La Real tampoco perdió en Girona. Ni encajó gol, lo que permite sumar a Remiro otro encuentro sin encajar para superar los 600 minutos sin recibir una diana. Una cifra astronómica en un momento clave de la temporada. Impresionante. Este equipo es capaz de competir contra cualquiera. De superar todos los obstáculos que se le presentan en el camino. A los dos minutos ya había caído otro futbolista lesionado, Odriozola, pero le da igual, que pase el siguiente y que nadie dude de que va a estar a la altura. Porque Imanol los tiene a todos preparados. Y entrenados. A falta de fútbol champagne por las lesiones y el desgaste acumulado, Imanol ha levantado un muro delante de Remiro que parece insuperable. Lo comentaba Remiro en una entrevista esta semana, los centrales blanquiazules se encuentran en el segundo cajón de la Liga tras los del Madrid sin lesiones. El equipo más goleador del campeonato también se quedó sin superar al meta realista, que se suele quejar porque le ponen notas bajas al chutarle muy poco y apenas intervenir, pero un portero no puede estar más agradecido a que sus compañeros cierren todos los caminos hacia su portería. Y lo más fuerte e increíble de todo es que todos los defensas son de casa. Jugadores formados por los técnicos de Zubieta. 

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Girona - Real Sociedad: Las notas de Mikel Recalde Mikel Recalde

Ayer la Real fue superior al Girona durante la mayoría del encuentro, aunque le costara generar ocasiones, pero cuando la revelación del torneo le dominó y le encerró en su campo por su insistencia, volvió a salir indemne sin que su meta se viera obligado a hacer excesivas paradas. Un empate en Girona, donde solo ha ganado el Real Madrid y en vísperas de jugar una semifinal de Copa y unos octavos de Champions, adquiere un mérito extraordinario. Y así lo valoramos, aunque siempre creamos que este equipo sea capaz de hacer más. Y no es una crítica, todo lo contrario, es un elogio porque nos ha hecho soñar como ninguno. Como esperábamos, la Real fue superior al segundo del campeonato. Ese es el resumen de lo acontecido ayer en Montilivi. 

Ni la sensacional noticia del regreso de Kubo y Traoré tras su prematura eliminación mitigó la terrible sensación de bajas y de problemas físicos con los que se presentó la Real en Girona, en la guarida del segundo clasificado y el único conjunto que le discute el título de Liga a todo un Real Madrid y en los inicios de un febrero más ilusionante que se recuerda. Imanol apostó por lo esperado, o por lo que tenía, con la gran novedad de Odriozola en el lateral derecho en lugar de Aramburu (se lesionó en el primer minuto) y con Pacheco en lugar del tocado Le Normand en defensa. Turrientes hizo de Merino, como se esperaba, y arriba, otra oportunidad para André Silva, escoltado por Oyarzabal y Becker. Que tampoco está mal.

En el Girona una última baja inesperada, la del delantero Dovbyk, que se quedó en la grada por unos problemas físicos. No había más que recordar lo sucedido en el duelo de ida, ya que abrió su marca goleadora en Anoeta en la primera jornada dejando claro lo que podía hacer, como convertir a un equipo de mitad de tabla en un aspirante a luchar por la liga. Una bestia en la grada.

Dos goles anulados Se esperaba un partido muy abierto, con muchas idas y venidas, pero, como suele ser habitual cuando eso sucede, apenas pasaron cosas reseñables en la primera parte. Un auténtico toma y daca con dos contrincantes presionando muy arriba e impidiendo la habitual buena salida de balón del otro. A los catorce minutos, Remiro rechazó una falta lanzada por Tsygankov. Sólo cuatro después, André Silva lo intentó tras recortar y disparar a las nubes con su pierna mala.

Sin apenas ocasiones que destacar, llegaron los dos goles anulados en un fuera de juego de Savinho, bastante previo al remate de Yangel Herrera, y de Oyarzabal, que había aprovechado una sensacional maniobra de André Silva que repelió Gazzaniga con apuros. En los mejores momentos locales, Portu exploró espacios para dejar atrás a Savinho, que no encontró portería. En el último minuto, un gran Javi Galán, que demostró que es un lateral con muy buenas piernas, ideal para el momento realista, no encontró rematador tras una gran combinación txuri-urdin.

En la reanudación la Real fue netamente superior al Girona. Y eso es noticia si tenemos en cuenta la temporada que llevamos. A los tres minutos, Zubimendi robó una pelota y sirvió a André, que remató fuera. Poco después, Brais se encontró con una pelota suelta y su disparo lo salvó con acierto el meta local. Por su parte, Becker desaprovechó una gran oportunidad cuando encaraba al portero en una acción en la que se lesionó y tuvo que retirarse del terreno de juego. Barrenetxea agitó el duelo cuando salió al campo sin encontrar portería antes de que los locales volvieran a demostrar por qué están completando una temporada tan magnífica y estuvieran muy cerca de ganar en un remate de Yangel Herrera tras una pérdida de Barrenetxea.

Un empate de un equipo tan acostumbrado a ganar siempre te deja a medias, no te satisface del todo, pero si hay que enfadarse cuando no está a la altura frente a rivales inferiores a los que tiene que ganar, hay que valorar que ayer minimizó y dejó en cero a un conjunto extraordinario al que nadie le tose en su estadio. La Real ha sido mejor en casa y fuera. Con eso queda todo dicho. Y con una semifinal a la vuelta de la esquina. Imposible no pensar que el equipo realista podría estar en la situación de los gerundenses. Pero… La Real se juega unas semifinales de Copa y unos cuartos de final de Champions. Y mientras tanto, se parte la cara con quien sea, que para eso Imanol es su entrenador. Impecable.