Luis César Sampedro, técnico del Nàstic de Tarragona, compareció este viernes ante los medios con un mensaje muy claro y optimista a pesar del 1-3 con el que viajan a Donostia: “Estamos convencidos de que podemos hacerlo. Ya hemos superado el disgusto de la ida. Hemos vencido los miedos, las amarguras y estamos a tope. Este es el partido más importante del año 2025 para el Nàstic”.
Incluso adoptó un tono un poco retador al referirse a lo que necesitan para ascender, aunque el Sanse no ha perdido un encuentro por más de un gol en todo el curso: “No hay que hacer una proeza bíblica. Hemos visto cosas mucho más grandes en la historia del fútbol. Ganar de dos goles de ventaja a este rival es totalmente posible”.
Injusto el 1-3
El entrenador fue más allá : “Queremos que la Real sienta el miedo desde el primer minuto. Vamos con los tanques y con toda nuestra energía a traernos el ascenso para Tarragona". Y defendió su actuación en la ida: “Llegamos 22 veces al área, tiramos 14 veces, 7 a puerta. Eso no lo hicimos contra el Murcia. Solo nos faltó puntería y suerte. Si el partido se repite diez veces, no se pierde 1-3”.
El equipo intentará ser más directo y ofensivo: “La clave está en ser buenos con balón y sin balón. Y si lo perdemos, aplicar las herramientas necesarias para recuperarlo rápido. No podemos volvernos locos. Algunos de los que jugaron de inicio no saldrán de principio. Entrarán después para hacernos mejores”.
Errores compartidos
Luis César repartió culpa sobre lo sucedido en la ida “No me quedo solo con el último que falla. Analizamos 30 segundos antes de cada gol. Estuvimos horribles todos, unos más que otros. Y lo hemos trabajado. Hemos visto nuestras responsabilidades y también la mala fortuna” Y confía en sus jugadores más determinantes: “Espero goles de Pablo, de Antoñín, de Viti, de Concha, de Marc, de Jaume. Todos pueden hacerlo”.
El balón parado es uno de sus grandes fuertes: “No marcamos, pero fuimos dañinos. Si tenemos las mismas situaciones, marcaremos. Eso sí, hay cosas que mejorar”.
Vencedores
Su equipo ya ha pasado página a lo sucedido en la ida y está afilando el colmillo: “Ya lo hemos superado. Solo hay un camino en el fútbol: hacia delante. Queremos irnos de vacaciones siendo vencedores”.
Por último, se mostró agradecido a su parroquia por su apoyo incondicional: “La afición del Nàstic es como un gran púgil. Se cae, pero se levanta. Tiene la mandíbula dura y ha recibido muchos golpes. Es nuestro motor. Vamos a Donosti a conseguir el ascenso y entregárselo a ese motor”.