Las 21 personas juzgadas en Vitoria por un presunto delito de coacciones por concentrarse frente a la clínica Askabide, en la que se practican interrupciones voluntarias del embarazo, negaron ayer haber intimidado a pacientes y trabajadores, y aseguraron que únicamente se limitaban a rezar en silencio o en voz baja.
Ayer se celebró la segunda jornada del juicio contra estas 21 personas que protagonizaron concentraciones antiabortistas entre el 28 de septiembre y el 4 de noviembre de 2022 ante la clínica Askabide de la capital alavesa. Estas mismas concentraciones también se repitieron en la sede que tiene este centro en Donostia.
Todos ellos insistieron en el carácter pacífico de sus concentraciones, en las que no interactuaban con nadie al margen de su grupo, en las que no increparon, insultaron o hicieron gestos a las mujeres que pasaban por delante y en las que, además, era imposible saber si estas se dirigían a la clínica o eran meras transeúntes.
En la sesión de ayer el fiscal elevó a definitiva su petición de cinco meses de cárcel por un delito de coacciones que podrían sustituirse por 100 días de trabajos para la comunidad. La defensa confirmó que pide la libre absolución por entender que estaban en uso de su libertad de expresión.
La clínica Askabide, personada como acusación particular, se adhirió a la petición del fiscal de cinco meses de prisión con su posible sustitución por 75 días de trabajos para la comunidad. Solicitó, además, 20.000 euros de indemnización: 10.000 para el centro médico y 10.000 para su administrador único, Igor Elberdin, que declaró en la jornada del lunes.
El de ayer, por su parte, fue el turno de los acusados. Diecinueve de ellos respondieron únicamente a las preguntas de sus propios abogados y solo dos decidieron responder también al fiscal. Ninguno dio respuesta a la acusación particular.
Rezos en silencio
De manera generalizada, los procesados precisaron que se concentraban en turnos y grupos pequeños, de unas cinco personas, que las concentraciones eran silenciosas, que portaban carteles con el lema No estás sola. Estamos aquí para ayudarte, y que se limitaban a rezar el rosario en silencio o en voz baja.
Admitieron, eso sí, que estas concentraciones estaban convocadas por la organización 40 días por la vida, aunque negaron formar parte de este colectivo que trata de acabar con el aborto mediante la oración, el ayuno y “una vigilia pacífica, diaria y constante frente a los abortorios”, según explican en su propia página web.
Los acusados admitieron que se situaban cerca de la clínica Askabide de Vitoria, pero no enfrente, sino en “diagonal”, y que era “imposible” que desde el interior de la clínica se oyeran sus rezos porque, además, se trata de una calle “ruidosa” y con mucho tráfico. Uno de los acusados reconoció, a preguntas del fiscal, que situarse cerca de una clínica no era casual y que para él “orar en un lugar próximo a donde se practica la atrocidad del aborto le da más intensidad al rezo”.
No obstante, rechazaron haber interactuado de ninguna manera con las mujeres que pasaban por delante porque estaban “concentrados” en la oración y recalcaron que su intención “no era molestar a nadie”, aunque “otra cosa es que haya gente que se pueda sentir molesta”. “No hacíamos nada malo”, defendieron.
El juicio continuará hoy con la presentación de los informes finales de las partes y el derecho a la última palabra de los acusados. Después, quedará visto para sentencia.
El pasado lunes, por su parte, Igor Elberdin, gerente de Askabide, denunció la “coacción” de los antiabortistas, cuya presencia frente a la clínica Askabide era “constante”. Se trata del primer juicio de estas características que se celebra en Europa.