A la mayoría de la población, por lo general, le cuesta esperar. Vivimos en la era de la impaciencia y de la inmediatez, en la que cualquier demora se hace realmente pesada. Es el actual ritmo de la ciudadanía, sin poder parar ni un segundo. Son los tiempos marcados en estos momentos por la sociedad, en la que nos hace falta todo ya, en este momento. Pero es cierto que para los amantes del remo, o para los que no lo sean, porque esta cita trasciende del mero aficionado a este deporte, la espera se ha hecho eterna. Pero, por suerte, ya no hay que esperar más, ha llegado el día. Hoy la bahía de Donostia tiene una cita con la historia, va a ser el punto neurálgico de todos los ciudadanos a lo largo y ancho del Cantábrico. Hoy se decide la edición número 128 de la Bandera de La Concha masculina, una edición que apunta a ser recordada durante mucho tiempo. La primera jornada fue una oda a este deporte, si la segunda se asemeja un poco, solo un poco, no va a haber calificativo para describir lo vivido.

Nunca en la historia de la tan longeva Bandera de La Concha habían llegado cinco embarcaciones con opciones reales de poder lograr el triunfo. Sí ha habido alguna edición con distancias cortas entre varios botes, y podía pasar, pero nunca se ha tenido esa sensación de igualdad entre las candidatas. Bermeo, Hondarribia, Donostiarra, Orio y Zierbena llegan a este segundo domingo con un intervalo de solo siete segundos y 75 centésimas entre las cinco. Un detalle mínimo va a ser el que determine la ganadora. Si nos ceñimos a lo visto en verano, Bermeo es favorita, lo ha demostrado este verano y lo demostró ganando en la primera jornada, pero no arrasó como en la mayoría de campos de regateo durante la temporada, aunque hay que matizar que saliendo en una tanda diferente al resto de candidatas. Esta vez no, esta vez cuando miren a los lados verán a una trainera que se juegue la bandera. Y ahí estará una Hondarribia que no llegaba en su mejor momento de la temporada, pero a la que nunca se le puede descartar, una Donostiarra que ya el año pasado hizo una gran competición y que a pesar de su irregular temporada su potencial es de sobra conocido, y una Orio que ha ido de menos a más durante la temporada y en estos momentos ya se asemeja más a lo que se esperaba a principio de temporada que fuera la San Nikolas.

Todas quieren ganar, en unas se habla de ello más abiertamente y en otras menos, pero el objetivo es el mismo, aunque la presión no. Y la desventaja es mínima, La Ama Guadalupekoa llegó a menos de dos segundos de los txo, los anfitriones a poco más de cuatro segundos, y los aguiluchos a cinco. En menos de diez segundos no se puede descartar a nadie, en menos de cinco, evidentemente, tampoco, máxime con embarcaciones que tienen un idilio con estas aguas.

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El caso de Zierbena es algo más particular. Los galipos fueron la sorpresa negativa de la primera jornada y no remarán en la tanda de honor, pero también tienen serias opciones de poder hacerse con el título. Si fueron la sorpresa negativa es porque durante el año su desempeño ha sido lo suficientemente bueno como para pensar que desde la tanda inicial pueden remontar esos casi ocho segundos. Todo apunta a que tendrán que hacer una contrarreloj particular y esperar a ver si las condiciones cambian de forma repentina. Y sorpresiva, porque las previsiones no apuntan a ello. Los de Dani Pérez remarán en la primera tanda junto a Getaria, Cabo y Ondarroa, con unos objetivos distintos y en cierto modo deslucidos, tapados por el protagonismo de la pelea por la bandera. Pero la pelea en la primera jornada entre la Esperantza y la única representante gallega de esta edición fue preciosa. Entre ambas hay solo un segundo de distancia y la igualdad entre ambas es máxima. Veremos si para esta jornada la Antiguako Ama logra engancharse a ambas. Aguantar el ritmo en esa tanda a Zierbena parece una quimera. Parece, pero en remo nunca se sabe.

Con respecto a las condiciones meteorológicas, la ola apenas va a superar el medio metro de altura, pero las previsiones de aire sí han ido aumentando a lo largo de la semana, con aire nordeste de siete kilómetros por hora, pero con rachas que a la hora de inicio de la regata pueden llegar a los 20 kilómetros por hora. La marea irá subiendo a lo largo de la jornada, con la pleamar prevista para las 14:52, y con un coeficiente de marea bajo. Si estas condiciones se mantienen, en un principio, se verá favorecida la igualdad entre los participantes, y también será una regata muy física y dura.

La sesión va a arrancar a las 12.00. La incertidumbre es máxima para los aficionados de las ocho embarcaciones que a buen seguro poblarán la capital guipuzcoana. Los nervios también. Se va a vivir un día realmente especial, de tensión pero también de fiesta, alegría y diversión con las aficiones de traineras participantes y no participantes viviendo juntas y mezcladas el día más especial del verano. Cinco embarcaciones en ocho segundos. Nada más que decir. 

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