Nosotros lo sabemos y ellos también. Y eso nos hace muy grandes, aunque ya no lo valoremos como merece. Nosotros somos la Real y ellos el Real Madrid, el club más laureado del mundo. La Real sabe que con su gente, enchufada, hipermotivada y con su versión más competitiva puede ganar al que se proponga. Y el Madrid es plenamente consciente de que, aunque ha ganado muchísimas veces aquí como en cualquier otro lado, le aguardan dos horas de perros en Anoeta en un duelo en el que históricamente tiene prohibido hacer rotaciones por la cuenta que le trae y que si no ofrece su versión más firme, fiable y diferencial se va a llevar un susto de los gordos.
Éste es mi resumen y mi conclusión de la previa del partido. En días como hoy me acuerdo siempre de mi adorado aita, un hombre sabio, al que siempre le gustaba preguntarme todas las mañanas de las visitas contra los grandes a ver qué iba a hacer la Real. Yo, optimista empedernido y apasionado soñador, siempre le contestaba “ganar”. Él se reía y me contestaba: “Tú estás loco, no tenemos nada que hacer”. Supongo que sería comparable a la famosa definición de Ancelotti de Nacho, al afirmar que era un defensa pesimista, porque siempre estaba pendiente del error. En realidad, era la principal cualidad que pedía Sergio Francisco para reforzar su centro del campo, un jugador que estuviese siempre pensando en que iban a perder el balón y no le pillara desprevenido; “Equi tiene eso”, nos reconoció. Imagino que Yangel también, porque es una petición expresa suya por encima de otros jugadores que conformaban la lista.
Pragmático
Ya no puede ejercer, más le gustaría a él, pero mi aita es abogado y su mente siempre ha sido pragmática. Si el Madrid cuenta con mucho mejores jugadores y le saca tantos puntos en la tabla a la Real, pues lo normal es que nos gane. Lo lógico en un aficionado txuri-urdin que disfrutaba mucho más cuando el equipo era cabeza de ratón en Segunda durante la época del conjunto ascensor (ahí en Atotxa no decía que se aburría ni Dios, no como ahora) y que se pasó 21 años sin disfrutar de una victoria ante el coloso blanco.
Salta a la vista, su mentalidad no era ganadora. Pero claro, en los años 70 se forjó una generación de oro que lo cambió todo. Y yo nací y crecí con una perspectiva completamente distinta. Yo siempre he creído que mi Real, sobre todo en su guarida, donde ha podido derrotar al que se le pusiera por delante. Anda que no he vibrado con triunfos y hasta goleadas contra el Madrid. Pero si hasta he visto cómo le robaban unas semifinales de la Copa de Europa en el mayor hito futbolístico jamás logrado por un club vasco…
Toshack
Son muchas las personas que han participado en esa metamorfosis en un equipo con confianza y autoestima que no se cree menos que nadie y que mira siempre a los ojos a su oponente. Uno de ellos ha sido sin duda John Benjamin Toshack, a quien esta tarde Anoeta y su querida afición txuri-urdin va a rendir un más que merecido homenaje. Para muchos, el mejor entrenador de la historia de la entidad realista. Yo no sabría decirlo, me parece osado cuando hubo un Alberto Ormaetxea que celebró dos Ligas y porque no es justo comparar distintas épocas, pero puedo asegurar que, de lo que yo he visto, sobre todo con el hambre con el que se presentó en Donostia en su primera época, sí que me parece el mejor. Era un pionero, un adelantado a su era y tenía una capacidad extraordinaria para leer los partidos y, sobre todo, cambiar el signo de los mismos si la cosa apuntaba a tragedia. Algunas veces con cambios tácticos que cuando los hacia se levantaba un murmullo en la grada y solo cinco minutos después el campo se había inclinado hacia la portería rival. Tenía cosas de auténtico genio y canalizó de forma sobresaliente una de las misiones más complicadas y exigentes en la historia del club, que era la transición de la plantilla campeona y que luchaba por los títulos a volver a ser el que aspiraba a entrar en Europa de forma recurrente. A pesar de que no pudo comenzar con peor pie, ya que casi en el primer minuto de su partido Arconada se rompió el ligamento cruzado y, a pesar de contar con una fuerte resistencia y desconfianza del sector agonías de aquella época, desde el primer año lo cambió casi todo y la temporada acabó siendo un auténtico espectáculo con tres 6-0. ¿Se imaginan? ¡En la misma temporada! Una cosa de locos. Imagino que algunos hinchas realistas se pensaran que está permitido marcar tantos goles. Y eso que su principal cambio fue retrasar a Larrañaga y pasar a jugar una línea de cinco atrás, lo que en aquella época muchos consideraban como una variable defensiva sin tener en cuenta que los laterales eran carrileros.
