Lo que funciona no se toca... en la medida de lo posible, claro. El Rayo Vallecano, rival este domingo de la Real Sociedad, completó el pasado curso una magnífica temporada, alcanzando con remotas opciones europeas la última jornada. De hecho, durante unas cuantas semanas se tiraron de los pelos este verano en el barrio madrileño, ya que, si su equipo llega a ganar aquel partido final (derrota 3-0) ante un Mallorca que nada se jugaba, habría resultado el beneficiario de la posteriormente abolida sanción de la UEFA a Osasuna. El mencionado castigo terminó en nada, el tropiezo de Palma dolió ya mucho menos y todo se centró entonces en planificar la actual campaña con la continuidad por bandera.

Porque la continuidad era el objetivo, sí, pero tapando también todos los lógicos agujeros que el buen papel previo había generado en la escuadra franjirroja. Se marchó el entrenador, Andoni Iraola (Bournemouth). Se fue tras concluir contrato, igual que el técnico, el central Catena (Osasuna), puntal defensivo. El medio Santi Comesaña (Villarreal) abandonó el club en idénticas circunstancias. Y la cuarta gran pérdida se situó en el lateral izquierdo, al repescar el Real Madrid a su canterano Fran García. En total, fuera técnico y fuera tres titulares indiscutibles. Continuidad, sí, pero en la medida de lo posible...

Los relevos

Hoy es el día en que, transcurridas diez jornadas de Liga, puede decirse que el Rayo ha acertado con la fórmula. Por un lado, ha contratado para competir sobre el césped a sustitutos de plenas garantías. A Catena le ha relevado Aridane, en virtud de un cambio de cromos con Osasuna. Del Cádiz ha llegado el Pacha Espino para cubrir el hueco dejado por Fran García. Y el sitio de Comesaña en el plantel lo ocupa ahora Kike Pérez (ex Valladolid), un interesante centrocampista cuya zona de influencia quizás resulte algo más adelantada, pero que está contribuyendo con protagonismo a completar la sala de máquinas rayista.

Por otra parte, el club ha incorporado a un nuevo entrenador capaz de mantener la línea marcada por su predecesor en el cargo. Francisco permanecía en el paro tras ser cesado por el Elche en septiembre de 2022 y resultó el elegido por el Rayo este último verano. El técnico almeriense está demostrando ser, ante todo, un entrenador inteligente, pues mantiene muchas de las circunstancias reconocibles durante la exitosa etapa de Iraola: desde el esquema (un 4-2-3-1) hasta la elección de nombres propios (solo los citados Catena, Espino y Kike Pérez se han colado en el once tipo), pasando también por una idea futbolística relativamente similar. Todo preparador tiene sus matices, y los del propio Francisco parecen residir en un punto de partida algo menos agresivo en la presión. Sin embargo, pueden percibirse en la actual escuadra vallecana muchas trazas de la personalidad propia que el equipo ya se había formado previamente: verticalidad y rapidez tras robo, incorporaciones fuera-dentro de Isi para sumarse al juego interior, o incluso fases de bloque alto a la hora de apretar que, aunque quizás se den ahora en menor medida, también siguen apreciándose.

La campaña empezó para el Rayo con dos partidos consecutivos fuera, ganados (ambos 0-2) contra Almería y Granada. Llegaron luego el accidente casero frente al Atlético de Madrid (0-7) y una nueva derrota que también podía presupuestarse, en el Villamarín ante el Betis (1-0). Y desde entonces los vallecanos no han perdido, acumulando seis partidos invictos (no caen desde el 2 de septiembre). Con Alavés (2-0), Villarreal (1-1), Cádiz (0-0), Mallorca (2-2), Sevilla (2-2) y Las Palmas (0-1) han sumado diez puntos de 18 posibles, alcanzando los 16 (solo dos menos que la Real) y encaramándose a la séptima plaza.

VALLECAS, DONDE 'SE CONQUISTÓ' LA CHAMPIONS

El 28 de mayo, la Real festejó el billete de Champions en el Metropolitano, tras perder contra el Atlético (2-1). La celebración resultó posible gracias a que, a escasos kilómetros del estadio colchonero, también tropezó el rival directo, el Villarreal, que cayó en Vallecas contra el Rayo (2-1, goles de RDT e Isi). La cuarta plaza txuri-urdin respondió única y exclusivamente a méritos propios, pero se certificó de forma matemática gracias a un encuentro a cuyo escenario vuelven este domingio los de Imanol. El pasado curso ganaron allí 0-2.