Calma chicha a la espera de la batalla europea. Tras la tempestad desatada por Gil Manzano con su parcial y determinante arbitraje, llega la calma. Los clubes normales suelen digerir así los atracos que padecen. Eso sí, por poco tiempo, ya que el calendario apremia y apenas concede respiros entre partidos y competiciones. La estadística está del lado de la Real, ya que, a pesar de llevar desde 1998 sin superar una eliminatoria, nunca ha perdido ninguna en la que ganó el partido de ida a domicilio. En total han sido cuatro, cinco si se cuenta quizá el mayor éxito que fue eliminar al Olympique de Lyon en la previa de la Champions con Jagoba Arrasate en el banquillo. Los blanquiazules se impusieron por 0-2 en el viejo Gerland con más de 5.000 aficionados desplazados en la grada gracias a dos goles inolvidables de Antoine Griezmann, el mejor tanto de su carrera, y Haris Seferovic, en un remate en parábola casi desde Suiza.
En la vuelta, en un Anoeta abarrotado y con una ilusión desbordada, Carlos Vela anotó un doblete memorable que dio el pase a la Real a una Champions en la que luego, desgraciadamente, no pudo estar a la altura y cayó en la fase de grupos.
El maldito año del asesinato de Aitor Zabaleta
Hay que remontarse precisamente hasta 1998, la última vez que los blanquiazules superaron un cruce sin ser previa, cuando se impusieron primero 2-4 en Praga al Spartak, con más de un millar de aficionados en la grada y con un gol espectacular de Kovacevic, para en la vuelta volver a vencer por 1-0 con otro testarazo sideral del serbio y su posterior petición de perdón al haberse sacado unas fotografía dejándose querer con la camiseta del Madrid puesta (“Lorenzo”, por Sanz, presidente del Madrid, “fíchame”). En la siguiente ronda, los donostiarras acabaron pasando apuros después de ir venciendo por 0-3 al marcar un doblete Nekrasov en un minuto. Pero en la vuelta, los de Krauss cortaron de raíz las esperanzas rusas al golear por 3-0. Lamentablemente, el sorteo quiso que se cruzara el Atlético de Madrid y sus malnacidos ultras que asesinaron antes de la vuelta a Aitor Zabaleta.
En la Copa de la UEFA del curso 1988-89, en los dieciseisavos de final, la Real ganó 1-2 al Sporting en Lisboa. Iturrino y Loren dieron el triunfo a los de Toshack y, en la vuelta, los portugueses confirmaron que eran más fieros de lo que pintaban y se sufrió para aguantar el 0-0.
El golazo de Satrústegui en Islandia
El primer precedente de presentarse en Donostia con ventaja para la vuelta fue el recordado estreno en la segunda participación en la Copa de Europa en Reikiavik en 1982 cuando Satrústegi dio el triunfo a los de Ormaetxea gracias a una maniobra impecable de delantero centro. En la vuelta, los islandeses, que eran amateurs, dieron el gran susto al ponerse por delante a los dos minutos, pero segundos después igualó Uralde y la Real se puso 3-1, aunque los nórdicos anotaron luego un segundo.
En esta ocasión, a pesar de sus actos, como el solicitar que Aramburu y Zubimendi provocasen la amarilla, Imanol Alguacil ha querido dejar muy claro que la eliminatoria ante el Midtjylland continúa abierta: “La verdad es que tenemos una mínima ventaja, pero la tenemos a favor y evidentemente espero una gran noche, y espero que los aficionados sean conscientes, y entiendo que sí, de lo que nos jugamos, de la importancia que tiene. Lo que queremos es hacer un gran partido y ganar para estar en la siguiente eliminatoria. Estoy convencido de que con el apoyo del público será una gran noche y estaremos en la siguiente eliminatoria”.
Ante solo 60 aficionados daneses que han anunciado que viajan a Donostia, el técnico tendrá que calcular muy bien las rotaciones, por las importantes bajas y los esfuerzos acumulados para formar un once de garantías, cuando está obligado a vencer el domingo al Leganés en la Liga y el miércoles afrontará la ida de la semifinal de Copa ante el Real Madrid en Anoeta.