Tras una intensa noche de juerga, el cuerpo te pide ponerle el broche de oro con una buena recena o con un contundente desayuno, así que no te vas a conformar con un tentenpié ligero y sano sino que, sin dudarlo, cederás a todos tus antojos.

Si te has pasado con el alcohol, la resaca ya empieza a acechar y tu estado físico no es el más deseable para pararte a reflexionar si lo que vas a comer es lo que más te conviene. De esta forma, tus ganas van a ir más en la dirección de engullir algo rápido que sacie ese apetito voraz que sientes y dejarte caer en la cama.

Pues bien, en la mayoría de los casos en esa búsqueda de algo apetitoso e inmediato acabamos sucumbiendo ante la comida basura y metiéndonos entre pecho y espalda todo tipo de bollería, bocadillos grasientos, hamburguesas, salchichas, snaks, chucherías..., unos bocados que en ese momento saben a gloria, pero que no son lo más saludable para nuestro organismo.

Según los resultados de una reciente encuesta realizada por Uber Eats, la pizza se lleva la palma entre los españoles como el desayuno ideal tras una noche de fiesta, refiriéndose a este producto, más de la mitad de los encuestados, como “una cura natural contra la resaca”.

Una mujer de resaca con un fuerte dolor de cabeza. Freepik

Por qué elegimos la comida basura

¿Y por qué nos pide el cuerpo esos alimentos llenos de grasas, sal o azúcar? La ciencia ha llegado a una doble conclusión y asegura que la respuesta está en el alcohol y en la falta de sueño.

Un estudio de la Universidad de Pensilvania (EEUU) señala que el alcohol activa las señales cerebrales que le indican al organismo que debe comer más y con rapidez, de ahí tu ansia desatada por comer. El alcohol se elimina por el hígado, proceso durante el cual disminuye la producción de glucosa, de forma que baja el azúcar en la sangre y aumenta la sensación de hambre.

El alcohol también causa deshidratación e inhibe la hormona antidiurética, por lo que van a aumentar nuestras ganas de orinar. Esto desemboca en un principio de hipoglucemia en el que empiezas a perder minerales, azúcar y sal, lo que explicaría nuestro deseo de reponer los nutrientes con una comida copiosa, que además saciará y calmará nuestra ansiedad con rapidez.

Investigadores de la Universidad de Chicago (EEUU), por su parte, recurren al sueño para explicar este ansia que sentimos por la comida basura tras una noche de farra. Aseguran que cuando dormimos poco se activan en nuestro cuerpo las hormonas de la saciedad, la del apetito y el sistema endocannabinoide, que es otro inductor de las ganas de comer. Todo esto va a hacer que recurramos a la comida de forma inmediata y casi inconsciente.

Por otra parte, un estudio de la Universidad de Michigan concluyó que los antojos relacionados con el consumo de alcohol guardan relación con las constantes subidas y bajadas de los niveles de azúcar en la sangre del cerebro.

Un hombre se debate entre una hamburguesa y un trozo de pizza. Freepik

Comer para recuperarse

Y como dice el refrán Noches alegres, mañanas tristes, los excesos de la noche loca los vas a pagar todos juntos al día siguiente. Efectivamente, tu cuerpo va a necesitar comer para reponer las sales minerales, vitaminas, proteínas e hidratos de carbono que ha perdido, pero debes tener cuidado con lo que comes.

Los alimentos demasiado grasos o salados podrían empeorar la acidez de estómago que ya de por sí causa el alcohol, mientras que si te pasas con el azúcar, este podría agravar el desequilibrio metabólico. Lo que necesitas es una buena ración de antioxidantes que contrarresten los radicales libres que produce el alcohol y que promueven la oxidación como es el caso de los vegetales verdes, infusiones, lácteos, huevos, arroz, pasta, legumbres, patatas, frutos secos, fruta, pollo, cerdo, etc.

Recuerda, lo mejor para prevenir la resaca, esos desagradables síntomas del día después que casi siempre van acompañados de dolor de cabeza, náuseas o mareos, es no beber alcohol y si lo haces que sea con la mayor moderación posible. Lo de la recena o el desayuno saludable, eso ya es otro capítulo aparte.