Donostia - Igor Makazaga no oculta que la Donostiarra esta temporada tiene que escalar un peldaño más y subir sus prestaciones en relación a las ofrecidas el año pasado, un séptimo puesto en su estreno en la Liga Eusko Label. El objetivo, por tanto, no es otro que “mejorar lo realizado en 2018”. Incluso apunta a entrar en la lucha por ocupar una de las posiciones de honor: “Queremos mejorar el nivel dado el año pasado. Estamos hablando de mirar para arriba y mirar a los mejores, a los equipos que el año pasado coparon las primeras posiciones e intentar, de alguna manera, entrar en esa pelea. La temporada pasada fue nuestro primer año en la ACT, en la que entramos de puntillitas y sin hacer demasiado ruido, y ha llegado el momento en el que hay que pisar fuerte, hay que apretar y tenemos que dar un paso al frente”.

“En este sentido, el equipo está muy bien. Se respira un aire de inconformismo muy positivo”, reconoce el técnico pasaitarra, quien añade que su tripulación “tiene hambre, tiene ganas de morder y está mirando hacia arriba”. Para tener esta predisposición en la plantilla, es necesario la unión de los remeros: “El ambiente de trabajo es muy bueno y estamos trabajando para tratar de dar ese salto”.

La plantilla del bote donostiarra, según explica su entrenador, cuenta con menos efectivos que la temporada pasada, pero más valor a nivel cualitativo. “Con respecto al año pasado tenemos una plantilla más corta, pero yo creo que más completa. Al final, hemos reducido el número en cuanto a los integrantes, pero es más compensada y con más potencial con respecto a la de 2018”, asegura.

A la hora de referirse a los rivales, el preparador guipuzcoano tiene claro que en la pelea por el título estarán los habituales de los últimos cursos: “En función de lo que he visto, he leído y he escuchado, se prevé que los cinco equipos que el año pasado fueron los cinco primeros en la liga de 2018 se vigilen entre sí y la cosa esté entre ellos. Yo creo que básicamente tienen dos preocupaciones: una es ganar la liga; la otra es no quedarse fuera en la tanda de honor y quizás no prevén la presencia de un sexto o un séptimo implicado en esa pelea”. Y es aquí donde debe entrar a jugar su papel Donostiarra: “Nosotros queremos dejar de ser un equipo simpático, deportivamente hablando, y empezar ya a ser un equipo más incómodo, que genera problemas, que aprieta y que pueda incomodar a los grandes”.

Para esto es importante el trabajo realizado durante los meses anteriores. Labor con la que Makazaga se siente muy satisfecho: “Estamos muy contentos con el nivel que hemos dado en las pruebas que en las que hemos competido, pero más con el trabajo realizado y el nivel ofrecido en los entrenamientos”.