Roberto Olabe, que hoy recibirá en Anoeta la insignia de oro y brillantes del club txuri-urdin, pone fin a su etapa como director de fútbol o, lo que es lo mismo, máximo responsable deportivo de la Real Sociedad, en un segundo ciclo en el que ha elevado los retos y los resultados, sobre todo, del primer equipo txuri-urdin.

El rendimiento de su área, pese a algún lunar, ha sido notable, con los títulos de Copa tanto del equipo masculino como del femenino y la clasificación para disputar una competición europea de manera recurrente (un éxito que no se ha podido repetir este año). Razón por la que la decisión de abandonar la Real ha sido personal, tal y como dejó claro en su anuncio.

“Cuando vives esto 24/7 (24 horas, siete días a la semana) y no te puedes quitar de la cabeza cada una de las cosas que pasan alrededor de la Real, el desgaste es muy alto. Es el fin de mi ciclo, de Roberto, ya hemos hablado muchas veces de lo que me gasto y lo que desgasto”, argumentó el gasteiztarra el pasado 14 de noviembre, un día después de que la entidad realista hiciera pública su decisión.

La razón

Olabe, eso sí, dejó claro que Jokin Aperribay y su Consejo de Administración no habían influido en su idea de marcharse. Más bien se trata de un proceso natural por el que, a su entender, todas las personas tienen una fecha de caducidad, aunque la suya, para muchos, quizás haya llegado de forma inesperada. “Los proyectos tienen que ser a largo plazo, pero las personas tienen fecha de caducidad y para que los proyectos sigan vivos se necesitan personas nuevas. La Real es un proyecto especial, pero también tiene ciertas imperfecciones y se necesita que haya un cambio de mirada para mejorar esas imperfecciones”, expuso en su comparecencia.

Su relación con Imanol

Una vez se conoció su decisión, muchas de las miradas del entorno txuri-urdin se dirigieron hacia el entrenador, Imanol Alguacil, con quien Olabe había mantenido sus tiras y aflojas durante el verano pasado, en el que la Real perdió a dos de sus pilares de los éxitos recientes, Robin Le Normand y Mikel Merino, y en alguna otra ocasión a la hora de planificar la configuración de la plantilla. Incluso el fichaje del delantero centro, después de los fracasos de André Silva y Sadiq Umar, entre otros, ha traído cola con la llegada de Orri Óskarsson, que no ha revertido las carencias goleadoras, en las últimas horas del pasado mercado estival.

La explicación sobre su relación con Imanol (que anunció su marcha meses después, concretamente el 24 de abril), en lugar de acabar con las especulaciones, las incrementó. “¿Mi relación con Imanol? A mi lugar de trabajo no he ido nunca ni a hacer amigos, ni tampoco enemigos. Imanol y yo muchas veces no pensamos lo mismo, pero ahí está la riqueza. Pensar lo mismo posiblemente nos hace más fuertes, pero con una opinión diferente vamos a ser mejores. Yo con Imanol tengo una relación profesional buena, que no nos lleva a tener una fuera de Zubieta. Puede ser parte del desgaste del que he hablado antes. Pero el motivo de mi decisión no es mi relación con Imanol”.

Sus frases más célebres

Fichajes “el mercado es un ser vivo”

Una de sus frases más recurrentes a la hora de explicar lo cambiante que es el mercado de fichajes.

Competitividad “No vamos a Europa a comer pizza”

Expresiones como estas y similares ha empleado para asegurar que el equipo no iba a pasearse en las competiciones continentales.

Imanol “No voy al trabajo a hacer amigos”

Quiso dejar claro que pensar diferente que el técnico podría ser hasta enriquecedor: “Con una opinión diferente vamos a ser mejores”.

Filosofía de la Real “Formamos y firmamos”

En relación al modelo de club mediante el que destacaba la cantera y los fichajes selectivos.

El aludido, poco después, le dio la razón deshaciéndose en elogios hacia el que hasta ahora ha llevado las riendas del ámbito deportivo: “A la Real le va a costar tener un director deportivo como Olabe por mucho que pensemos que Erik lo va a hacer bien. El desgaste que tiene es muy grande y le entiendo. Le vamos a echar de menos por todo lo que nos ha aportado. Yo cuando me vaya no voy a encontrar un presidente y un director deportivo como los que tengo aquí y no voy a poder tener mejor relación que la que tengo con Roberto y con Jokin”.

Su filosofía

Olabe siempre ha evidenciado que su objetivo era cumplir el precepto de mantener una plantilla con el 60% de jugadores de casa y el 40% de foráneos como base de la filosofía de un club de cantera como la Real. Condición que no siempre ha podido exhibir el conjunto realista durante su andadura.

Pero es lícito destacar que durante su estancia como máximo responsable deportivo, el equipo sí ha nutrido de futbolistas formados en Zubieta.

Y entre sus fichajes cabe resaltar a jugadores como David Silva, Isak, Brais Méndez, Mikel Merino, Portu o Take Kubo, entre las 32 incorporaciones que han costado a la Real más de 150 millones de euros. Algunos de ellos han dejado una gran rentabilidad económica en las arcas del club y muchos de los que siguen se han revalorizado. En este periodo han sido traspasados 20 futbolistas con un ingreso total de algo más de 234 millones. En definitiva, un buen olfato en el mercado para “no ser un fichador”, como él mismo reconoció.

Balance

En su balance personal, Olabe reconoce sentirse “orgulloso” de ser parte de la Real: “Recuerdo con cariño mi tiempo de jugador, más bien desde la observación, porque jugar poco; también mi tiempo entrenando; del inicio de Zubieta XXI, con decisiones duras, pero con trabajo…”. 

De esta manera, tras remodelar y hacer crecer Zubieta, llega el fin de la etapa de su arquitecto.