Yo creo que a la hora de hablar de laterales izquierdos todos coincidimos en que Paolo Maldini ha sido el gran mirlo blanco. El hijo del célebre Cesare y el padre de Daniel, que ya ha debutado en la azzurra, fue un lateral inigualable. El mejor de la historia. Elegante, consistente, infranqueable, competitivo y ganador. No habrá otro igual que Il Capitano, cuyos ojos y cuya planta le convirtieron en uno de los futbolistas más amados en su país. Además de que, por supuesto, lo ganó todo.
No, ninguno estamos pidiendo que nos salga o tengamos un Maldini. Nos conformamos con bastante poco. En la Real no ha sido sencilla la gestión de la demarcación. Hasta la irrupción y posterior heroica consolidación de Aihen, el puesto ha sido como el eslabón perdido de Zubieta, un vivero que producía todo tipo de futbolistas salvo en esa posición desde que se marchó, por la puerta de atrás y con muy poco reconocimiento, desde luego que no el que merecía, don Agustín Aranzabal. Lo cierto es que el destino quiso purgar nuestra falta de consideración para con un canterano de nivel internacional al no proporcionarnos un lateral durante años. Concretamente hasta la vuelta de Yuri, tras seguir una explosión controlada por los técnicos txuri-urdin con un jugador que no había Dios que lo centrara.
Curioso como suena ahora, pero con Odriozola y Yuri Eusebio encontró a dos profundos puñales que acabaron erigiéndose casi en una de las principales armas ofensivas de un equipo que, es justo decirlo, nos acabó dejando boquiabiertos por su gran fútbol y por la plasticidad de su juego.
Algo se murió en el alma cuando la Real, después de todo lo que soportó y de todos los sapos que tragó para recuperarle, decidió vender a Yuri al PSG, uno de los clubes más poderosos del mundo, por la mitad de la cláusula. Yo siempre cuento la misma historia: ese día me encontré en Zubieta con uno de los aficionados que más siguen las categorías inferiores, y me reconoció que estaba “hecho polvo” y que temía que sin el zarauztarra se pudiera “desplomar el equipo”. Solo unos meses después, Eusebio y Loren eran despedidos por clamor popular tras una derrota ante el Getafe.
Alberto de la Bella
Por ahí pasaron buenos futbolistas, como Alberto de la Bella, que dejó un recuerdo imborrable tras una evolución tan inesperada como impresionante, pero la cantera seguía condenada a penar sin producir un lateral zurdo que se consolidara como si arrastrase un conjuro por lo mal que acabó todo con Aranzabal. El catalán fue de largo el mejor fichaje de Loren, o el que mayor rendimiento dio, de todos los que hizo Juarros.
Hasta que apareció Aihen que, como los anteriores, llegó sin hacer mucho ruido ni, desde luego, derribar la puerta. Y eso que, al igual que Kevin Rodrigues, debutó en el Bernabéu, en la mejor demostración de la confianza que tiene el club en la cantera. Después, como todo el mundo sabe, le costó mucho consolidarse hasta el punto de llegar a tener un pie fuera en el verano 2021 al estar muy cerca de acabar en el Brujas. Pero cabezón como buen navarro, Aihen apostó por quedarse y acabó convirtiéndose en el titular del equipo. A pesar de competir con Monreal, uno de los fichajes más importantes de los últimos años y mayor exponente conocido de resultado inmediato, al que le fueron lastrando poco a poco los kilómetros acumulados en sus rodillas a lo largo de su prolífica carrera. El innegable mérito de Aihen, el talentoso extremo que se enamoró de la posición de lateral, es que muchos le comparan con Agirretxe por el hecho de que no paran de traerle refuerzos en su posición pero él, poliki poliki, siempre acaba jugando.
Y la realidad es que no le han traído a medianías, pero solo sucumbió con rotundidad con Monreal, obvio, porque estamos hablando de un zaguero top. Antes también llegó Theo, el mejor lateral zurdo de la anterior temporada en su año de cesión en el Alavés. Actual capitán del Milan, el segundo club con más Copas de Europa. Casi nada al aparato. Un fenomenal lateral con unas condiciones físicas extraordinarias que, por lo que fuese, no acabó adaptándose ni al juego de la Real ni al cambio de estilo entre el Alavés y la Real. ¿Se puede decir que fue un mal fichaje? En este caso me agarro al argumento de Monchi, el afamado ex director deportivo del Sevilla ahora en el Aston Villa, que siempre ha defendido que no había buenos o malos fichajes, solo buenos o malos rendimientos. Porque la de Theo era una gran cesión, pero… No cuajó.
Falta de paciencia
Este es el escenario ideal para hablar y situar la actual posición de Javi López. Muchas veces me cuesta entender la falta de paciencia de gran parte de la Real. Me niego a reconocer que nos estamos convirtiendo en trituradores de futbolistas o que los recién llegados han perdido la presunción de inocencia y son unos paquetes hasta que demuestren lo contrario. Esta no es la actitud que merecen los contratados y menos aún en un destino tan acogedor y bucólico como siempre nos hemos jactado que son Donostia y la Real para convencerles de que vengan a pesar de contar con otras ofertas más importantes de otros equipos.
Javi López no tiene ninguna culpa de que la dirección deportiva decidiera afrontar una importante inversión de 6,5 millones de euros, sobre todo por la posición en la que juega. En lo que respecta a su posible adaptación, una noticia buena y otra mala. ¿La buena? Se pasó varios años en Vitoria, por lo que ha caído de pie en un vestuario en el que antes de entrar ya contaba con amigos. ¿La segunda? Al igual que le sucedió a Theo, le está costando mucho pasar de militar en un equipo dominado a otro dominador. Y eso, dentro de una lógica y unos límites, es normal. No entiendo las prisas que les están entrando a algunos con el tinerfeño que hoy se enfrenta a su eterno rival. Tiene 22 años, un contrato largo hasta 2030 y unas facultades físicas privilegiadas. Es mucho más grande de lo que parece, cuando te cruzas con él impone y es una maravilla verle cuando arranca en carrera larga por su banda. Como en todo en el fútbol, luego podré acertar o no y siendo plenamente consciente de que no es Maldini, yo creo en Javi López. Creo sinceramente que va a acabar jugando bien esta misma temporada, con permiso de Aihen, y que se va a acabar convirtiendo en uno de los referentes de este equipo. Eso sí, para lograrlo va a tener que superar varios síndromes que le van a acechar por el camino y uno de ellos es el de que un futbolista con muchas similitudes de todo tipo con él como Theo no logró triunfar en la Real y, cómo no, la leyenda del inconformista Aihen que, a su ritmo y sin estridencias, siempre ha acabado ganando la batalla a sus competidores. Insisto, yo creo y espero a Javi López. El tiempo pondrá a cada uno en su sitio, pero abogo por darle un voto de confianza, como siempre hemos hecho por estos lares, y le concedamos un tiempo prudencial para que pueda sacar el buen futbolista que lleva dentro. Si cuando veíamos al Alavés estos años siempre acabábamos diciendo que por qué apostamos por Tierney, teniendo un lateral de su talla y proyección aquí al lado. Con los fichajes jóvenes, aunque hayan costado caros, también hay que ser Real Sociedad para lograr su explosión y que ofrezcan su mejor versión. Si es posible desde hoy contra sus paisanos, mejor. ¡A por ellos!