Manchester empieza a tomar color txuri-urdin. A pocas horas de que la Real se juegue el pase a los cuartos de final de la Europa League en Old Trafford, la afición ya toma las calles principales de la urbe inglesa, sobre todo en las cercanías del meeting point, que como en anteriores visitas, se ha situado en torno a Shambles Square.
Entre los centenares de hinchas que se dejan ver por la ciudad mancuniana sobresale Jordi Romero, un catalán que empezó a viajar con la Real con 14 años. La temperatura fresca de Manchester no es obstáculo para que al encuentro con algunos periodistas, nos muestre el escudo de la Real tatuado en el pecho. Una loca pasión que le trae hasta Inglaterra a un partido del que horas después habrá de desaparecer: como otros de los hinchas que están en Manchester, Romero ha de estar de vuelta en Barcelona para trabajar este mismo viernes.
“Empecé a viajar a ver partidos de la Real cuando tenía 14 años”, rememora Romero, que cuenta cómo cuando el entonces presidente blanquiazul José Luis Orbegozo se enteró de su afición, le invitó a cenar a su propia casa: "Me hice de la Real por llevar la contraria a mi hermano, que es del Athletic, y una vez, cuando pedí una entrada al club desde Barcelona, ¡Orbegozo se enteró y me invitó a cenar!".
Corredor de maratones, Romero lleva disputadas cinco de las grandes majors. Sydney es su sexto objetivo y al terminarla piensa cumplir con la misma tradición que en los últimos metros de las anteriores: vestirse el sombrero de copa txuri-urdin, como el que lucía el malogrado Aitor Zabaleta.
Manchester txuri-urdin
Como este hincha catalán, decenas de aficionados llegados desde distintos puntos de Gipuzkoa se cruzan y se animan por plazas como Picadilly Gardens —punto de referencia para el tranvía hasta Old Trafford—, Market Street y la citada Shambles Square. Se esperan alrededor de 2.000 seguidores blanquiazules en Old Trafford.
El nuevo capitán de Islandia, Orri Óskarsson, es el ídolo de unos jóvenes de Donostia, rubios como él, que han viajado junto a sus progenitores hasta Manchester, como una familia azpeitiarra de Urrestilla, otro grupo de Tolosa y otro de Zumarraga que se muestran confiados para el partido de este jueves por la noche: “Si derrumbamos San Mamés ganando el último partido allí, ¿por qué no Old Trafford, que también van de rojo?”.
Con el paso de las horas, la confianza en las tropas de Imanol va creciendo. Nadie esconde la dificultad de eliminar a un gigante del fútbol europeo —y más en su guarida visto el estado de forma reciente de la Real—, pero la ilusión de unos cuartos de final con el equipo de sus amores no les quita nadie. Y no es poco.
Ni siquiera cuando algunos de ellos iban a tomar un avión de Vueling de Bilbao a Londres a media tarde del miércoles y la aeronave estaba… ¡cubierta con los colores y las imágenes promocionales del Athletic!
Más allá de la anécdota, entre la broma y la indignación para varios de ellos, ese no fue el único vuelo copado por hinchas de la Real: este mismo miércoles un Madrid-Manchester traía muchos seguidores realistas y hace escasos minutos ha aterrizado otro avión desde Frankfurt con decenas de aficionados de la Real. Todos cuentan las horas para que empiece el partido. Todos sueñan con pasar a cuartos.