La Real Sociedad disputa este jueves (Anoeta, 18.45 horas) el partido de ida de los octavos de final de la Europa League, recibiendo al Manchester United. El conjunto inglés aterriza en Donostia inmerso en una importante crisis deportiva que el entrenador portugués Ruben Amorim no ha conseguido revertir por el momento. El técnico luso, que relevó en noviembre al neerlandés Erik Ten Hag, ha impuesto parte de su sello en los red devils, pero los resultados no terminan de acompañar todavía. Veamos cómo se comporta sobre el césped el conjunto de Old Trafford, 14º en la Premier, eliminado de las dos copas locales y obligado a ganar la propia Europa League para competir el próximo curso en el continente.
El sistema no se toca. El Sporting de Portugal de Amorim ya se caracterizaba por utilizar siempre un claro 3-4-2-1 que el técnico ha trasladado a Inglaterra. Se trata de la estructura base del actual Manchester United, cuyo entorno ya ha empezado a tachar al entrenador luso de inmovilista: ante circunstancias de todo tipo vividas durante los últimos cuatro meses, los red devils siempre han contado con un idéntico punto de partida en lo táctico. Este reside en una zaga de tres centrales, dos carrileros largos, dos pivotes con dos mediapuntas por delante, y un delantero centro.
Con balón
Resulta curioso, en cualquier caso, que esas críticas al supuesto inmovilismo de Amorim afecten a un Manchester United con mil caras. Al fin y al cabo, son raras las fases de los partidos en las que el mencionado 3-4-2-1 puede reconocerse sobre el césped. Los red devils forman un equipo dinámico cuyas piezas no paran de moverse y dibujan distintas estructuras durante un mismo encuentro, en función de la situación. Con balón, por ejemplo, lo más habitual es que utilicen un 3-4-3 con rombo en el centro del campo.
Tal es el protagonismo de Bruno Fernandes que su presencia en la base de ese rombo lleva a menudo al portugués a incrustarse incluso en la zaga de tres, convirtiéndola ya prácticamente en defensa de cuatro. Veamos cómo lo hace mediante dos imágenes correspondientes a dos fases del movimiento en cuestión, una menos avnzada y otra más acusada.
Otra circunstancia que la Real deberá tener muy en cuenta, respecto al comportamiento del Manchester United con balón, apunta a los inicios del cuadro inglés desde su portero, en saques de puerta o situaciones similares. Ahí los de Amorim suelen mostrarse bastante asimétricos, eliminando a Maguire de la ecuación y tratando de sacar el balón mediante los otros dos centrales.
Lo cierto es que las estructuras ofensivas del Manchester United resultan lo suficientemente peculiares como para condicionar el comportamiento en defensa de los rivales. Sin embargo, tampoco debemos esperar grandes cambios a este respecto en la Real, pues los txuri-urdin acostumbran a presionar mediante un 4-4-2 de medular en rombo que mantendrían este jueves. Ya lo emplearon, en julio de 2023, con motivo de un partido amistoso contra el Sporting de Amorim, en Faro... Y ojo, porque parte del partido puede pasar por aquí para los txuri-urdin, ya que se miden a un adversario que arriesga el balón y tiende a equivocarse cuando trata de darle salida.
Sin balón
A la hora de defender, el Manchester United es un equipo que trata de mostrarse inicialmente agresivo presionando arriba los primeros pases del rival. Cuando se lanzan en este sentido, los ingleses aprietan mediante un 4-4-2 de medular en rombo como el que acabamos de ver de la Real. Para formarlo, suben a primera línea al mediapunta Zirkzee, avanzan también al carrilero derecho Dalot y mandan también muy arriba a uno de los integrantes del doble pivote.
En cualquier caso, el Manchester United es también una escuadra poco insistente con estas fases de bloque muy alto y agresivo. En cuanto el rival consigue juntar un par de pases, los de Amorim comienzan ya a replegarse, mediante dos fases distintas. Primero dibujan un 4-4-2 de medular en línea, formando un bloque medio. Y suelen terminar plasmando sobre el verde un claro 5-3-2, con el citado carrilero derecho Dalot finalmente hundido con el resto de la defensa. Veámoslo.
La Real se mide a un adversario de currículum temible al que las cosas no le marchan bien últimamente. Lo cierto es que el Manchester United no logra dar continuidad durante los partidos a sus breves fases de buen juego, y además muestra una tendencia al error similar a la que vienen acusando los txuri-urdin en los últimos encuentros. Sin embargo, en lo meramente táctico, las cosas parecen muy claras en el equipo de Ruben Amorim, quien, eso sí, va a necesitar tiempo adicional para terminar de asentar su particular libreto. De momento su equipo acredita ya automatismos muy reconocibles, pero carece de una regularidad que, sobre el papel, debería llegar con el paso del tiempo. Mientras, el conjunto inglés avanza a trompicones, demasiado lento en liga, con base en una fortaleza ante la que los de Imanol deben extremar las precauciones: la estrategia ofensiva.