiratorias que se expulsan al toser, estornudar o hablar. Estas gotitas pueden permanecer suspendidas en el aire en espacios cerrados, lo que aumenta el riesgo de contagio. Por esta razón, el uso de mascarillas en interiores es especialmente recomendable durante picos epidémicos.
Por ejemplo, incluso en entornos con buena ventilación, como los aviones, el riesgo de infección no desaparece por completo. Los filtros de aire HEPA y los sistemas de ventilación reducen significativamente la concentración de partículas en el aire, pero no eliminan totalmente el riesgo. Estudios han encontrado que el uso de mascarillas en aviones puede reducir este riesgo en un 54%, lo que demuestra su efectividad como medida preventiva.
Protección para uno mismo y para los demás
El uso de mascarillas no solo es una medida altruista para proteger a los demás, sino que también nos protege a nosotros mismos. Este doble beneficio es clave para reducir la propagación de la gripe, especialmente en espacios donde no es posible mantener la distancia física.
Los científicos recomiendan que cualquier persona que presente síntomas de enfermedades respiratorias, como fiebre, tos o congestión nasal, utilice mascarilla siempre que esté en contacto con otras personas. Esto es especialmente importante en el caso de los virus A y B de la gripe, cuya transmisión puede ser rápida y difícil de controlar.
¿Deben ser obligatorias las mascarillas?
El aumento de casos de gripe y el riesgo de epidemias han reabierto el debate sobre si las mascarillas deberían volver a ser obligatorias en ciertos contextos.
Aunque muchos consideran que las medidas obligatorias podrían ser excesivas, otros argumentan que sería una forma efectiva de proteger a las personas más vulnerables, como los ancianos o aquellos con enfermedades crónicas.
A estas alturas, sabemos que las mascarillas son herramientas efectivas para reducir la transmisión de enfermedades respiratorias. Aunque imponer su uso obligatorio puede generar controversia, promover su uso voluntario en situaciones de riesgo es un enfoque razonable y responsable.
Medida simple pero poderosa
El uso de mascarillas durante picos epidémicos de gripe, como el que se vive actualmente en Euskadi, es una medida sencilla, accesible y eficaz para proteger tanto a los demás como a uno mismo.
Las mascarillas FFP2, en particular, ofrecen una alta protección y son una herramienta valiosa en la lucha contra la transmisión de la gripe.
En última instancia, el objetivo es reducir la incidencia de la enfermedad y proteger a los más vulnerables, todo ello con una inversión mínima en comparación con los beneficios obtenidos.
Ante el aumento de casos de gripe, vale la pena considerar seriamente el uso de mascarillas en espacios interiores y situaciones de alto riesgo. Es una pequeña acción que puede marcar una gran diferencia.