En vísperas de la visita del actual mejor equipo del campeonato, nada mejor que recordar una preciosa anécdota de Eduardo Chillida, uno de los donostiarras más ilustres cuyo centenario se viene celebrando este año. Creo que ya he comentado en más de una ocasión que, por vínculos familiares, fue la primera persona que entrevisté para una asignatura de la universidad. Recuerdo que el profesor se quedó impresionado e incluso me llegó a insinuar a ver si era auténtica (no entiendo su desconfianza, con lo buen estudiante que era yo…). En la misma, como yo le tiré mucho por su pasado como portero de la Real, no tardó demasiado en contarme una historia muy graciosa de su esposa. Como recordarán, una lesión le retiró muy pronto del fútbol y, muchas veces, cuando iba al mercado a comprar y decía su nombre para reservar algún producto le comentaban: “Chillida, qué hubiese sido de él si no llega a lesionarse”. Y Pilar Belzunce, su mujer, que era encantadora, siempre saltaba: “Si no llega a ser por esa lesión hoy sería entrenador del Hércules, el Elche o de algún otro equipo”.

Con su privilegiada capacidad de análisis que tenía sobre todas las cuestiones, lo discreto y racional que era y la visión geométrica con la que desnudaba el juego del fútbol, menudo entrenador se perdió el cuadro herculano. De todas formas, no hubiese dejado de ser curioso que, en caso de ser verdad, el equipo alicantino hubiese sido dirigido nada más y nada menos que por dos guipuzcoanos ilustres, Chillida y Ormaetxea, que recaló en el Rico Pérez una vez finalizada su triunfal trayectoria txuri-urdin.

Contreras

Para que se hagan una idea de mi evolución, pasé de entrevistar en la universidad a uno de nuestros artistas más universales a publicar mi primera información como becario en un periódico tras charlar con el portero suplente del Madrid Pedro Contreras. Un respeto, no se aceleren, que fue al Mundial de Japón y Corea y que, tras retirarse, decidió emprender un viaje insólito, en parte aventura en parte ajuste de cuentas futbolístico, al cruzar el Atlántico en barco para reencontrarse con el linier de Trinidad y Tobago que anuló el gol de Morientes al levantar el banderín en un centro de Joaquín que no había salido ni un poco aquel 22 de junio de 2002. La broma le costó 25.000 euros y el peliculero intento de venganza acabó en final feliz: “Coño, hasta me cayó bien el tipo”. Lo cuento, porque un día apareció en una cajita en el salón de mi casa, de esas que están siempre ahí pero se abren pocas veces, el breve publicado con mi firma que lo había guardado encantada mi madre. Qué adorable ella…

La verdad es que nunca me ha gustado conspirar con el tan repetido “y si llegamos a marcar, y si ganamos tres partidos nos metemos en Europa”… Me parece una pérdida de tiempo que no conduce a nada porque el fútbol de los dos partidos por semana se rige única y exclusivamente por las realidades y las certezas. Los detractores de Imanol siempre han hecho mucho ruido. Hasta este año tampoco tenían mucha más opción para ser escuchados y tomados en serio, porque sus resultados eran irreprochables. Tengo un buen amigo, periodista deportivo, al que no le convence nada. A él le gustaría para la Real un entrenador más moderno y con más caché. Todavía recuerdo lo que le pasó a Florentino cuando decidió prescindir de un héroe del club como Del Bosque (nosotros tenemos uno parecido en el banquillo), que acababa de arrebatarnos una de las mayores alegrías de nuestras vidas en la Liga 2002-03, bajo el pretexto “no tiene el perfil que requiere el nuevo Real Madrid”. Se decidió por un tal Queiroz, portugués que había estado a la sombra de Ferguson y que no tenía experiencia como primer entrenador a pesar de ser muy alto y muy guapo. La broma le salió cara, porque acabó dejando su trono cuando la marea alcanzó su despacho y su afición le señaló como culpable.

