No es fácil descifrar a esta Real. Se ha quedado sin dos jugadores claves en su engranaje, como Le Normand y Merino, y hasta su propio presidente defiende que han iniciado un nuevo libro que no tiene comparación con el de los años anteriores. Resulta complicado hacer un análisis convincente de lo que le pasa, sobre todo en casa, donde sus resultados le delatan hasta convertirle en el peor local de la Liga. Sus fichajes son bastante buenos y convencen, sobre todo los de Sergio Gómez y Aguerd, indiscutibles en las alineaciones de Imanol.
Sucic tiene muy buena pinta y Javi López y Óskarsson todavía se encuentran en camino de confirmar sus interesantes señales. Y el resto de los buenos que no se han ido y que son internacionales destacados continúan en la nave, dando el callo. Y hasta marcando diferencias. La Real de la enorme decepción para muchos aficionados que no pasan ninguna a sus héroes del último lustro ganó ayer en el Sánchez Pizjuán, un estadio siempre complicado y exigente frente a un anfitrión que venía de vencer tres duelos seguidos en su estadio, y hace dos semanas lo hizo en Girona, un escenario Champions.
Fuera sí
Lo quieran o no algo tiene este equipo que es capaz de recuperar fuera lo que no consigue amarrar en su feudo, con todo lo que eso conlleva. Y la explicación quizá estriba en que sigue contando con futbolistas de categoría internacional, que marcan la diferencia. Estamos hablando de Zubimendi, el mejor mediocentro del mundo como lo define su propio seleccionador, que es capaz de desnivelar la contienda desde una posición más retrasada al dominar la situación con jerarquía y dar una asistencia y hasta de provocar un penalti. Todo eso siendo mediocentro. Y Kubo, claro. Uno de los futbolistas más determinantes de todo el campeonato, al que no sabemos muy bien por qué, Imanol le ha puesto un poco en duda en las últimas semanas precisamente cuando la situación no era nada tranquilizadora ni para él ni para el club.
En definitiva y para no aburrir, la Real ha logrado una victoria vital y extraordinaria en un campo siempre muy incómodo en el que llegó a perder una Liga con dos jugadores más en el campo. Un golazo de Kubo y otro de Oyarzabal, han hecho justicia para un cuadro txuri-urdin que ha sido superior y que siempre ha estado más cerca de querer y de saber cómo llevarse los tres puntos
En su búsqueda desesperada (o no) del gol, Imanol ha vuelto a prescindir de sus dos delanteros centros de los 20 millones de euros. Una señal inequívoca de que todavía no confía plenamente en Óskarsson y de que siempre prefiere recurrir a Oyarzabal a pesar de que le falte alguna punta de su tridente mágico del año pasado como en esta ocasión Barrenetxea. Al islandés le tiene que estar costando asimilar lo que le está sucediendo, sobre todo cuando su equipo no para de perder puntos por su falta de eficacia y de puntería. El oriotarra ha optado por adelantar al extremo a Sergio Gómez, al que va a terminar por volver loco por su condición de valioso comodín o de necesario apaguafuegos, para dar entrada a Javi López en el lateral. El resto del once ha sido más o menos el esperado.
La primera parte ha acabado resultando más lo que pretendía el Sevilla que la Real. Los hispalenses han tratado que no se jugara demasiado y han intentado salir a la contra replegados en su campo y dejando el dominio del territorio y de la posesión a los visitantes. Lo cual ya indica muchas cosas de lo que han conseguido los de Imanol en los últimos años. Llegar al Sánchez Pizjuán y mandar no está al alcance de cualquiera. Desgraciadamente no ha habido demasiadas ocasiones antes del descanso a pesar del dominio espectacular del juego de Zubimendi que ha hecho de todo y todo bien. El donostiarra ha organizado y Kubo ha marcado las diferencias. Nada que pueda sorprender a ningún aficionado txuri-urdin viendo el rendimiento del equipo y del japonés en las dos últimas campañas. Eso normalmente suele ser suficiente como para decantar los partidos en la mayoría de los escenarios.
A los dos minutos, tras una posible agresión de Carmona a Sergio Gómez ninguneada por el colegiado, Take ha probado suerte tras un peligroso recorte en el área buscando su pierna buena, pero la jugada ha finalizado en saque de esquina después de rozar en Pedrosa. La siguiente ocasión realista ha llegado en una falta botada por el catalán que ha desviado Juanlu y a la que no ha llegado por centímetros Aramburu.
Tras muchos minutos de toma y daca entre ambos conjuntos sin excesivas noticias reseñables, pasada la media hora, Kubo puso por delante a la Real tras una diagonal marca de la casa que ha sido sentando a todos los rivales que se han puesto en su camino. Por cierto, el japonés ha recibido de Zubimendi, para variar.
Take, incombustible
Ya en ventaja en las postrimerías del primer acto, Take ha servido un buen centro a Oyarzabal, cuyo remate lo ha desviado a córner un defensa, y en el saque en corto del mismo Sucic ha acabado encontrando hueco para cargar su fusil aunque su chut se ha marchado lamiendo la escuadra con Álvaro ya batido. En el descuento, Zubeldia, siempre atento, ha salvado una opción clara de Isaac gracias a un cruce providencial que fue muy celebrado por los blanquiazules.
En la reanudación, la Real recuperó el timón. Brais ha chutado desviado un buen pase de Kubo y Lukebakio, tras una jugada personal plagada de recortes, ha acabado disparando cerca de la escuadra. En el minuto 63, Zubimendi se ha adentrado enel área, y Marcao le ha trabado con una manotazo con el que ha rozado incluso la expulsión. El colegiado ha tenido que ser auxiliado por el VAR para señalar una de las penas máximas más claras de lo que llevamos de temporada. Oyarzabal no ha fallado con un lanzamiento muy ajustado al palo a pesar de que Álvaro le había adivinado las intenciones.
Con el 0-2 la Real se ha replegado y el Sevilla ha dominado con buen manejo de pelota pero con escasa profundidad. En su mejor combinación, Isaac ha cabeceado fuera un gran centro de Pedrosa. Su otra ocasión clara ha llegado en un mal entendido de Zubimendi y Remiro que Ihenacho, con todo a su favor, ha acabado enviando fuera. Una pena que Becker y Óskarsson no han sido capaces de hacer daño ante una defensa muy adelantada y arriesgada con la que ha terminado el Sevilla.
Insistimos, aunque nos condicione la angustiosa trayectoria en casa, hay que valorar lo que está haciendo y consiguiendo la Real a domicilio. No es sencillo y común presentarse en el Sánchez Pizjuán y llevarse los tres puntos. Menos aún cuando tu situación clasificatoria es comprometida y las dudas se multiplican a tu alrededor. Algo bueno tendrá este equipo para lograr los éxitos que está cosechando como visitante. Zubimendi y Kubo, desde luego, pero más cosas también. Como su entrenador y el que nunca hace nada que este domingo ha anotado el segundo de penalti. Algo... O mucho. Siempre según cómo se mire.