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Entre ellos anda la bandera

Los guipuzcoanos Iñaki Errasti (Kaiku), Bersaitz Azkue (Urdaibai), Igor Makazaga (San Juan) y Haritz Etxebeste (Orio) dialogan sobre la Bandera de La Concha antes de enfrentarse entre sí hoy en la tanda de honor. reportaje fotográfico Javi Colmenero

Entre ellos anda la banderaNG

SALvo que lo evite un maremoto improbable, la Bandera de La Concha se decidirá en la tanda de honor. Entre cuatro embarcaciones que llevan al agua la rivalidad deportiva entre Bizkaia y Gipuzkoa, y las ilusiones de cuatro pueblos. Un remero guipuzcoano de cada uno de ellos se juntaron el viernes en Zarautz para hablar de remo. De La Concha. De lo que creen que pasará, y lo que les gustaría que pasara. De sus sueños.

Iñaki Errasti (Aginaga, 1979) defenderá con Kaiku la mínima renta con la que batieron hace una semana a Urdaibai, con Bersaitz Azkue (Zarautz, 1982) a bordo junto a otros dos guipuzcoanos: Mikel Portularrume y Xabier Zulaika. San Juan la representa su remero, entrenador y casi mago, Igor Makazaga (Pasai Donibane, 1972). Haritz Etxebeste (Donostia, 1983), el único debutante de los cuatro, es consciente de la difícil remontada que precisa Orio.

De los cuatro, sólo Makazaga y Errasti ya tienen una Concha en su palmarés. El aginagarra la conquistó el pasado año, con Kaiku. El sanjuandarra, en 1999 con Koxtape. "¡Lo que ha cambiado el remo! Ves imágenes de entonces, y parece que han pasado un montón de años. Me parece hasta increíble que fuésemos con remos de madera", recuerda.

Ambos poseen antecedentes arraunlaris, aunque han vivido el remo de forma distinta: "El aita ganó La Concha, pero en casa no había gran afición al remo; había más al levantamiento de piedra. Recuerdo que los de Orio pasaban en coche delante de casa con las banderas, pero hasta que no empecé en el remo con 20 años -procedente del fútbol-, no le presté atención".

Makazaga vibra con su deporte: "Hasta en las comidas de Navidad no se habla de otra cosa; como mucha gente de San Juan, San Pedro u Orio, soy hijo y nieto de remeros", de Teodoro y Custodio, que ganaron en La Concha en 1924 y en 1962 y 1963, "y eso en un pueblo pequeño te marca".

Bersaitz se inició en el remo con 19 años, con Zarautz. "Había oído hablar algo de La Concha, pero nunca la fui a ver hasta que en 2006 debuté ahí con Zarautz", reconoce. Haritz recuerda que "siendo donostiarra, la tenía que ver. Era un día de fiesta para estar con los amigos".

Hoy, todos protagonizarán la fiesta desde dentro. Sus ambiciones las mide el cronómetro de la semana pasada: "Nos someterán a presión desde el inicio, pero estamos preparados. Llevamos ventaja, e iremos a por todas. No nos conformamos con ser segundos", advierte Errasti.

Su principal rival, Azkue, que cumple su primera campaña lejos de Zarautz, considera que "los favoritos son Kaiku, porque llevan ventaja, pero lo vamos a intentar. Bermeo nunca ha ganado La Concha, y ya se merece una. San Juan no está lejos". A menos de diez segundos, que no desalientan a su técnico: "Un deportista siempre mira arriba. Sabemos que no es fácil, pero vamos a pelear siendo conscientes de nuestras limitaciones y de que la mar no va a estar para sorpresas", como la que precisaría la Mirotza. "Con tres traineras por delante, es muy difícil darle la vuelta. La idea es intentar ganar la tanda, pero las de la primera están muy cerca y posiblemente les toque unas condiciones algo mejores".

Esta igualdad, precisamente, es lo que más les sorprendió de la primera jornada: "Entre la primera y la séptima trainera hubo sólo 22 segundos. Es algo que venía sucediendo en la Liga San Miguel, pero no lo recuerdo nunca en La Concha", afirma Igor. De hecho, es la menor distancia de la historia entre las siete primeras.

Ese día, Errasti, "oyendo a aficionados y la prensa", se fue a casa "con la sensación de que San Juan y Urdaibai habían hecho una gran regata y que Kaiku había fallado. No hicimos una gran regata, pero ganamos, así que estamos mejor que el resto. En la clasificatoria nos vino bien comprobar que si no lo hacemos todo bien, los demás, tacatá".

En la Bou Bizkaia, el 1.42 de pérdida les supo a gloria: "Cuando nos dieron la primera referencia con Kaiku -confiesa Azkue-, pensamos buenoooo, hoy nos caen veinte segundos. En la barra, la referencia fue mejor, nos animamos e hicimos una gran regata, igual que San Juan". Los vizcainos pudieron con Orio, donde Etxebeste apreció que "se nos fueron un poco en el primer largo, pero las diferencias se hicieron a la vuelta; con Pedreña y Hondarribia fuimos más a la par. Sabemos en qué fallamos, y como un día una trainera está arriba y al siguiente está otra, buscaremos al menos el tercer puesto".

"Nosotros nos lo hemos ido creyendo según pasaban las regatas, y tenemos confianza, algo que cuenta mucho en el remo -agrega Makazaga-. En el minuto seis, nos olvidamos de Kaiku, nos centramos más en Astillero y buscamos nuestro ritmo, lo que nos ayudó para acabar bien".

De cara al estado de la mar, los cuatro coinciden: los vizcainos prefieren que esté tranquila para mitigar riesgos; y los guipuzcoanos, que esté movida para que el abanico de opciones se abra a más barcos. "Si queremos hacer algo, necesitamos un poco de mar, aun sabiendo que los de la primera tanda lo tendrán mejor", opina Etxebeste. "Somos conscientes de que físicamente somos el equipo menos potente, así que si la regata sale muy física, tenemos pocas armas. Con ola o trapalla, podemos explotar más nuestra opción".

Pese a la devoción que profesan a La Concha, sugieren algunas modificaciones en su formato: "Todo en la vida evoluciona", afirman, para demandar que "la clasificatoria valga para determinar el orden de tandas del primer domingo". Makazaga va más allá al sugerir una regata "con doce traineras y tres tandas, como hace la liga", una idea que despierta discrepancias, porque "con tres tandas, hay más riesgo de que haya diferencias de una tanda a otra", apunta Errasti. Azkue añade que "con siete hay más salsa sobre quién se queda fuera".

En el debate de preferencias sobre la liga o La Concha, los cuatro se decantan por el prestigio de la regata donostiarra, con dos ejemplos gráficos: "A un remero todo el mundo le pregunta cuántas Conchas ha ganado; no cuántas ligas", resume Etxebeste. Errasti apunta que "en 2005, gané la liga y doce banderas (con Astillero) y no sentí la alegría del año pasado en La Concha".

¿Y quién sentirá esa explosión hoy? Entre los cuatro anda la bandera.