Eso sí, una cosa era Toshack el entrenador y otra la persona. Sin juntamos los dos, nos sale una versión de un técnico muy del estilo de Mourinho, aunque con flema británica, más gracioso y divertido (licenciado en traducción literal de refranes ingleses al castellano aunque el resultado fuese disparatado), y mucho menos gruñón. Él se definía a sí mismo como “un cabrón simpático”. Y sí, la verdad es que era bastante cabrón. Por momentos hasta un poco déspota y arrogante. En el vestuario mandaba solo él y quien osara plantarle cara estaba sentenciado. De ahí su declaración: “En mi anterior etapa me criticaban por no lavar la ropa sucia dentro del vestuario, pero es que llevaba tres meses lavándola y no se secaba nunca”. Si hasta le echaron del Madrid por declarar que era más fácil “ver volando un cerdo sobre el Bernabéu a que rectifique”.
Los descartados con los que no contaba tenían que esperar a encontrar destino trabajando al margen dando pases a la pared y, algunos canteranos relatan auténticas perrerías, como que en alguna ocasión subió a dos jugadores que iban a cumplir el sueño de entrenar por primera vez con los mayores y, al llegar casi sin dormir por los nervios, les ponía a hacer de linieres del partidillo que había organizado. Su leyenda no siempre fue un cuento de hadas. Ni su figura tampoco fue la misma que la de Gandhi, como algunos, los de siempre, pretenden hacernos creer. No pasa nada por decirlo, es imposible no entender su personaje sin su lado más oscuro que además a él siempre le ha encantado. Incluso se suele vanagloriar de haber sido tan canalla.
Toshack era tan bueno que nos llevó a ganar un inolvidable título de Copa en aquella tanda de penaltis gracias, por cierto, a una maniobra maquiavélica para sorprender al Atlético, que le había goleado semanas antes por haber alineado a su Real B, y haberle estudiado tan bien que un movimiento en el tablero con la entrada de Dadíe le permitió ser superior durante la mayor parte de la final ante un rival que partía como claro favorito. Tenía un ojo clínico con los jugadores, como lo acreditan los fichajes de Karpin, Carlos Xavier, Oceano, Kodro o Nihat. Y, una de las cosas más importantes que logró a pesar de venir de fuera y desconocer la rivalidad hasta que llegó, fue que con él al mando nunca miramos al Athletic de abajo a arriba. Inolvidable su sentencia tras la semifinal de la Copa que acabó 0-0 en Atocha y la Real casi acabó con nueve por una roja y un lesionado mientras los vecinos prefirieron dejar pasar el tiempo sin atacar. Mientras los periodistas bilbaínos se regodeaban por los estrechos e incómodos vestuarios de Atocha al verse en la final, Toshack salió y dijo: “Creo que hemos ganado más del 50% del pase a la final hoy”. En la vuelta 0-1 con gol de Bakero en el clásico córner preparado por el galés con peinada en el primer palo de Gorriz y llegada en el segundo para remachar. Es cierto que a mí me cuesta perdonarle que dejara salir a López Ufarte con 29 años y que no permitiera a Gorriz alcanzar la cifra redonda de los 600 partidos (“así se acordarán de ti y de mí”, le reconoció ante la incredulidad del central).
Se puede ganar
Todos estamos expectantes ante la llegada de su otro equipo en la Liga, el Madrid. No sabemos si jugarán “los mismos cabrones de siempre” o si habrá novedades para descubrir los ingredientes que vamos a paladear este año: “Si quieres cocinas una tortilla con jamón y si no tienes jamón, te tienes que conformar con una simple tortilla”. Pero lo que tengo claro es que esta Real puede ganar al Madrid de Xabi Alonso. Como manifestó la previa antes de la vuelta después de un 4-0 en el Bernabéu que solo un mal árbitro impidió que se consumara la gran remontada de nuestra historia (acabó 4-1), “yo no me lo perdería”. Era un experto motivador. Eskerrik asko por todo, Toshack. Esta victoria va por ti. Por nuestro villano favorito. ¡A por ellos!