Lamentaba en NOTICIAS DE GIPUZKOA João Tralhão, ex entrenador en las categorías inferiores del Benfica, lo difícil que le resulta al equipo lisboeta, “como a todos los clubes portugueses”, retener el talento propio. Y lo cierto es que le dan la razón los datos del último mercado de fichajes. Hace justo un año, el conjunto de la capital lusa enamoraba en Europa dominando un grupo de Champions League compartido con PSG (segundo) y Juventus (tercera y eliminada), y tirando de un once tipo que ya ha pasado a mejor vida. En el rival de la Real Sociedad faltan ya, respecto a entonces, el portero, el lateral izquierdo, el mediocentro dominante y el delantero que cargaba con gran parte del peso goleador. Casi nada.

Hablamos del meta griego Vlachodimos (actualmente en el Nottingham Forest), del carrilero Grimaldo (Leverkusen), del pivote Enzo Fernández (Chelsea) y del ariete Gonçalo Ramos (PSG), cuatro bajas que han dejado en las arcas de la entidad lusa un total de 190 millones de euros. Y es que, aunque el citado punta se marchó cedido en agosto al gigante francés, lo hizo con una cláusula de compra obligatoria de 65 kilos a final del presente curso. Una vez más, así, tocó ejecutar un plan renove en las oficinas de Da Luz, proceso completado a la postre con luces y sombras. Puede decirse que el Benfica ha fichado con criterio para subsanar, en líneas generales, todas las ausencias mencionadas. Sin embargo, el relevo del nueve, la muy bien tirada contratación del brasileño Arthur Cabral (procedente de la Fiorentina), no termina de cuajar, con todo el déficit que supone ver a tu atacante de referencia reñido con el gol. Este martes apunta a suplente. ¿O quizás no?

El atasco de Cabral

El último partido del Benfica data de este pasado viernes, se jugó en las islas Azores e implicó el debut de los lisboetas en la copa, eliminando estos al modesto SC Lusitania (1-4), de cuarta división. En un estadio con una sola grada, las montañas del archipiélago a la vista y en medio de un ambiente bastante desangelado, Cabral inauguró por fin su cuenta anotadora haciendo el momentáneo 1-3 y celebrándolo con rabia, elevando su puño al lluvioso cielo. Todos sus compañeros acudieron raudos a felicitarle, quizás desde la esperanza de que la diana supusiera un punto de inflexión para el punta brasileño. Un solo gol en ocho encuentros no es buena marca para un delantero de 20 millones que el pasado curso hizo 17 tantos en Italia.

Explicado todo ello, es posible que Roger Schmidt trate de aprovechar esta especie de inercia dando la titularidad contra la Real al propio Cabral. Sin embargo, lo lógico, visto lo visto en los dos primeros meses de campaña, apuntaría a la presencia en la vanguardia benfiquista del croata Petar Musa. Fichado del Boavista en verano de 2022, y aun estando a la sombra del citado Gonçalo Ramos, se las arregló para anotar once dianas en la pasada campaña. Después inició la actual teóricamente por debajo del mismo Cabral, pero le ha dado la vuelta a la situación con cuatro goles y una asistencia en once encuentros. Ha sido titular con su país en este último parón, y no tiene pinta de que el entrenador vaya a repetir este martes el experimento de Milán, donde el extremo brasileño Neres actuó de nueve contra el Inter (1-0).

Buenos relevos

Hasta aquí las dificultades de un Benfica cuya renovación de plantilla ha reducido la capacidad anotadora del equipo. Por lo demás, y aunque el balance del cromo por cromo admite todo tipo de opiniones, siempre subjetivas, el club ha ejecutado buenos movimientos a la hora de completar un plantel lo más competitivo posible. Al portero Vlachodimos le ha sustituido el ucraniano Trubin (Shakhtar Donetsk), un muro de 1,99 de estatura que salvó al equipo en el Giuseppe Meazza de un resultado más abultado. Bernat (cedido por el PSG) y el checo Jurasek (Slavia de Praga) garantizan nivel en el lateral izquierdo por muy grande que sea el agujero dejado ahí por Grimaldo. Y el pivote Kokçu, mejor futbolista de la liga neerlandesa 2022-23 que él mismo ganó con el Feyenoord, no parece, ni mucho menos, un mal acompañante para el jovencísimo João Neves en la sala de máquinas. El turco costó 25 kilos y es duda para este martes por culpa de unos problemas físicos.

Las operaciones descritas recibieron este mismo verano, además, la guinda del fichaje de Ángel Di María, libre procedente de la Juventus. El argentino ha regresado así, 16 años después, al club que le abrió las puertas de Europa en 2007, aportando desde el inicio un buen rendimiento truncado por su lesión muscular. La sufrió en Milán contra el Inter hace justo tres semanas. No ha competido desde entonces. Y parece difícil que un futbolista que conserva cierta explosividad sea expuesto al riesgo de recaída. Si finalmente no integra el once ante la Real, Joao Mario podría ocupar su extremo derecho, con Neres en el izquierdo.