Brest (Francia). Primavera de 2016. Los rectores del equipo de fútbol local, cuya primera plantilla milita en la segunda división gala, planifican ya la siguiente temporada. Uno de los casos a tratar es el de un defensa central de 19 años que lidera al filial y que ya ha competido en dos partidos con los mayores: se llama Robin Le Normand y acaba contrato. “La cosa estuvo bastante en el aire: algunos en el club querían que continuara y otros preferían prescindir de mí”, recordaba el zaguero en una entrevista concedida a NOTICIAS DE GIPUZKOA en agosto de 2021. Finalmente pesó más la opinión de quienes apostaban por dejarle marchar, y ahí entró en escena la Real Sociedad. “Vine a Donostia recomendado por Éric Olhats. Estuve una semana a prueba a las órdenes de Imanol, hasta que decidieron que me quedaba”.

Ocho años después, aquel chaval que llegó a Zubieta a coste cero deja en las arcas del club al menos 30 millones de euros, cotización impensable cuando, aquel mismo septiembre, Robin empezó a competir con el Sanse en Segunda B: “Cada vez que miro allí arriba me acuerdo de ese partido”. Se remonta Le Normand a la segunda jornada de la 2016-17, en el campo Z7 contra el Albacete (2-2). Debutó. Fue titular. E Imanol le sustituyó en el minuto 64, con 0-1 en el marcador. “La semana siguiente volvimos a jugar en casa, contra el Real Unión, e Imanol volvió a cambiarme, esa vez en el descanso”. La estadística de titularidades y sustituciones durante aquel primer curso llama la atención. El zaguero jugó 23 encuentros de inicio con el filial blanquiazul, y Alguacil le relevó en nueve de ellos.

La labor de Imanol

Durante la citada entrevista, el propio Le Normand recordaba con cariño aquella dura campaña, ensalzando el papel que el técnico oriotarra tuvo durante la misma. “El míster siempre fue justo conmigo. Cuando me quitaba, era porque no rendía. Y además nunca me dejaba de lado después de sustituirme. Analizábamos los partidos, comentábamos en qué había fallado, veíamos en qué podía progresar... Poco a poco, me fui haciendo a su propuesta y a la delclub, muy diferente a la que conocí previamente en Francia”. El trabajo conjunto de Robin e Imanol dio sus frutos. A lo largo de la siguiente campaña 2017-18, curso que Zulaika acabó como técnico del filial al relevar Alguacil a Eusebio Sacristán, el defensa bretón jugó los 38 partidos en los que estuvo disponible, 36 de ellos completos. Solo se perdió dos, ambos por sanción, a lo largo de una campaña que concluyó con fallido play-off de ascenso ante el Fuenlabrada.

El resto de la historia es ya mucho más conocido, de dominio público en clave txuri-urdin. La siguiente temporada fue la del debut de Le Normand con el primer equipo, curiosamente de la mano de otro técnico (Asier Garitano). Robin la terminó luego de vuelta en el filial. pero tenía 22 años para 23, había causado buena impresión en la élite y el mexicano Héctor Moreno dejó el club ese verano rumbo al Al-Gharafa de Catar. El zaguero bretón fue promocionado para confirmarse en el plantel profesional, para jugar la Europa League, para ganar una Copa del Rey y para despuntar en toda una Champions, sin conseguir, eso sí, que Didier Deschamps se animara a convocarle con Francia. La solución a semejante vacío internacional estuvo en la burocracia y en una nacionalización casi exprés que el futbolista ha sabido aprovechar: ganador de la Nations League con España a las primeras de cambio, campeón de la Eurocopa después. El Atlético ficha a un defensa contrastado en el primerísimo nivel.

Le Normand, segundo por la izquierda, celebra la consecución de la Eurocopa con sus cuatro compañeros realistas en la selección. RFEF

30 'kilos'

La entidad colchonera abona por el traspaso los ya mencionados 30 kilos, cantidad a la que precisamente hacíamos alusión en una de las preguntas de la entrevista realizada hace tres años: “Se dice de usted que ya es un defensa de 30 millones”. Le Normand respondía con modestia: “Son solo cifras. Es bonito que hablen bien de uno y que le valoren así, pero si te digo la verdad no me suelo fijar mucho en estas cosas. Yo me centro en lo que pasa ahí, en el césped (señalaba al campo José Luis Orbegozo), para seguir progresando y convertirme en un futbolista cada vez más sólido”.

Logrado aquel objetivo y convertido ya en nuevo futbolista atlético, Robin se enfrenta a semanas y meses de cambios. Nuevos colores. Nuevos compañeros. Nuevo entrenador, con lo que signfica cambiar a Imanol por el Cholo Simeone. Y nuevo domicilio también, situación ante la que habrá que ver cómo se comporta un Le Normand de perfil bajo cuando tuvo que buscar casa en Donostia. Escogió Astigarraga y Ergobia, “un barrio muy tranquilo” en el que vivía “feliz”. “Tenía un amigo en la zona, me enseñaron un piso y me lo compré”. En Madrid no podrá llevarse de sidrería a sus visitas.