lA entrega de la Bandera de La Concha cambiaba este año su escenario habitual. En lugar de otorgar el trofeo en mitad de la bahía, el barco que acogió la ceremonia, el catamarán Ciudad de San Sebastián, se trasladó hasta el centro del muelle donostiarra para que los aficionados de Galicia y de Urdaibai pudieran disfrutar más cerca de este momento. Eso sí, finalmente, la enseña acabó paseándose por casi todo el muelle y estrenó otro escenario inédito para las celebraciones.
Los aficionados al remo no se conformaron con la primera novedad en el protocolo y, como es tradición, sobre todo los seguidores de la embarcación gallega y los del club vizcaino esperaron en la rampa del muelle a que los vencedores llegasen con el galardón para felicitarlos y ovacionarlos e, incluso, para tocar con sus propias manos la preciada tela de la regata donostiarra.
Al margen de la ubicación de la entrega de la bandera, otra de las novedades de la regata fue la concesión de trofeos a los remeros en la terraza situada sobre los sotos del muelle. Los vencedores recibieron una placa que acreditaba su victoria y tuvieron una nueva oportunidad de hacer ondear la Bandera de La Concha sobre las cabezas de sus seguidores, ya cada vez más escasos.
Por primera vez, las tripulaciones ganadoras de la regata femenina y la masculina posaron juntas con sus trofeos en una ceremonia en la que estuvo presente el alcalde de Donostia, Juan Karlos Izagirre, que entregó las banderas en el bargo.
aficiones
Más colorido
La segunda jornada de la Bandera de La Concha atrajo a más público que el primer domingo de septiembre. Junto a los infalibles seguidores sanjuandarras y los aficionados de Orio y San Pedro, que no quisieron perderse la cita pese a no estar presente su trainera, ayer también se dejó ver un mayor número de simpatizantes de Kaiku y, sobre todo, de Urdaibai. La numerosa hinchada de Zumaia se dejó notar durante la regata femenina, así como los seguidores de Getaria-Tolosa, y algunos escasos aficionados gallegos.