Sus compañeros coinciden en que es uno de los jugadores más queridos. A sus 23 años, Beñat Turrientes ha pasado a un segundo plano cuando más se le esperaba. Volverá pronto...

¿Cómo lo lleva?

Es verdad que está siendo una temporada difícil. Al final empecé jugando pero cuando lo estaba haciendo tuve esas dos lesiones en él en el sóleo que me hicieron parar un par de semanas. A raíz de eso los que menos minutos estaban teniendo han aprovechado su oportunidad, porque siempre destaco que en este equipo hay mucha competencia y eso al final es muy bueno para mí y para todos. Pero, bueno, yo estoy contento, entrenando al 100% para cuando me llegue otra vez la oportunidad demostrarle al míster que tengo a nivel para jugar.

En Las Palmas estuvo calentando desde el primer minuto de partido.

Bueno, son circunstancias que pasan. En el calentamiento Zubimendi notó algo en el isquio e Imanol me dijo que estuviera preparado por si no podía seguir. Pero yo encantado. Yo siempre he dicho que estoy dispuesto en todo para el equipo. Si me dicen que caliente, voy a estar ahí, y si me dicen que juegue, voy a dar el máximo.

Oyarzabal y Sergio fueron a abrazarte cuando marcaron.

Siempre me dicen que va a llegar mi momento. Sé el jugador que soy. Igual, sinceramente, sí que me está costando más de lo que esperaba. Pienso que el año pasado hice una buena temporada, con todos los jugadores que había de mucho nivel, pude entrar en el once sobre todo al final y demostrar que puedo jugar aquí. Este curso empecé jugando, pero en cuanto te sales de la rueda hay otros que están preparados para jugar y hacerlo bien. Por esa parte yo me alegro por todos, ya que es entre todos como debemos sacar adelante esto.

Mucha gente olvida que Zubimendi se lesionó y jugó de titular las siete últimas jornadas.

Me tocó jugar en la posición de Martín, que no venía haciéndolo mucho. Me lo tomé con muchas ganas, sabía lo que tenía que hacer y creo que di un buen nivel. El equipo firmó un buen final y conseguimos el objetivo de entrar de nuevo en Europa.

“No soy de pedir explicaciones, me centro en hacerlo lo mejor posible en los entrenamientos para llegar preparado al partido”

¿Ahí sintió que era su momento?

Sí, el año pasado en general, pero sobre todo en el tramo final me sentí con muchísima confianza, me salían muy bien las cosas en el campo y al final se nota en un jugador. Pienso que este año la confianza es la misma, pero después de las lesiones siempre te puede costar un poco más porque el ritmo es muy alto. Yo estoy tranquilo, estoy bien y cuando salga al campo intentaré dar mi máximo.

¿Igual pensaba que este sí que iba a ser su gran año o el de su explosión?

Pues la verdad es que sí pensaba que podía ser mi año. Por cómo acabé la campaña pasada y con la marcha de Merino me veía con esa posibilidad. Pero bueno, subió Pablo Marín, ha llegado Luka, que son jugadorazos, y juegan mucho y bien. Al final el que decide es Imanol y es el mismo que me puso a mí al principio hasta que llegaron las lesiones. Luego ha puesto a los demás, como a Olasa que lo ha hecho muy bien, y entre todos tenemos que lograr resultados.

“No pido explicaciones cuando juego, tampoco cuando no juego”

Yo no soy de pedir explicaciones. Yo me centro en mí mismo, en intentar hacerlo lo mejor posible sobre todo en los entrenamientos para llegar al finde preparado y afrontar el partido con la misma intensidad. 

Hay un dato significativo: el año pasado cuando jugaba de inicio el equipo cosechó muy buenos resultados, pero en este curso solo dos triunfos en Liga de titular.

Es la mejor demostración de lo que cambia el fútbol. Son datos y como se suele decir, el fútbol es así. 

Quizá hubo dos partidos en los que se sintió señalado: ante el Celta.

