orio. Ajeno a las empopadas de Hondarribia y San Juan, dos de las traineras junto a las que ha forjado la historia del remo de banco fijo, Orio sufrió un duro revés ante su afición. Lejos de reaccionar, de lograr un resultado con el que agarrar la permanencia, los aguiluchos acabaron últimos. Conscientes de la resquebrajada moral y la absoluta desconfianza que semana a semana se sube a la Mirotza, Camargo salió a por todas, dispuesta a tumbar al otrora gigante amarillo en el primer asalto, y este cayó al primer golpe, cuando al primer minuto se vio un bote por detrás. Ahí se acabó la regata, que deja a Orio a dos puntos de Camargo, dado que los cántabros superaron a San Pedro -popa de regata hasta el final- y a Zumaia -que remontó a Orio en las últimas olas-. "Hemos perdido el partido de ida, pero aún queda el de vuelta", indicó Ramón Alkain, en un intento por levantar la moral de su tropa de cara a la Bandera Flavióbriga de hoy en Castro Urdiales. "Nos basta con ganar a Camargo y meter otra trainera en medio. Hay que morir matando", se alentaba.

Cerca de él, su compañero José Ramón Garate admitía lo evidente: "Hoy por hoy, Camargo es más que nosotros, pero no somos tan poco como venimos demostrando. No hemos sido capaz ni de ir bien en popare, pero no perdemos la esperanza. El problema es que al menor problema, nos venimos abajo".

"A nosotros nos pasa lo contrario", apuntó Fernando López, presidente de Camargo. "Desde Zarautz, está saliendo el nivel que sabíamos que teníamos dentro pero que no terminaba de salir. Ahora, los remeros se han venido arriba y afrontan cada regata con esa confianza que ahora mismo no tiene Orio".

Los aguiluchos se tambalearon tras la txanpa inicial: "Intentamos hacer una buena regata, pero Camargo ha salido como un cohete, se nos ha ido y eso nos ha roto los esquemas", reconoció Aitor Carrillo. A partir de ahí, "nos hemos precipitado, y así se va todo al traste", describió el patrón de Orio en Radio Euskadi.

A la salida de la primera ciaboga, Camargo se escapó en trece segundos, pero la Mirotza fue capaz de acercarse a seis. Su reacción acabó en la segunda ciaboga, cuando antes de girar cogió una ola que les sumió en su agujero justo cuando la trainera se cruzaba en un viraje eterno, que les deja al borde del abismo si no lo remedian hoy: "Está difícil salir, pero vamos a intentar hacer la regata del año. Y si no lo logramos, la vida sigue y habrá que tratar de subir cuanto antes", indicó Carrillo, que agradeció "el apoyo del pueblo. Se veía más amarillo que en La Concha".