“En todo caso seríamos nosotros los que podríamos vacilar. Es un orgullo ser de Donostia y jugar en la Real. No puedo pedir más”. La respuesta entre risas y en tono jocoso de Jon Ander Olasagasti a la pregunta de si sus compañeros se burlaban por el hecho de que había muchos donostiarras en la plantilla no pudo sonar más orgullosa. El dato indiscutible es que una de las plantillas de la Real más exitosa de la historia como es la que se encuentra a las órdenes de Imanol cuenta en sus filas con cinco jugadores nacidos en la capital del territorio. Martín Zubimendi, Ander Barrenetxea, Álvaro Odriozola, el citado Olasagasti y Aihen Muñoz. Este último reconoció en una entrevista que, aunque se sienta navarro y tenga ese indiscutible gen competitivo, es de Donostia: “Nací en Donostia porque mi familia es de aquí, pero pasé toda mi infancia en Etxauri y mis recuerdos más bonitos son de allí. Después, con trece años, fiché por la Real y me vine a vivir. Así que también tengo ese toque de donostiarra”.

No es habitual que un 20% de la plantilla esté formada por jugadores de la capital. Para el recuerdo queda el equipo de la Generación de Oro, en cuyo once sólo Arconada había nacido en Donostia. O en el once de la última Copa, la de para siempre, sólo figuraba Zubimendi. Ninguno de los dos son cualquieras, pero la realidad es que el fútbol de una ciudad de apenas 180.000 habitantes parece gozar de uno de los mejores momentos que se le recuerdan, sobre todo por el nivel del equipo y los escenarios en los que compite.

Zubimendi se ha convertido en el líder de la Quinta donostiarra. El de Ulia es internacional absoluto y el seleccionador Luis de la Fuente no duda en calificarle junto a Rodri como “los dos mejores mediocentros del mundo”. En verano dijo no a varios equipos que estaban dispuestos a pagar su cláusula de 60 millones y este verano se avecinan otras ofensivas. Su evolución en el primer equipo apenas tiene parangón. Lo juega todo. Antes militó en el Lengokoak y en el Antiguoko, justo como Olasagasti, quien ha reconocido que se conocían de antes de Zubieta: “Soy de Gros y empecé a jugar a fútbol en la plaza del Txofre. Yo no coincidí mucho con él, pero Zubimendi también iba a jugar allí”.

Barrenetxea es una de las sensaciones de la temporada. Del barrio de El Antiguo, jugó un año en el Antiguoko en alevines. Y Odriozola pasó del SANSE (Aldapeta-Jesuitas) a la Real, mientras que Aihen empezó en Navarra antes de recalar en la cantera txuri-urdin.

Antes a Xabi Prieto muchos le acusaban de ser ñoñostiarra para criticarle, ahora los de la capital son una parte esencial de este exitoso proyecto que apunta a la gloria...