Fue un partido en el que sufrí bastante porque me tocó cubrir a un jugador, Alfon, que es muy rápido y me buscaba mucho la espalda. Al final jugué de 4, me tenía que meter entre los centrales y es algo que a mí me suele costar un poco más. Creo que este año, como el equipo no empezó muy bien, con muchos nuevos, cambiamos la dinámica y nos costaba entrar en los partidos, pero con el paso de los meses ha ido a más y ahora a intentar acabar lo mejor posible. 

Y el día del Getafe en Anoeta.

Fue un partido malo de todo el equipo e Imanol me cambió en el descanso. Son decisiones del entrenador que hay que respetar. Un encuentro para olvidar, pero a partir de ese momento el equipo fue a más.

Cuando le sustituye en el descanso Imanol, ¿qué le dice? 

Llegas al vestuario y dice vamos a hacer un cambio, este por este. Luego si te quiere decir algo lo hace con total sinceridad y normalidad.

“Algo pasa con Turrientes”…

–No pasa nada raro con Turrientes. Lo que he dicho, hay mucha competencia en el equipo, gente nueva, gente que ha subido que el año pasado no tenía minutos pero que en este está demostrando que tiene nivel para estar aquí, y eso es bueno para todos.

La sombra de Merino era alargada porque le tratábamos como un 8. La de Zubimendi tampoco está mal…

A final ya no sé cuál es la posición en la que me gusta más jugar. Yo me centro en dar el máximo en cada posición y ya está. Es verdad que siempre he jugado de 8, pero ahora me encuentro también jugando de 6. Donde me ponga el míster allí estaré.

¿Le perjudica ese baile de puestos? 

No, son diferentes. Si juegas de 6 tienes que dar menos toque y si lo haces de ocho tienes más libertad para conducir. Con menos tiempo para girarte porque te vienen a la espalda. Creo que en las dos posiciones he dado buen nivel y estoy cómodo. 

“Mi sueño sigue siendo txuri-urdin, como siempre; para mí la Real lo es todo y yo quiero ser feliz jugando aquí”

Imagino que se alegrará mucho por Olasagasti también…

Sí, claro. Yo siempre me voy a alegrar muchísimo de que le vaya bien sobre todo con la gente de casa. Hemos vivido muchísimas cosas juntos, el ascenso a Segunda con el Sanse, el año de Segunda... Se ha merecido y se ha ganado lo que ha conseguido. 

¿Está encima, le apoya?

Cuando subimos los dos pasamos por épocas en los que no teníamos minutos. El año pasado me tocó jugar más a mí, este a él, nos entendemos muy bien y cuando uno está peor que otro nos apoyamos y nos animamos.  

Beñat Turrientes disputa el balón a Bruno Fernandes, del Manchester United, el pasado marzo, durante un partido de la Europa League E.P.

Pablo Marín tampoco le sorprende. O ‘Palo Marín’, como le conocen…

Sí (risas), alguno le llama así, sí, por lo intenso que es. Eso para el equipo es muy bueno que sea intenso, diferente, y da muchísimo al equipo.

¿Ha podido salir cedido alguna vez?

He tenido situaciones de salir sobre todo el año pasado en pretemporada y en mi primer año en el que no tuve muchos minutos. Equipos de Primera y de Segunda. Yo ya sabía que no había demostrado todo lo que podía y el año pasado sí que di ese salto que me estaban pidiendo. Creo que lo demostré. Este año venía con mucha ilusión, la temporada está siendo así, y tengo ganas de volver a jugar en este tramo final para demostrar que estoy aquí con el equipo.

Urko se está saliendo en el Espanyol.

Es un jugador que no ha tenido minutos y ha caído de pie en el Espanyol. Desde el primer partido que jugó ha demostrado lo buen jugador que es. Para un equipo así que llegue un futbolista así y dé ese rendimiento… Se ha ganado las ovaciones que está recibiendo. Yo estoy muy contento por Urko, le conozco desde txikis, sé el jugador que y ahora por fin lo está demostrando.

