La Real Sociedad se clasificó este jueves para los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, tras vencer por la mínima en el campo del Conquense. Los txuri-urdin necesitaron acudir a la prórroga para ganar un partido durante el que no les faltaron ideas, pero sí toneladas de precisión y de acierto a la hora de ejecutarlas. El irregular césped no ayudó, pero lo cierto es que a los futbolistas txuri-urdin se les debe presuponer capacidad para mostrarse más finos ante situaciones de remate y de último o penúltimo pase que no solventaron en tierras manchegas.
Imanol Alguacil ya había advertido antes del encuentro de que los manchegos venían utilizando el mencionado sistema, aunque había puntualizado también que lo variaron en su último encuentro liguero. Lo cierto es que la Real demostró haber preparado el partido teniendo en cuenta la opción de que el Conquense apostara por una línea de cinco en defensa, tal y como finalmente hizo. Los txuri-urdin recurrieron desde un inicio a distintas soluciones trabajadas y entrenadas. ¿Cuáles?
1- Las diagonales de Pacheco
Los centrales Jon Martín y Jon Pacheco podían hacer circular a menudo el balón con cierta comodidad, ya que en muchas acciones sólo les presionaba el único delantero local. El central navarro aprovechó estas situaciones para ganar metros conduciendo y lanzar diagonales a Sheraldo Becker o a las incoporaciones desde segunda línea de Jon Ander Olasagasti. El movimiento profundo del donostiarra resultaba clave para atraer al carrilero zurdo del Conquense y dejar sin marca al propio Becker, principal destinatario de los envíos cruzados.
2- Combinaciones por banda
El Conquense ponía mucho empeño en tapar las vías interiores a una Real que recurría a menudo a las combinaciones por fuera, permutando demarcaciones en las alas. Era frecuente que el extremo pisara carriles interiores arrastrando dentro a su marca, para así liberar la banda y permitir las subidas del lateral. Además, acompañaba estas situaciones el interior más próximo a la jugada, escorándose y generando superioridad numérica en la zona. Los txuri-urdin lo intentaron así por ambos costados.
3- Conexiones interiores
Ante un rival que dibujaba un claro 5-4-1, la Real también exploró la vía interior, ubicando futbolistas a la espalda del centro del campo rival. Los de Imanol buscaron enganchar por dentro pese a que el Conquense daba prioridad a tapar la zona central y permitía en mayor medida los avances por el exterior.
4- Envíos cruzados a los laterales
Durante el descanso Imanol habló con sus futbolistas, con total seguridad, de un movimiento que el Conquense estaba realizando en fase de presión. Dicho movimiento implicaba que uno de sus extremos (principalmente el derecho) ganara altura para apretar en paralelo con el delantero centro, dejando libre al lateral txuri-urdin de su banda. Así, tras el intermedio buena parte de los ataques guipuzcoanos partieron de envíos cruzados a Odriozola y sobre todo a Javi López, quienes recibían solos aprovechando la ya vista ubicación interior de los extremos Becker y Maguna.
5- Extremos a pierna cambiada
Tras jugar los 90 minutos reglamentarios con extremos a pierna natural (Becker y Barrene en derecha, Magunazelaia y Oyarzabal en izquierda), Imanol apostó para la prórroga por intercambiar a los propios Barrene y Oyarzabal, para que actuaran a pierna cambiada. Con el Conquense muy hundido y los laterales dando profundidad por fuera, el técnico pareció querer apostar también por los centros de rosca invertida. Al mismo tiempo, quiso poblar en mayor medida el área situando prácticamente como segunda punta (interior de tercera altura) a Mariezkurrena.
Lo cierto es que recurriendo a las cuatro primeras soluciones enumeradas, la Real generó situaciones que debieron resultar más que suficientes para evitar la prórroga. La quinta vía, mientras, apenas fue explorada, ya que el 0-1 llegó antes de que pudiéramos verla en desarrollo. Además, el gol no fue producto de un ataque organizado, sino que tuvo como origen un robo txuri-urdin cuando el Conquense se había animado soltando al ataque a cuatro futbolistas. La diana de Brais Méndez sacó del apuro a una Real rica en recursos, pero muy poco acertada en lo técnico.