Seguro que más de una vez has sentido vibrar tu teléfono móvil en el bolso o en el bolsillo y cuando lo has mirado has comprobado con sorpresa que no tenías ninguna llamada ni ninguna notificación nueva. Para ti ha sido una sensación absolutamente real y no encuentras una explicación a lo que ha ocurrido.

Pues bien, la llamada o el mensaje en realidad no se han producido sino que lo que has sentido se debe a un fenómeno conocido como síndrome de la vibración fantasma, es decir, sentir que el teléfono móvil está vibrando sin que realmente eso ocurra. 

Y esto, ¿por qué se produce? Nuestro cerebro reacciona frente a los estímulos sensoriales y en el caso del síndrome de la vibración fantasma es una especie de anticipación frente a un hecho deseado (una llamada, un watshapp, un mail...), tan deseado que, si no se produce, nuestros propios sentidos se encargarán de fabricarlo artificialmente.

Una mujer saca el móvil del bolsillo trasero de su pantalón. Freepik

En este caso el estímulo viene de dentro y va a estimular nuestros receptores sensoriales que son las neuronas encargadas de recibir la señal, transformarla y enviarla al cerebro. Este no distingue si ese sonido viene de fuera o de nuestro interior porque el fenómeno de la percepción no tiene lugar ni en el ojo, ni en el oído, ni en la piel, sino en el cerebro.

Todo esto se produce debido a que deseamos o necesitamos tanto mantenernos conectados y que alguien nos llame o nos mande un mensaje que vivimos en un estado de expectativa constante en ámbitos como el trabajo, la familia, los amigos... Por eso, nuestro cerebro fabrica el estímulo y nosotros sentimos el móvil vibrar.

Si a esto le añadimos un creciente apego al móvil, seremos firmes candidatos a sufrir esas pequeñas alucinaciones, especialmente en momentos de nuestra vida en los que seamos más propensos a sufrir estrés, angustia o ansiedad

Notificaciones y dopamina

En un mundo en el que somos cada vez más dependientes de la tecnología en general y de los móviles en particular se estima que hasta un 80% de la población ha experimentado este síndrome que por ahora no se considera una patología. 

En principio, se asocia a una percepción errónea y no se le da mayor importancia. Sin embargo, se considerará preocupante si responde a una posible adicción a la tecnología y genera en quien lo sufre reacciones de decepción, ansiedad, ira o malestar

De todas formas, no es de extrañar que exista por nuestra parte una alta predisposición a recibir notificaciones en el teléfono, ya que cada día nos llegan decenas de ellas por diferentes vías. 

Numerosos estudios han demostrado que esos avisos enviados por las distintas aplicaciones que tenemos descargadas en el móvil hacen que el cerebro genere dopamina, el neurotransmisor que controla el placer: regula la motivación y el deseo, nos lleva a repetir conductas y es la sustancia que está detrás de las adicciones

Un sencillo truco para dar esquinazo al síndrome de la vibración fantasma es llevar el móvil con sonido. Desaparecerán todas tus dudas y la necesidad constante de comprobar si has recibido una llamada o un mensaje, ya que antes habrás tenido que oírlo sonar.