Gorrotxategi, del que dicen mejor centrocampista de Segunda

Zubieta es esto, salen jugadores excepcionales. El trabajo que se hace aquí desde infantiles es una locura. Lo he vivido y es bueno que salgan jugadores así. A Gorro le conozco, he jugado con él desde cadetes cuando vino del Eibar, llevo toda la vida con él y siempre he visto que es un jugador que va a llegar lejos. Lo está demostrando en el Mirandés, donde está haciendo un buen año, y el que viene vendrá aquí y seguro que lo va a hacer estupendamente.

Zubimendi es muy bueno, pero no deja comer... ¡No descansa nunca!

Es así, si se encuentra bien quiere jugar todo. Es muy importante para el equipo y si él ve que puede continuar y jugar, lo va a hacer. Estamos muy contentos con él y a disfrutar de él. Pero se fue Merino que era un jugador muy importante y ha venido Sucic, y estamos Olasa y yo. Hay muchos jugadores que este año lo están haciendo muy bien. Y en el caso de que Martin se vaya, seguro que este equipo va a seguir compitiendo igual.

Haga autocrítica, ¿en qué puede y tiene que mejorar?

Yo soy muy exigente. Hay partidos que dicen que he jugado bien y para mí no. Este año, con tantos encuentros, ha habido muchas rotaciones, he tenido las lesiones y eso en el ritmo se nota. Cuesta entrar en los partidos. No sé si ha sido porque he venido de los Juegos pero eso al final es una excusa y estas no me gustan. Me ha costado más que la temporada pasada pero he tenido oportunidades y lesiones. Y están otros que también han aprovechado las suyas.

“En momentos así echo mucho de menos a mi padre que siempre me daba consejos y que sería un pilar fundamental para mí”

23 años y ha jugado 94 partidos 

–¿Tantos? Es una muy buena noticia. Son muchos partidos con la Real y espero que jugar muchisimos más.

Internacional desde muy txiki

Yo he estado en todas las categorías menos en la sub’16, que no fui a un torneo y a algunos entrenamientos, pero a parte de eso he estado en todas las concentraciones de mi edad.

Medalla de oro olímpico, a pesar de que casi la lía en la final.

Sí, lo pasé muy mal al hacer el penalti. Luego tuve el disparo al larguero, que lo hubiese podido arreglar. Cuando acabó exploté, fui donde mi familia y me puse a llorar. Fue un momento muy duro, porque lo teníamos ya ahí. Camello marcó dos goles y cuando le veo le digo que me salvó. 

¿Ha llorado mucho por el fútbol?

Por no jugar, no. Más, por rabia sí. Lloré después del partido de Mallorca, cuando nos eliminaron porque estábamos muy cerca, en el Bernabéu no, pero estaba muy dolido. Y en momentos puntuales siempre tengo a mi padre presente y siembre hay momentos malos de bajón, pero luego ya cambio de chip y me levanto.

¿Le echa mucho de menos en los momentos más duros?

Sí, claro. En todas las categorías que he competido, estaba muy encima y de vuelta a casa siempre comentábamos cómo había ido. Me da pena que ya no esté aquí porque en estos momentos sería un pilar fundamental, pero sé que desde allí arriba me está dando fuerzas.

“You’ll never walk alone” se tatuó en el brazo. No hay mejor frase que “su padre estaría muy orgulloso”. 

Me lo dicen muchas veces. En los momentos malos, mi madre y mi familia sobre todo, me dicen que piense en el aita, que desde arriba con la casta que tenía me estará animando 

¿El siguiente será su año? 

Ojalá. Siempre intento empezar las temporadas con mucha ilusión, no sé si será mi año o no, pero voy a ir siempre con esa mentalidad siempre.

¿Su sueño sigue siendo txuri-urdin?

Siempre. Quiero ser feliz aquí. La Real lo es todo para mí. Ahora toca acabar esta temporada y luego si tengo la suerte de ir al Europeo de la sub’21 iré con ilusión, en la última que puedo ir. Y volver y empezar con mucha ilusión con la Real.