La Real Sociedad visita este domingo al Leganés en Butarque (14.00 horas), en partido correspondiente a la 16ª jornada de Liga. El cuadro pepinero aguarda a los txuri-urdin con muy buenas cifras como local, gracias a una racha en casa que cortó el último 0-3 encajado hace quince días contra el Real Madrid. Antes, los de Borja Jiménez acumulaban tres partidos consecutivos sin encajar en su feudo, logrando en ellos dos victorias (3-0 al Celta y 1-0 al Sevilla) y un empate (0-0 ante el Valencia). No lo tendrá fácil en tierras madrileñas la escuadra de Imanol Alguacil, puesta a prueba por el camaleónico sistema defensivo de su rival.
El Leganés parte de un sistema 4-2-3-1 que rara vez se ve plasmado sobre el campo, ya que sus piezas resultan muy dinámicas. La lesión del lateral izquierdo Franquesa ha dejado al técnico pepinero con Javi Hernández como única alternativa para la demarcación, lo que condiciona mucho la orientación del juego ofensivo. Al ser el propio Javi Hernández un futbolista de corte más defensivo que atacante, la profundidad por banda está corriendo a cargo de los laterales derechos, Altimira o Rosier.
Todo lo explicado suele llevar al cuadro madrileño a hacer del costado derecho el más asociativo y el elegido, por lo tanto, para tratar de dar salida al balón en corto. La banda izquierda, mientras, es más eléctrica con un Juan Cruz (zurdo) que viene iniciando los partidos a pierna natural. El juego directo hacia el punta también acostumbra a ser recurso habitual de un equipo cuyo principal argumento reside, en cualquier caso, en las rápidas transiciones tras robo. Los pepineros son conscientes de sus carencias a la hora de apostar por un fútbol combinativo, y saben también que los momentos de los partidos en los que más opciones tienen de hacer daño se hallan justo tras las recuperaciones de esférico, con los rivales relativamente abiertos.
En defensa
Sin balón, mientras, no resulta extraño ver al Leganés esperar el comienzo de los ataques rivales mediante un sistema 4-4-2 que simplemente implica el salto del mediapunta a primera línea, para presionar en paralelo junto al delantero centro. Se trata, eso sí, de un mero punto de partida, previo a los movimientos que se producen después.
Dentro del mencionado 4-4-2, la altura de ese mediapunta que salta a la primera línea resulta variable. Lo es hasta el punto de que, cuando ese futbolista apuesta por mostrarse menos agresivo y guarda en mayor medida la posición, el Leganés pasa a dibujar en defensa un 4-5-1 de línea medular bastante escalonada.
A partir de este 4-5-1, el modo en que defiende el Leganés pasa a depender ya de la figura de uno de sus extremos, con capacidad para hundirse y pasar a formar como carrilero en zaga de cinco. Normalmente, Borja Jimñenez suele ejecutar este movimiento con Juan Cruz desde la banda izquierda, ya que Javi Hernández se convierte en central zurdo más fácilmente que el lateral del otro costado. Sin embargo, las características del partido y del rival también pueden llevar al técnico a apostar por esta variante en el ala derecha, tal y como sucedió ante el Real Madrid.
Esta mutación del esquema, de 4-5-1 a 5-4-1 en plena jugada, resulta muy habitual en el Leganés, acostumbrado también a zagas de cinco más fijas (así ascendió a Primera durante la pasada temporada). El movimiento no fue exclusivo del ya visto encuentro con el Real Madrid, sino que también se dio en Mendizorrotza. Mientras Borja Jiménez escogió hundir a Juan Cruz con Fran García ante los de Ancelotti, frente a los vitorianos apostó por que el extremo perdiera altura persiguiendo a Tenaglia en el ala izquierda.
Todo lo visto respecto a alternativas en defensa por parte del Leganés apunta a resultar una de las grandes claves este domingo, en cuanto al modo en que la Real trate de meter mano a los madrileños. El Estepona-Leganés (victoria pepinera en la Copa tras prórroga y penaltis), eso sí, dificulta predecir determinados factores del panorama táctico del encuentro, ya que, por ejemplo, Juan Cruz fue el único titular de Mendizorrotza que repitió en tierras malagueñas. El papel del hispano-argentino viene resultando muy relevante, aunque su presencia en el once frente a los txuri-urdin parece en duda. También puede influir en el planteamiento local, por ejemplo, el perfil de los laterales Aramburu y Aihen, que llevaría a Borja Jiménez a tener que estudiar desde qué lado activar esa probable línea de cinco atrás en fase defensiva.