La Real Sociedad cayó derrotada este domingo en su primer partido de la Liga 2024-25. Los txuri-urdin fueron superados en Anoeta por un Rayo Vallecano que basó gran parte de su victoria en un muy buen trabajo de presión, retocado además sobre la marcha por su entrenador Iñigo Pérez. El técnico de los madrileños añadió al entramado defensivo de los suyos, transvcurrida media hora de partido, una pincelada de mayor precaución que se le atragantó al cuadro local. ¿Cómo? Todo tuvo su origen en la idea inicial de obligar a los de Imanol a sacar el balón desde atrás a través de Aritz y no de Pacheco.
El Rayo aterrizó en Anoeta muy consciente de lo que debía hacer cuando la Real empezaba las jugadas desde Remiro. El delantero Nteka se emparejaba claramente con Pacheco. Y el mediapunta Isi permanecía de inicio junto a Urko, quedando libre para recibir Aritz Elustondo. La presión del cuadro vallecano, ubicado a una altura considerable para apretar, terminaba de activarse cuando el central beasaindarra recibía el balón, sin marca. Entonces Isi abandonaba a Urko y se lanzaba a por Aritz, describiendo un recorrido que siriviera para acosar al zaguero txuri-urdin y también para tapar un posible pase al propio Urko. A los locales, poco precisos, les costó superar este entramado durante los primeros diez minutos.
Poco a poco la Real fue soltándose, hasta el punto de que entre los minutos 10 y 30 firmó su mejor tramo del encuentro. Aritz no estuvo nada mal a la hora de interpretar qué hacer con el esférico cuando Isi saltaba a por él. El equipo txuri-urdin fue consciente de que ese paso adelante del mediapunta rival desguarnecía la medular rayista, y dejaba al doble pivote Unai-Óscar Valentín en inferioridad numérica (2 contra 3) ante Urko, Brais y Turrientes. Provocando el citado salto de Isi y moviendo el balón hacia otras zonas del campo, los de Imanol lograron enganchar dentro con sus hombres interiores para que estos lanzaran a los atacantes. A Kubo y a Becker, sin embargo, les faltaron toneladas de temple y precisión para acertar con el último o con el último pase. Lástima, porque el equipo sí pudo generar situaciones batsante ventajosas.
No es que el Rayo se atrincherara atrás durante la última hora del encuentro. Ni mucho menos. Pero sí sucedió que Iñigo Pérez, técnico visitante, dotó a los suyos de un punto de precaución adicional a la hora de presionar, a partir del minuto 30. Isi dejó de saltar con tanta frecuencia a por Aritz, y tendió a permanecer anclado con Urko para dibujar ya un panorama de igualdad numérica en la medular (3 contra 3). Producto de ello, el propio Aritz se vio obligado a conducir en mayor medida, ante un rival que, también como consecuencia de su movimiento de pizarra, pasó a esperar entre 5 y 10 metros más retrasado. El nuevo panorama se le atragantó a la Real, que no volvió a generar muchas más situaciones ventajosas y que además regaló los dos goles que dieron la victoria a los madrileños.