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Imanol Alguacil, parón y cuenta nueva

Su Al-Shabab retoma este martes la competición tras casi un mes sin jugar y un discreto inicio de curso, condicionado por el exigente calendario

Imanol Alguacil, parón y cuenta nuevaAl-Shabab FC

Mientras la Real Sociedadquita y pone entrenadores, Imanol Alguacil reanuda este martes la actividad competitiva en Arabia Saudí con su Al-Shabab, después de completar entre septiembre y noviembre un discreto inicio de temporada. El último partido del equipo del oriotarra data del pasado 29 de noviembre, una derrota ante Al-Ittihad (4-1) en los cuartos de final de la copa, con hat trick de Karim Benzema. Desde entonces y hasta este martes 23, la disputa de la FIFA Arab Cup, con participación de la selección local, ha paralizado el fútbol de un país cuyo parón invernal ya es historia: el balón echa de nuevo a rodar, y el propio Al-Shabab necesita despegar desde su actual 13ª plaza, en una clasificación de 18 clubes.

Lo cierto es que el panorama con el que Alguacil se encontró en verano no se asemeja en exceso al que el aficionado txuri-urdin de a pie puede imaginar a 5.200 kilómetros de distancia. Sí, los petrodólares significaron un factor clave para que el ex realista aceptara entrenar allí. Y sí, en su actual conjunto figuran jugadores conocidos como el extremo belga Yannick Carrasco (Mónaco y Atlético de Madrid) o el pivote francés Yacine Adli (PSG, Fiorentina y Milan). Sin embargo, tampoco es que el club lanzara la casa por la ventana durante un mercado estival en el que únicamente invirtió once millones de euros para reforzarse. Según el portal Transfermakt, el actual valor de mercado de la plantilla del Al-Shabab es, con 40,93 kilos, el séptimo de la liga árabe, duplicado por el del sexto (los 84 millones del NEOM SC) y a años luz ya de los de los cinco considerados grandes: Al-Qadsiah (120), Al-Nassr (138), Al-Ittihad (140), Al-Ahli (163) y Al-Hilal (192).

Mucha diferencia

Hablamos así de un campeonato de dos velocidades cuyos mejores equipos resultan tremendamente superiores a los de la clase media-baja. Pero, a partir de ello, podría el lector preguntarse también por qué el Al-Shabab marcha 13º, cuando el teórico precio de su plantel es el séptimo del torneo y cuando esta misma escuadra finalizó el pasado curso en la sexta plaza, sólo superada por los cinco transatlánticos. La respuesta a semejante pregunta reside principalmente en la citada sexta posición de la campaña 2024-25, un regalo envenenado que los dirigentes de la entidad quisieron aceptar y que ha deparado para la presente temporada un calendario muy cargado.

Abramos un paréntesis. En el fútbol asiático existen dos competiciones internacionales a nivel global. Es decir, dos torneos que afectan a todas sus federaciones estatales. Se trataría, extrapolando su sistema al aquí vigente, de una Champions y de una Europa League, campeonatos cuyos billetes obtienen los equipos árabes a través de la clasificación de la liga. Esta tabla, sin embargo, también ofrece la opción, a los primeros clubes que no obtienen premio, de disputar el año siguiente la Gulf Club Champions, una especie de Conference, aunque circunscrita en este caso a los países del Golfo Pérsico. Y, a tenor de lo últimamente visto, no es esta una competición que ilusione en Arabia. El pasado mayo se clasificaron para la Champions los dos primeros de la liga saudí, así como el quinto (Al-Ahli) por su condición de campeón de la propia Champions. El tercero, mientras, accedió al equivalente a la Europa League. Y el cuarto, Al-Qadsiah, renunció a disputar esa mal llamada Conference, recayendo el privilegio en un Al-Shabab que sí quiso jugarla.

Este torneo ya ha llevado a Imanol a viajar con su equipo a Yemen y a Catar. Y además le implica al oriotarra adelantar a este mismo martes el regreso a la competición, pues la liga árabe no se reanuda hasta el fin de semana. El Al-Shabab, colista de un grupo de cuatro con dos puntos en tres partidos, necesita ganar al líder Al-Rayann (el equipo catarí) para acercarse a la siguiente ronda, aunque está por ver cuál es el once inicial de Alguacil. Los futbolistas diferenciales de su equipo se cuentan con los dedos de una mano. Toca administrar los esfuerzos de todos ellos. Y la apretada agenda, sumada a la composición de un plantel bastante autóctono, está llevando al oriotarra a comenzar los encuentros con una media (en todos los torneos) de siete jugadores saudís, caro peaje. En el contexto de una vida personal más tranquila y sin la presión que le generaba dirigir aquí al equipo de su corazón, el ex realista espera escalar posiciones en liga a partir del sábado, cuando los suyos visitarán en la décima jornada al Al-Ittihad, reciente verdugo copero. No lo tendrán fácil ante uno de los cocos...