La Real Sociedad visita este martes al Benfica en partido correspondiente a la tercera jornada de la Champions League (21.00 horas en Euskadi, las 20.00 en Portugal). El cuadro txuri-urdin va a tener enfrente a un adversario dirigido por un viejo conocido, el alemán Roger Schmidt, quien ya se midió a Imanol y los suyos en la Europa League 2021-22, cuando entrenaba al PSV Eindhoven (2-2 en Países Bajos y 3-0 en Anoeta). La prensa portuguesa habla este mismo martes de un once compuesto por Trubin; Bah, Antonio Silva, Otamendi, Bernat; João Neves, Kokçu; Neres, Rafa Silva, Aursnes; Musa. NOTICIAS DE GIPUZKOA te ofrece seis claves sobre el juego del conjunto luso.
1- El sistema: 4-2-3-1
Se trata del dibujo de base sobre el que Roger Schmidt viene construyendo sus equipos. El sistema, eso sí, resulta sumamente dinámico. Así, la mencionada estructura significa simplemente un punto de partida desde el que los futbolistas del Benfica se mueven, intercambian posiciones y modifican sus teóricas zonas de influencia. El pasado viernes, con motivo del partido de copa contra el SC Lusitania, un equipo de cuarta división, el técnico alemán apostó por una doble punta con los delanteros Cabral y Tengstedt, pero contra la Real regresaría al esquema de base.
2- La tendencia: atacantes por dentro
Lo dicho. El esquema del Benfica resulta muy dinámico y sus piezas cuentan con una movilidad extrema. Resulta habitual que las mencionadas variantes terminen dibujando una estructura en la que los cuatro jugadores más ofensivos (alas, punta y mediapunta) se juntan en la parcela interior y dejan las bandas libres para los laterales. Cuando los de Roger Schmidt ejecutan esto, acostumbran también a retrasar a uno de sus mediocentros para hacer salida de tres junto a los centrales y proteger a estos en caso de pérdida, ya que si el rival recupera el balón pueden quedar demasiado expuestos.
3- Los centros retrasados al área
El Benfica perdió durante este verano al delantero centro Gonçalo Ramos (PSG), su principal referencia para el gol. El teórico sustituto, el brasileño Arthur Cabral (Fiorentina), no termina de arrancar, y ni el croata Musa (teórico titular hoy) y ni mucho menos el danés Tengstedt llenan el vacío dejado por el punta portugués. El cuadro lisboeta, eso sí, sigue siendo peligroso cuando alcanza la línea de fondo, pues pisa el área rival con muchos futbolistas y además está sabiendo detectar un espacio interesante mediante centros retrasados. La zaga rival se hunde y las alas benfiquistas buscan balones hacia el punto de penalti o hacia la frontal, donde aparece el extremo del lado opuesto, el mediapunta o incluso un pivote que se ha sumado al ataque.
4- Un claro 4-4-2 en defensa
Cuando el rival tiene el balón, el citado 4-2-3-1 del Benfica muta claramente a un 4-4-2 mediante la incorporación a primera línea del mediapunta, habitualmente Rafa Silva. Entre el propio Silva y el delantero se encargan de apretar a los centrales del cuadro rival, con tendencia también a que uno salte a por el poseedor del balón y el otro tape en mayor medida al mediocentro del adversario. En fases de repliegue, el mencionado dibujo resulta muy fácil de identificar, así como la basculación de una línea de cuatro medios cuyo extremo más alejado del balón tiende a tapar dentro a un centrocampista del contrincante.
5- Agresivo en la presión
El punto 4, en cualquier caso, responde solo a determinadas fases de los partidos, ya que el Benfica es, en líneas generales, un equipo con gusto por lanzarse a presionar en posiciones altas. Cuando así lo hace, los dos futbolistas de primera línea se muestran agresivos en el salto a centrales, y es el pivote João Neves el encargado de ganar altura para apretar al mediocentro rival. Kokçu le guarda las espaldas y los dos extremos se recogen dentro para no dejar muy desguarnecida la zona del futbolista turco, quien queda como pivote único dentro de una especie de rombo.
6- Opciones interesantes: doble pivote, salida de tres...
La quinta clave se refiere a situaciones en las que el rival del Benfica inicia con una línea de cuatro defensas y un mediocentro por delante, circunstancia que apuntaría a producirse contra la Real pero que los txuri-urdin tienen la opción de modificar moviendo algo su dibujo. El simple hecho de situar a Merino en paralelo a Zubimendi por delante de los centrales plantearía interrogantes a los benfiquistas a la hora de emparejarse en la presión. Y también resultaría interesante ensayar una salida de tres metiendo a un lateral junto a los propios centrales, conservando a tres hombres en la medular y emulando, en cierto modo, el 3-5-2 del Inter, mutando un extremo a momentáneo carrilero. El cuadro portugués demostró en Milán ser muy activo a la hora de saltar al tercer central a través de uno de sus extremos, lo que otorgó a los italianos salida libre por fuera y exigió al extremo portugués del lado opuesto (Aursnes) recorridos muy largos para igualar dentro a Calhanoglu, Mkhitaryan y Barella.