Uno de los argumentos que utiliza mi amigo es que, a pesar de no entrar a debatir sus registros, porque no le interesa, obvio, es que ningún grande ha pretendido nunca su fichaje. Nada que ver con los Xabi Alonso y tal y tal… Bueno, la defensa está muy clara, el Barcelona se interesó en contratarle y su respuesta fue tajante: “Estoy en el mejor club en el que puedo estar, súper valorado, encantado de pertenecer a la Real. Quiero seguir haciendo historia aquí, acabo contrato en 2025 y espero que vuelva a renovar. Mejor que aquí no voy a estar en ningún sitio”. No está mal como lema y mensaje sobre todo para los que están por venir. A la altura del de Xabi Prieto…

¿Cómo jugaría el Barcelona con Imanol?

Pero como hoy estoy generoso, vamos a jugar al y si Imanol fuese entrenador del Barcelona, ¿cómo jugaría su equipo? Y lo mejor de todo es que el resultado lo tenemos a la vista. No creo que su obra diferiría mucho a la extraordinaria sinfonía que ha logrado el desconocido para el público de la liga en general, Flick. Con esa presión asfixiante, con un despliegue físico abrumador, con la línea defensiva en la medular y jugando casi todo el tiempo en campo rival. Entiendo el reproche de que el ADN Imanol no serviría o encajaría en todos los equipos, pero desde luego que en el Barcelona sí. Nada más lejos de mi intención mentar la bicha para que suceda algún día. Bueno, igual dentro de 20 años y si al gitano de Orio le hace ilusión…

Más trauma aún me genera imaginarme a Zubimendi con la blaugrana. Porque en eso estamos de acuerdo en que sería la ficha perfecta para el ya de por si brillante engranaje de la máquina del alemán. Martín puede jugar donde quiera, que siempre lo va a hacer bien. El 4 no necesita adaptarse a ningún estilo, porque él es quien marca y marcará siempre a lo que se juega. Normal que el Barcelona bebiera los vientos por hacerse con el entrenador y el jefe de orquesta txuri-urdin, pero se han topado con el, pequeño para ellos pero enorme para nosotros, problema que no se esperaban: que estos dos son muy de la Real.

Regresa el Barça a Anoeta, el rival contra el que más partidos ha disputado la Real en su historia y su bestia negra en la Copa. El pasado jueves, cuando estaba en la zona mixta de Pilsen, me llamó una radio catalana para hablar del partido. No respetaron casi ni el luto por el dolor intenso del gol recibido en el minuto 89 que nos condenó a una nueva derrota ante un rival inferior. Y ya van muchas, demasiadas…

Ya sabemos cómo son los culés y sus medios afines, no suelen medir y en realidad les importa un rábano un equipo como la Real que llegó a pasarse 31 partidos seguidos sin ganar en su estadio. Yo, que reconozco que estaba caliente por el gol del Viktoria, no salí de mi asombro cuando después de interesarse por el estado del equipo, me preguntó: “Pero tenéis alguna posibilidad el domingo?”. ¿Perdona? Esto es Anoeta, el nivel de juego de la Real de Imanol ha estado por encima que el del Barcelona en este último lustro mientras compartíamos estilo de juego, el mayor baño que recibió el equipo culé en todo el curso pasado fue con diferencia en Donostia a pesar del 0-1 y cuando más tocados están los blanquiazules, cuando casi nadie da un duro por ellos, suelen ser los momentos para que el Ave Fénix reemprenda el vuelo y logre lo que más nos ha gustado hacer a lo largo de toda nuestra historia: tumbar a gigantes. Si son líderes, aún nos pone más. Si Flick no conoce lo que le espera este domingo, que pregunte, para no llevarse un susto morrocotudo del que le cueste recuperarse. Por todo esto, hoy creo más que nunca en esta Real. Basta de menosprecios que ya nos flagelamos nosotros mismos lo suficiente, que se preparen. Orgullo txuri-urdin. ¡A por ellos!