Los incendios suponen un peligro importante para la salud. Además del riesgo de sufrir quemaduras, el simple hecho de respirar el humo de un incendio puede provocar importantes daños para las personas.
Las altas concentraciones de humo pueden desencadenar una serie de síntomas que las personas notarán rápidamente. Cualquier persona, independientemente de su estado de salud, puede experimentar ardor en los ojos, goteo nasal, tos, flema, sibilancia y dificultad para respirar. Además, las personas que padecen enfermedades cardíacas o pulmonares pueden sufrir con mayor intensidad dichos síntomas.
Peligros de respirar el humo
El humo generado por un incendio puede ser extremadamente peligroso debido a los diversos productos químicos tóxicos y gases nocivos que contiene. Los peligros por la inhalación del humo de un incendio incluyen:
- Asfixia: El humo puede contener cantidades significativas de monóxido de carbono, un gas que puede desplazar el oxígeno en el aire y provocar asfixia si se inhala en cantidades altas.
- Irritación respiratoria: El humo puede irritar las vías respiratorias, causando tos, dificultad para respirar, irritación de la garganta y congestión nasal. Las partículas en suspensión en el humo también pueden causar daño en los pulmones y agravar condiciones respiratorias como el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
- Intoxicación por gases tóxicos: Además del monóxido de carbono, el humo puede contener cianuro, cloro y dióxido de nitrógeno. Estos gases tóxicos pueden causar mareos, náuseas, dolores de cabeza, confusión y en casos graves, pueden ser mortales.
- Quemaduras químicas: El humo puede contener productos químicos corrosivos que pueden causar quemaduras químicas en las vías respiratorias y en los pulmones.
Es crucial evitar inhalar el humo de un incendio siempre que sea posible y buscar refugio en un lugar seguro con aire limpio.
Qué hacer durante el incendio
Durante un incendio, es fundamental tomar medidas rápidas y decisivas para protegerse. Estos son los aspectos que hay que tener en cuenta.
- Mantener la calma y tratar de mantener la claridad mental para tomar decisiones rápidas y seguras.
- Evacuar el área de manera segura utilizando las escaleras en lugar del ascensor y siguiendo las indicaciones de salida de emergencia.
- Cubrir boca y nariz con un paño húmedo para filtrar el aire y evitar inhalar productos químicos tóxicos.
- Moverse cerca del suelo, ya que el humo tiende a elevarse, por lo que el aire más limpio estará cerca del suelo. Si es seguro hacerlo, moverse gateando o arrastrándose cerca del suelo.
- Si no se puede evacuar el área, buscar refugio en una habitación segura, preferiblemente con una ventana que dé al exterior. Cerrar la puerta y colocar trapos o toallas en las rendijas para evitar que entre el humo.
- Llamar a emergencias al estar a salvo para reportar el incendio y proporcionar detalles sobre la ubicación y situación.